La cómoda esterilidad del no
Parecemos abocados a otras elecciones pese a que una mayoría quiere evitarlas
Para el cese de un presidente de gobierno nuestra Constitución establece el voto de censura constructivo (no se puede votar en su contra sin, al tiempo, proponer un sustituto) pero en cambio, para su investidura, hace posibles irresponsables juegos florales del NO como los que desde hace ya tanto nos abochornan. En segunda vuelta, el NO debería, sencillamente, estar prohibido: o voto a un candidato, o abstención (como, por ejemplo, ocurre en el País Vasco en la elección de Lehendakari o, en sentido parecido, en la de alcaldes). Sin el cómodo parapeto del permanente NO, sería imposible en nuestra vida pública una exasperante e impune pereza negociadora como la que ahora hace que el 82% de la ciudadanía se sienta decepcionada, engañada, indignada, cansada y avergonzada, como revela el sondeo de Metroscopia.
El 71% de los españoles (y también el 73% de los votantes del PSOE, partido al que, por cierto, la sociedad imputa mayoritariamente la responsabilidad de que aún no haya gobierno) se opone frontalmente a unas terceras elecciones porque —lo dejan claro— no cambiarán nada. Y sin embargo a ellas parecemos estar abocados a pesar de que —de forma clara (58%/38%)— predomine la aceptación, para evitarlas, de una abstención que permita al PP gobernar en minoría. Lo que, por cierto, dista mucho de representar para este una bicoca: gestionar el país con 137 diputados implica estar permanentemente a la intemperie, constantemente a merced de lo que se sea capaz de conseguir de los demás (o, a poco que estos logren ponerse de acuerdo entre sí, de lo que le consientan). Lo entendió —y lo explicó— bien Rivera en el debate de investidura. Pero medio Parlamento ha demonizado esta alternativa: sugerirla o defenderla, equivale para muchos (incluso en la bancada socialista) a traición y entreguismo al PP. Solo el NO se tiene por actitud digna y responsable. No lo es. Es ventajista, pues los costes de esa grandilocuente supuesta dignidad corren exclusivamente a cargo de los ciudadanos. Cuando, como ahora, hay cuatro minorías en liza, si ninguna consigue los apoyos precisos para el propio proyecto (o no logra sumarlos para un proyecto compartido), lo honestamente procedente es permitir que la minoría mayoritaria trate de aplicar el suyo, sabiendo que, por fuerza, habrá de hacerlo negociando y bajo la estricta y permanente vigilancia del resto. Que de eso va, en realidad, la política, no de crear callejones sin salida.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
La defensora del lector responde a las dudas y críticas más frecuentes de los lectores y oyentes de EL PAÍS en 2025
Navidad en el límite de la ‘zona de muerte’ de Ucrania
El PP de Ayuso veta la comisión de investigación que pidió Más Madrid para el hospital de Torrejón
¿Qué pasó en 2025? Nuestros mejores mapas y gráficos
Lo más visto
- Víctor Bermúdez, profesor de Filosofía: “Hemos perdido el control del proceso educativo, lo que damos en clase es en gran medida un simulacro”
- Zelenski confirma que cualquier pacto con Rusia deberá ser ratificado en referéndum
- “Un jardín con casa, no una casa con jardín”: así es la premiada vivienda de 146 metros cuadrados que se camufla con la vegetación
- La revalorización de las pensiones queda en el aire por la negativa de la derecha a apoyar otras medidas sociales
- TVE se reivindica (con pulla) en su gran noche televisiva




























































