El Supremo condena a El Algarrobico a su desaparición
El tribunal establece que el hotel se levantó en suelos no urbanizables y que los terrenos son de la Junta
El Tribunal Supremo ha dejado al hotel de la playa de El Algarrobico de Carboneras (Almería), símbolo de la destrucción del litoral, al borde de su desaparición. Los magistrados han desenmarañado el ovillo de recursos y fallos contradictorios que envuelven el edificio, cuya construcción se paralizó hace 10 años. El Supremo establece que se levantó en una zona donde no se podía construir y que el terreno es propiedad de la Junta de Andalucía. Esta Administración estudia ya la forma de demoler la edificación. "No tiene vuelta atrás", dice la Junta.
Hace 10 años, el 21 de febrero de 2006, un juez de Almería dictó un auto que paró las obras de este enorme hotel, que había comenzado a levantarse en 2003 con el visto bueno del Ayuntamiento de Carboneras y la Junta. Desde aquella paralización, que permanece vigente, una maraña de recursos y sentencias han enredado el caso. Pero, tras los pronunciamientos de este jueves del Supremo, la situación legal de esta mole está más clara: el hotel invade los 100 metros de la franja de dominio público marítimo-terrestre, se levantó en una zona del parque natural de Cabo de Gata-Níjar donde no se puede construir y los suelos en los que está son propiedad de la Junta, que ejerció el derecho de retracto también en 2006, tras la polémica que se generó.
70 millones de reclamación
El retracto (parecido a un expropiación) que el Supremo considera legal ahora supone que la promotora del hotel, Azata, recibirá 2,3 millones —que desde 2006 están depositados en una entidad financiera— por los suelos en los que se levantó el edificio. Pero la empresa reclama más. El Supremo no ha entrado en la "responsabilidad patrimonial" de las Administraciones implicadas, ya que en la Audiencia Nacional hay un pleito. La promotora del hotel reclama ahí 70 millones al Ayuntamiento de Carboneras, a la Junta y al Gobierno central, que antes de que se generara la polémica por la construcción concedieron los permisos para que el edificio se levantara.
El Supremo no ha entrado a dirimir si el edificio debe demolerse, porque no era el objeto de los recursos que analizaba y porque es un paso que nadie había solicitado hasta ahora por los casos cruzados que había en los tribunales. Pero la opinión mayoritaria de los ecologistas —como Greenpeace, WWF, Ecologistas en Acción o SEO/BirdLife— era este jueves que El Algarrobico "tiene los días contados".
En la misma línea, el consejero de Medio Ambiente de Andalucía, José Fiscal, ha sostenido que "las sentencias permiten la restitución de la zona a su estado original: el derribo”. “Es una derrota de un tipo de desarrollo que no se debe volver a dar". "No tiene vuelta atrás", dice sobre el derribo.
Protocolo de demolición
El Gobierno y la Junta firmaron en 2011 un protocolo para la demolición del edificio en el momento en el que se resolvieran los distintos recursos judiciales. Ese momento, opina Fiscal, ha llegado. El consejero ha afirmado que su departamento se pondrá "de inmediato" en contacto con el ministerio para aplicar el acuerdo de 2011, en el que se establecía que el Gobierno correría con los costes de derribo y la Junta con el desescombro y de la restauración de la zona. En principio, la idea de la Administración andaluza es proceder a la demolición a través de la apertura de un expediente administrativo. Pero cabría la posibilidad de que la orden de derribo fuera recurrida en los tribunales, con lo que se alargaría más el proceso.
Cuando la Junta y el Gobierno firmaron aquel protocolo en 2011, El Algarrobico parecía que caminaba irremediablemente hacia su desaparición. Pero un cambio en el reparto de los temas relacionados con el hotel en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) dio un vuelco al caso. Los jueces de la sección tercera de la sala de lo contencioso de Granada —que nunca antes se habían pronunciado sobre El Algarrobico—, fallaron en 2014 que los suelos en los que se edificó eran terrenos urbanizables. Lo insólito del caso es que dos años antes la sección primera de la misma sala —que había seguido este caso desde el principio— resolvió justo lo contrario: que en esos suelos no se podía construir.
Finalmente, el Supremo ha resuelto esta contradicción este jueves: el edificio está en un "área ambientalmente protegida" en la que no se puede construir. El alto tribunal reprocha a la sección tercera del TSJA haberse "apartado conscientemente de lo resuelto de forma definitiva y firme por una sentencia anterior de la misma sala".
Diez años de pleitos y fallos contradictorios
La historia de este hotel se remonta a los noventa del siglo pasado, cuando Azata del Sol ideó un enorme complejo hotelero y de viviendas a las afueras de Carboneras, alejado del casco urbano. La avanzadilla era el hotel levantado sobre una parcela de 32.660 metros cuadrados a pie de playa. Tendría cuatro estrellas y 411 habitaciones, todas con vistas al mar.
Licencia. El Ayuntamiento le concedió la licencia de obras en enero de 2003. En mayo, comenzó la construcción. El actual alcalde, el independiente Salvador Hernández, ha mostrado su pesar por el fallo del Supremo, porque "cercena el futuro" de su pueblo.
Paralización. El juez de primera instancia Jesús Rivera ordenó parar la construcción en 2006. Las obras estaban casi al 95% y Azata ha mantenido desde entonces sus grúas amarillas allí, como una advertencia. Dos años después, en 2008, el juez Rivera anuló la licencia de obras. Sostenía ya entonces que el complejo invadía la franja de 100 metros de protección de la costa y que estaba en un área protegida del parque.
Hacia la demolición. Las instancias judiciales superiores fueron confirmando luego esas dos irregularidades. El Supremo zanjó con una sentencia de 2012 el asunto del dominio público marítimo terrestre, al considerar que estaba fijado en los 100 metros y parte del hotel invadía esa franja. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) estableció que en los suelos en los que estaba el edificio no se podía construir.
Sorpresa. Todo parecía que estaba encaminado a la demolición. Pero en 2014 hubo un cambio en el TSJA del reparto de temas urbanísticos. Y los jueces de una sección de este tribunal que nunca había tratado asuntos relacionados con El Algarrobico lo cambiaron todo. A pesar de que sus compañeros ya habían establecido que los suelos no eran urbanizables, en 2014 fallaron justo lo contrario, que sí se podía construir allí. Esa sentencia ha sido anulada ahora por el Supremo. La misma sección estableció, también en 2014, que la licencia era legal. Esta última sentencia es firme y no se puede recurrir ya ante ningún órgano superior. Paradójicamente, un hotel construido donde no se puede edificar cuenta ahora con una licencia municipal de obras legal.
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