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¿Los empleos precarios nos sacan realmente de la crisis?

En julio el paro bajó al 20% y creció la afiliación a la Seguridad Social con las contrataciones de los sectores del turismo y la hostelería

Una mujer atendida en una oficina de empleo.
Una mujer atendida en una oficina de empleo.EFE

Julio fue, en teoría, un buen mes para el mercado laboral español. Bajó el paro al 20% y subió la afiliación a la Seguridad Social. El problema es el tipo de empleo que se está creando. A nadie se le escapa en qué sectores mejoró primordialmente la ocupación —hostelería y comercio al por menor—, ni por qué. Pero lo cierto es que la temporalidad y los bajos sueldos de los nuevos contratos no generan suficiente para volver a llenar la hucha, no son una garantía para recuperar el nivel de vida que desbarató la crisis.

¿Y tú qué piensas? ¿Has abandonado las listas del paro? ¿Engrosas las filas ahora de los trabajadores precarios? ¿Son alentadores los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA)? ¿Estos trabajos —esos salarios— nos sacan realmente de la crisis? Puedes enviar tu opinión aquí: CartasDirector@elpais.es indicando en el Asunto: Empleo precario. También vía mensaje en el Facebook de El País Opinión.

La opinión de los lectores

Estos son los comentarios más destacados hasta ahora:

¿Cómo surgieron los empleos precarios? O bien estaban destinados a insertar a recién titulados en el mercado laboral o a cubrir picos de demanda excepcionales. Hoy, sin embargo, se conciben como la manera de ocupar un puesto al menor coste posible.

Esto surge de mezclar la picaresca con el “buenismo” del gobierno de turno, que confía en que reduciendo costes laborales subirá la contratación de las empresas. Que haya contratos de becario de dos años (cuando la formación está estipulada en 6 meses) solo es “pan para hoy y hambre para mañana”. Habrá más crisis en el futuro pero, entonces, ya veremos qué hacemos. Así nos va.

Jesús Martín Aguilar

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No se trata de no aceptar un empleo precario en un momento coyuntural, bien sea mientras estudias y trabajas en vacaciones, cuando estas en período de aprendizaje o, cuando no tienes la formación adecuada. Aunque lo ideal sería siempre un trabajo decente y bien remunerado, muchos hemos aceptado a lo largo de nuestra vida laboral unas condiciones insuficientes con la promesa de que iríamos progresando conforme fuéramos demostrando nuestra valía.

Desde la reforma laboral de 2012 del PP, estas condiciones que se aceptaban, con la esperanza de que sería un tiempo efímero, estan legisladas y han venido para quedarse; pero lo peor, es ver como unos trabajadores consolidados o de la administración pública van avanzando y, el resto se quedan sin un sueldo que les permita cubrir sus necesidades básicas en el mejor de los casos. Por mucho que se "maquillen" las cifras de parados, es la desigualdad la que avanza a pasos agigantados.

José Solano Martínez

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Como Hansel y Gretel vivimos asombrados por la maravillosa casita de la bruja, llena de dulces, chocolates y regalos increíbles que nos hacen soñar con una vida ideal sin sufrimientos y sin carencias materiales. Tan asombrosa como irreal es la descripción que desde el gobierno nos hacen sobre sus logros económicos y sociales.

No es este el espacio adecuado para analizar en profundidad el desatino económico y la gestión de la crisis a lo largo de todos estos años, pero si un pequeño espacio para la denuncia, para la rebelión ética de un modelo de salida de la crisis que nos ha hundido mucho más como país y como ciudadanos. Y desde luego un pequeño espacio, en este excelente periódico, para denunciar la falsedad de tal afirmación. Solamente el sentido común – una rareza en las cabezas de los políticos que nos gobiernan – nos hace ver que la realidad de los llamados empleos precarios impide a los “afortunados” desarrollar una vida con un mínimo de normalidad. El miedo inherente a estas formas de trabajo, la bajísima remuneración que conllevan, la incertidumbre absoluta al futuro más próximo y una montaña de argumentos en tal sentido que podríamos expresar hacen que la crisis siga profundizando en las capas sociales que más la han sufrido y les limite enormemente las posibilidades reales de salir adelante con un mínimo de dignidad.

Moraleja: al final la bruja mala del cuento se murió y Hansel y Gretel se salvaron.

Rubén Sanzo Roces

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El tipo de empleo creado, lejos de ser solución, será causa de una futura crisis. Con empleos precarios como los que surgen, los trabajadores difícilmente podrán tener una vida digna a largo plazo. Para empezar no podrán acceder a una hipoteca para adquirir una vivienda habitual, los salarios no son suficiente para impulsar la demanda interna (tan necesaria para el crecimiento de la economía), y por último apenas se pueden recaudar impuestos de unos salarios tan bajos, por lo que se hace cada vez más difícil equilibrar la balanza de gastos.

Para mí, las noticias optimistas de estos días son la crónica de una crisis anunciada.

Pablo Povedano

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La precarización no es una consecuencia provisional de políticas "necesarias" para salir de la crisis, sino que es la necesaria consecuencia de unas políticas que, aprovechando la crisis, pretenden consolidar nuevos estándares sociales a la baja por medio de la desposesión y precarización de gran parte de la población. Esas políticas no son soluciones técnicas, sino las que responden a los intereses de las élites económicas y políticas. El mismo gobierno que ha disminuido las indemnizaciones por despido es el que va a pagar durante dos años a uno de sus exministros, implicado en los "papeles de Panamá", una renta mensual de 4.644 euros. Que no nos vengan con cuentos. La "alta sociedad" gobierna contra la mayoría social.

Luis Sáenz

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