El PP reafirma a Rajoy para intentar zanjar el debate de su liderazgo

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“Prietas las filas”. Ese es el único objetivo real reconocido desde la cúpula del PP sobre la convocatoria exprés para hoy de su comité ejecutivo nacional. La dirección popular aprovechará para analizar la fracasada investidura de Rajoy y sus consecuencias. En el PP quieren anticiparse a zanjar el debate sobre la candidatura de Rajoy y piensan que Pedro Sánchez lo alentará para ganar tiempo hacia las terceras elecciones y buscar excusas a su rechazo.

El miércoles por la noche, cuando terminó la primera votación de la investidura de Rajoy, la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, abandonó casi a la carrera el Congreso con un encargo improvisado del líder: convocar este sábado una reunión del máximo órgano de dirección del partido.

La cúpula del PP quiere refrendar así la vigencia del liderazgo de Rajoy, el mantenimiento de su candidatura pase lo pase en próximas semanas y evitar que esa discusión se cuele en la agenda de estos días, que se quiere concentrar en aumentar al máximo la presión sobre el PSOE y Sánchez.

“Nadie en el PP está en discutir la continuidad de Rajoy, esa posibilidad no existe y solo la quiere fomentar el PSOE para buscar más excusas al bloqueo de Pedro Sánchez para ganar tiempo a sus intereses personales y políticos”, concluyó ayer en el Congreso uno de los máximos dirigentes del PP antes de escuchar la intervención de Albert Rivera, el líder de Ciudadanos, que demandó un aspirante popular más viable.

Otro de los miembros más relevantes del comité de dirección del PP insistió en el sinsentido de exigir ahora desde el PSOE una retirada de Rajoy, tras haber ganado dos elecciones generales y aumentado la distancia en ambos casos con respecto al rival socialista. En el PP recalcan, cuando se les plantea este dilema, que no es de recibo demandar la cabeza política del dirigente que ganó las elecciones y no suscitar esa discusión internamente en el PSOE tras llevar a ese partido a dos derrotas en las urnas y a dejarle a 52 escaños de diferencia y dos millones y medio de votos de distancia.

La posibilidad de un relevo al frente del PP se les suscitó a casi todos los dirigentes populares y todos la rechazaron. “De ninguna manera”, remachó Cospedal. “En absoluto”, coincidió el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo. “Los españoles han votado dos veces a Rajoy, es el más votado, nuestro líder, y no está en cuestión”, glosó el candidato vasco Alfonso Alonso.

A la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, se le tanteó sobre si sería posible que Rajoy y Sánchez renunciaran ambos para facilitar el desbloqueo. Lo descartó en el caso de su jefe: “Hay que estar a la altura de la responsabilidad, y el señor Sánchez tiene una responsabilidad como segunda fuerza, que, por cierto, ha ido perdiendo apoyos, para permitir que España tenga un Gobierno”.

Uno de los máximos responsables del PP lamentó ese planteamiento efectuado por el expresidente socialista Felipe González, le recordó que él nunca gobernó sin haber ganado las elecciones y le lanzó retóricamente la pregunta de qué hubiera hecho como secretario general del PSOE si hubiese logrado solo 85 diputados.