Once apellidos franquistas
Un grupo de municipios estudia cambiar su nombre, relacionados con la dictadura, tras la denuncia de un abogado por incumplir la Ley de Memoria Histórica
En Llanos del Caudillo (Ciudad Real), un pueblo de 700 habitantes apostado a una orilla de la A-4, repiten que lo poco que queda aquí de la dictadura franquista es el apellido del municipio, reflejado en los carteles de la carretera que anuncian la llegada a este pequeño grupo de casas bajas y encaladas. "Aquí no tenemos ni placas, ni escudos, ni insignias que rememoren esa época", relata resignado el alcalde, Andrés Antonio Arroyo (PP), que desembarcó en el Ayuntamiento hace apenas nueve meses y que se encontró en su mesa, el pasado febrero, una demanda de un abogado por mantener en el nombre de la localidad referencias a uno "de los máximos exponentes de la Guerra Civil". Como él, otros diez pueblos de España han recibido el mismo escrito. Y algunos de ellos, ante las posibles consecuencias, ya han decidido empezar los trámites para modificar su denominación.
"Si no hay otra solución... Si hay que cambiarlo porque lo dice la ley [de Memoria Histórica]... Pues se hace", apunta Germán Florido, el regidor de Águeda del Caudillo, que convocó una junta vecinal extraordinaria donde se dio luz verde a la modificación del nombre de esta pedanía de Ciudad Rodrigo (Salamanca), incluida también en el listado de once Ayuntamientos señalados.
Un documento elaborado por Eduardo Ranz, un letrado de Madrid, que ya denunció a finales del pasado año al Consistorio de la capital por incumplir la Ley de Memoria Histórica, para forzar así la retirada de las referencias franquistas del callejero. Ahora, repite estrategia y recurre a los tribunales.
Y, para materializar su nueva acción, Ranz eligió también una fecha muy significativa: el 11 de febrero, aniversario de la proclamación de la Primera República. Ese día, el abogado presentó ante la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) un escrito donde exigía al organismo que instase a la "revisión inmediata" de los apellidos de estos 11 entes locales o, en el caso de que no lo hiciesen, les retirase las ayudas públicas que les corresponden. Una estrategia jurídica que completó a otros tres niveles.
Los enclaves denunciados
- Águeda del Caudillo (Salamanca)
- Alberche del Caudillo (Toledo)
- Guadiana del Caudillo (Badajoz)
- Llanos del Caudillo (Ciudad Real)
- Villafranco del Guadiana (Badajoz)
- Quintanilla de Onésimo (Valladolid)
- Alcocero de Mola (Burgos)
- San Leonardo de Yagüe (Soria)
- Villafranco del Guadalhorce (Málaga)
- Bembézar del Caudillo (Córdoba)
- Queipo de Llano (Sevilla)
Primero, envió directamente a todos los pueblos una carta pidiendo a los Gobiernos locales que aplicasen la Ley de Memoria Histórica, aunque esta no habla explícitamente de los nombres de las localidades. Segundo, hizo lo mismo con las correspondientes Diputaciones. Y, tercero, anunció querellas dirigidas contra los propios alcaldes por incitación al odio —en este último caso, explica que solo a ocho de los regidores, ya que tres son pedanías sin su propio primer edil—. "Seis de estos municipios adquirieron su nombre a raíz de un decreto franquista de los años cincuenta. Al resto, los he localizado a través de la prensa", detalla Ranz. Por ejemplo, de Quintanilla de Onésimo (Valladolid), en honor de Onésimo Redondo (dirigente de Falange), supo porque José María Aznar se fotografió allí en la década de los noventa jugando al dominó. "No puedo garantizar que no existan más. Estos son los que yo he encontrado".
Su ofensiva legal ha surtido efecto en San Leonardo de Yagüe (Soria), un pueblo de 2.000 vecinos dominado por un castillo de piedra medio derruido, cuna del general golpista Juan Yagüe, apodado El carnicero de Badajoz por la represión a la que sometió a la ciudad extremeña y que causó 4.000 víctimas, como él mismo reconoció entonces en una entrevista al periódico estadounidense New York Herald Tribune. Allí, su alcalde ya anunció que convocaría en las próximas semanas un pleno urgente para cambiar la denominación del municipio. Una decisión que no ha gustado a la Fundación Yagüe: "Sería una grave muestra de ingratitud y desconsideración, tan común en la sociedad española, hacia la figura del general, que hizo de este lugar un pueblo próspero y puntero, siendo el vecino más ilustre y que más trabajó y luchó por su municipio".
La línea marcada por Águeda del Caudillo y San Leonardo de Yagüe también la seguirá Bembézar del Caudillo —pedanía de Hornachuelos (Córdoba)—, que eliminará el apellido franquista. "No tenemos interés en mantenerlo", ha dicho su alcaldesa, que explicó que hace décadas que se cambiaron todos los carteles y señales, pero aún seguía constando la referencia a la dictadura en el registro.
En Llanos del Caudillo no se baraja, en cambio, esta opción. Al menos, de momento. "Estamos estudiando la demanda del abogado para saber qué hacer", matiza su regidor, que explica que ya hicieron una consulta entre los vecinos en 2004 y que salió que se mantuviera el apellido. Un argumento que repiten en Guadiana del Caudillo (Badajoz).
"No es una demanda prioritaria de los vecinos", remacha Raúl Piquero, primer edil de Quintanilla de Onésimo. "Y nosotros, de momento, vamos a dejarlo así porque Queipo de Llano es una antigua pedanía de nuestro pueblo, donde no vive nadie y que está ocupado por arroz y marismas", concluyen fuentes del Ayuntamiento de La Puebla del Río (Sevilla). A todos, les responde Ranz: "Yo lo que espero es que cumplan con la ley. Es lo que haría cualquier demócrata".
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