Mercedes Formica, reconocida en Madrid y escondida en Cádiz
Carmena propone que la feminista gaditana tenga una calle con su nombre en la capital, mientras que en su ciudad natal Kichi retiró su busto por su pasado falangista
Mercedes Formica (Cádiz, 1913-Málaga, 2002) fue una jurista y novelista que destacó por su defensa de los derechos de la mujer. Aunque también tuvo un pasado falangista. La dicotomía entre cuál de las realidades de Formica pesa más es el que ha llevado a dos ayuntamientos del mismo color político a tomar senderos distintos en su reconocimiento. El Ayuntamiento de Madrid (gobernado por Manuela Carmena, de Ahora Madrid) anunció ayer su intención de darle su nombre a una calle en su plan de revisión del nomenclátor franquista de la capital. No hace ni un año que el Consistorio gaditano (Por Cádiz Sí Se Puede) decidió justo lo contrario cuando retiró el busto de la feminista que presidía una plaza en el centro de la ciudad.
El Comisionado para la Memoria Histórica, constituido en el Ayuntamiento de Madrid para revisar los vestigios franquistas en el callejero, incluyó el nombre de Formica junto con otros 26 para renombrar vías vinculadas a la dictadura. Concretamente, la feminista renombrará la calle de los Caídos de la División Azul. El equipo, dirigido por la abogada y política socialista Francisca Sauquillo, ha considerado su trayectoria en defensa de los derechos de la mujer casada como justificación para tener un reconocimiento en el callejero madrileño. Ahora, será el pleno del Ayuntamiento madrileño el que tendrá que aprobar la modificación propuesta por este comisionado independiente. La previsión es que el trámite salga adelante con los votos favorables de Ahora Madrid y el PSOE local.
Fue en octubre de 2015 cuando otro de los denominados “ayuntamientos del cambio” tomó una decisión bien distinta. El Consistirio gaditano decidió retirar el busto que la jurista tenía en la plaza del Palillero, junto al Centro Integral de la Mujer. En un primer momento, se justificó la decisión en evitar que el busto sufriera daños al estar en la vía pública. Por ello, lo trasladó al interior del centro, concretamente a la biblioteca que lleva su nombre. La decisión generó una intensa polémica con el equipo de gobierno anterior del PP, ya que fue la anterior alcaldesa Teófila Martínez la que decidió homenajear la figura de Fórmica al colocar el busto el 2 de diciembre de 2014.
Pasaron días de la retirada del busto y de la primera argumentación para que un miembro del actual equipo de gobierno presidido por José María González ‘Kichi’ desvelara el verdadero motivo de la acción. Fue la concejal delegada del área de Mujer y del Mayor la que explicó su decisión en una asamblea ciudadana celebrada en la misma plaza del Palillero. “La mujer que defendía Formica era una mujer abnegada, fiel a la obra de Franco, responsable de su hogar, esposa y madre perfecta. Y Formica militaba y formaba parte de la dirección de la Falange, un partido fascista que, durante el golpe de estado, derrocó un gobierno legítimo e impuso una dictadura de 40 años quitando a una República”, defendió Camelo. La concejal consideró que ese no era un ejemplo a defender por el actual equipo de gobierno. “No es el tipo de mujer que estamos defendiendo, y por eso he quitado el busto de Mercedes Fórmica”, apostilló.
Una retirada polémica
La acción y la posterior justificación en la asamblea ciudadana indignó a los populares. De hecho, la concejala, Mercedes Colombo, lamentó el “sectarismo y el totalitarismo” del equipo de gobierno “por el único motivo de que fue colocado en el anterior mandato”. Las reacciones incluso fueron más allá y un grupo de intelectuales malagueños (capitaneados, entre otros por el escritor y ex director del Instituto Municipal del Libro de Málaga, Alfredo Taján) anunció su intención de pedir el busto para instalarlo “en un lugar de honor en Málaga”, donde la feminista vivió sus últimos años.
Mercedes Formica nació en Cádiz en 1913, aunque se trasladó a vivir a Sevilla cuando tenía 11 años. Fue de las primeras mujeres que estudió Derecho en la Universidad de Sevilla. Se hizo falangista antes del golpe de estado, aunque no tardó en mostrar su disconformidad con la actitud del régimen hacia la mujer. Su aportación fue decisiva en la reforma del Código Civil de 1958. Hasta ese momento, una mujer casada carecía de derechos y perdía su casa y sus hijos si abandonaba a su marido.
Su implicación vino tras conocer que un hombre había asesinado a su esposa con doce puñaladas y su acto iba a quedar impune. Generó el debate publicando el artículo de prensa El domicilio conyugal y se entrevistó con Franco, hasta lograr lo que se vino a denominar popularmente como la Re-Formica. Falleció en el año 2002 en Málaga, consciente como ella mismo lamentó, que sus logros fueron silenciados a causa de "su pasado falangista”.
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