El ‘informateur’, la solución holandesa al bloqueo político
Herman Tjeenk Willink, elegido por la reina Beatriz para facilitar un Gobierno en 2010, da las claves del modelo holandés
En pleno proceso de consultas para la formación de un Gobierno —tras más de siete meses sin resultados— este martes ha llegado a España un hombre que sabe lo que es construir un acuerdo de coalición. El político holandés Herman Tjeenk Willink (Ámsterdam, 1942) se convirtió en 2010 en el informateur de la reina Beatriz, una figura neutral de la política de los Países Bajos cuya misión es mediar entre los partidos y “explorar las opciones” para facilitar un acuerdo. “Debe ser alguien que tenga cierto prestigio —incluso fuera de su círculo político— y a menudo alejado de la política activa”, ha opinado ante una audiencia expectante Tjeenk Willink, que no ha querido pronunciarse sobre la posible aplicación de este sistema en España. “No sé si aquí puede haber alguien que desempeñe esa tarea… ¿Hay espacio para un informateur? No tenéis una tradición de Gobiernos de coalición”, se ha preguntado el político, que ha ofrecido “food for thought” para la política española en un curso de la Universidad Menéndez Pelayo, en Santander.
Una tradición de acuerdos que sí existe en los Países Bajos, un Estado de “minorías, no sólo en términos de religión y credo, sino también en el ámbito político”. “No hay partidos con mayorías y nunca los habrá”, ha afirmado el exvicepresidente del Consejo de Estado holandés, que ya estuvo en Madrid en marzo a fin de explicar los mecanismos institucionales de la Corona holandesa para la formación de Gobierno. “La Casa Real ha sido informada de este precedente holandés por vías oficiales y ha mostrado interés, no con ánimo de copiarlo por las diferencias entre países, pero como una posibilidad más a estudiar”, ha revelado el director del Instituto Elcano, Charles Powell, que ha moderado el encuentro.
El partido con más escaños en el actual parlamento holandés, el liberal Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD) del primer ministro Mark Rutte, cuenta solo con 41 de los 150 totales. El segundo, el socialdemócrata Partido del Trabajo (PvdA), con el que gobierna en coalición, suma 38. Esta tradición pactista se afianzó en 1951, cuando el monarca nombró por primera vez a un informateur. “Hasta los años 50, el monarca pedía al líder del partido mayoritario que ejerciese en primer lugar el papel de formateur, es decir, que formase un nuevo Gobierno de coalición”, ha explicado Tjeenk Willink, que ha añadido que este sistema, parecido al español, resultaba en que el resto de partidos a menudo “obstruían su labor hasta el punto de no poder cumplir su cometido”.
La introducción de una figura neutral supuso lo que el político holandés llama un “rito de objetividad”. “Al día siguiente de las elecciones, el monarca recibía a los líderes de todos los partidos elegidos para encontrar un denominador común, designar a un informateur y definir sus instrucciones”, ha dicho Tjeenk Willink. Una escrupulosa redacción de “las fases” a seguir por el facilitador, quien al final del proceso debe presentar un informe de evaluación al monarca.
Entre las virtudes de este sistema, el exasesor de la reina Beatriz destaca que el facilitador puede evitar al rey “un traspié” político, ya que “cuenta con un margen de maniobra mayor que el monarca”, y puede “enfriar los ánimos tras una intensa campaña electoral”. Asimismo, Tjeenk Willink ha añadido que un informateur puede “conducir a las partes” a adoptar acuerdos “que por sí mismos no estarían dispuestos a asumir”.
El político ha lamentado que, desde 2012, el sistema haya cambiado y ya no sea el rey quien elija al mediador, sino los miembros del Parlamento. “Esto ha politizado el principio del proceso”, ha dicho Tjeenk Willink, que ha explicado que ese año la iniciativa ya correspondió al partido más votado, que propuso como mediador “a un político en activo de entre sus filas”. “Si antes, en la fase inicial, se consideraban provisionalmente algunas potenciales coaliciones, en 2012 un procedimiento preliminar de clasificación produjo desde el principio una única coalición posible”.
El cambio ha supuesto de facto “la desaparición del rito de objetividad” y de la iniciativa del monarca, que según Tjeenk Willink producía un “efecto de apaciguamiento” porque cada partido tenía “la sensación de que se le tomaba en serio”. “La cuestión de formación de un Gobierno es también una cuestión de psicología política”, ha reflexionado para finalizar el exinformateur, que ha hecho gala durante toda la ponencia de una diplomacia con la que ha evitado toda referencia al caso español.
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