Rajoy se aferra a la promesa de 20 millones de empleos
El candidato del PP apenas dedica dos minutos de su discurso a tratar de la corrupción
Mariano Rajoy cumplió este martes el trámite constitucional de pedir la confianza del Congreso para su investidura como presidente del Gobierno con un discurso que fue precisamente eso: de trámite. El candidato del PP centró su intervención en la urgencia de que España tenga un Ejecutivo “fuerte y sin hipotecas” que consolide la recuperación económica. Y amenazó con que esta buena marcha se puede malograr por la parálisis política. Prometió, otra vez, 20 millones de empleos. De los 80 minutos de discurso, Rajoy apenas dedicó dos a la corrupción.
El presidente en funciones lanzó como su mayor promesa un horizonte en el que España contaría con 20 millones de empleos en el año 2020. Sin embargo, los expertos ven difícil que se mantenga durante varios años el actual ritmo de crecimiento de medio millón más de ocupados por año. Por dos razones: una, porque la población tiende a disminuir. Y dos, porque para seguir creando medio millón de empleos cada año, hace falta que la economía siga creciendo a ritmos cercanos al 3%. Y este crecimiento no parece que se pueda repetir una vez se agote el empuje del bajo precio del petróleo y de las inyecciones de liquidez del Banco Central Europeo (BCE). Si de verdad se llegase a crear tal cantidad de empleo, eso significaría que el trabajo creado es de una productividad baja y, por lo tanto, precario.
Los difíciles acuerdos de I+D y Educación
Rajoy prometió “abrir un diálogo con todas las fuerzas políticas para lograr un Pacto Nacional por la Educación”, una meta a la que le ha incitado Ciudadanos. De todas formas, alcanzar consensos educativos no ha sido su fuerte. La actual ley, la LOMCE, fue aprobada en 2013 solo con el voto del PP.
El candidato prometió 100.000 plazas de Formación Profesional Dual, una modalidad que combina el estudio en el aula con prácticas en empresas. Sin embargo, el Ministerio de Educación aclara que implantarla depende “como en toda la oferta educativa, de cada comunidad autónoma”. También por su pacto con Ciudadanos, Rajoy se abrazó a la I+D y anunció que aumentará más aún la deducción fiscal para fomentarla. Sin embargo, el FMI ha denunciado la falta de compromiso de España con estas políticas
Rajoy blandió varias veces que España es el país de la eurozona que más crece y que más empleo genera. No obstante, eso se debe a que las empresas se quedaron en los huesos después de ajustar sus plantillas. Tan pronto como el BCE garantizó los activos de la economía española, las empresas han necesitado contratar a un ritmo mayor que en el resto de Europa. La devaluación salarial ha permitido ganar en competitividad, pero ha precarizado las perspectivas laborales de los españoles.
Por otra parte, Rajoy pidió el respaldo para poder seguir garantizando la capacidad adquisitiva de las pensiones. Durante su legislatura, las pensiones de menos de mil euros han ganado 0,5 puntos porcentuales de poder de compra. En cambio, las de más de mil euros han perdido un 0,5%. Y esto se debe a que en 2013 el Ejecutivo aprobó una actualización del 1% para las altas y del 2% para las bajas. En los próximos años, los expertos prevén que el índice de revalorización se estanque en un 0,25% anual, mientras que la inflación debería crecer más, lo que erosionará las pensiones.
Rajoy también presumió de haber aprobado unos presupuestos para este año. Sin embargo, esas cuentas son ya papel mojado: pese a que preveía un déficit del 2,8% al cierre, la Comisión Europea espera que el agujero se sitúe en el 4,6%, muy lejos del objetivo inicial. Y eso que en abril puso en marcha 2.000 millones de recortes en el gasto de los ministerios. Y que en julio aplicó un cierre contable que impide contraer nuevos compromisos de gasto. Es más, Rajoy se quejó en su discurso de que se habían perdido 70.000 millones de recaudación con la crisis. Pero eso no fue óbice para que implementase una rebaja de impuestos que desde 2015 ha supuesto, según la Agencia Tributaria, una pérdida de 8.783 millones de recaudación y que está impidiendo que se corrija el déficit.
Pactos de Estado
En un discurso que dejó frío al resto de los grupos, incluido a Ciudadanos, que le dio el sí a la investidura y que apenas recibió unas migajas de agradecimiento, Rajoy repasó otros asuntos, en su mayor parte con vagas apelaciones a pactos de Estado.
Uno de estos grandes acuerdos tiene que ver con la violencia de género. El candidato recordó que las mujeres víctimas de malos tratos “cuentan con asistencia jurídica gratuita durante todo el proceso que se abre desde el momento en que piden ayuda por primera vez”. Este beneficio de asistencia jurídica, implantado en febrero de 2013, se inicia en el momento en que la víctima denuncia a su maltratador. Sin embargo, durante la última legislatura del PP, la partida destinada a actuaciones para la prevención de la violencia machista han bajado un 17%, desde 30,4 millones en 2011 a 25,2 millones en 2016.
En materia de corrupción, Rajoy pasó de puntillas. El candidato sostuvo que en España hoy “no queda resquicio para la impunidad” y que con su Gobierno se han puesto en marcha “mecanismos para recuperar hasta el último euro robado”. Rajoy se comprometió a no conceder indultos a condenados por delitos de corrupción. En la X Legislatura (2011-2015), el Ejecutivo presidido por Mariano Rajoy otorgó el perdón a, al menos, siete cargos públicos o funcionarios condenados por prevaricación y malversación de caudales públicos.
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