El juez deja libres a los titiriteros pero mantiene la acusación de delito terrorista
La Fiscalía de la Audiencia Nacional considera que ha disminuido el riesgo de fuga y la reiteración del supuesto delito
Tras tenerlos cinco días encarcelados, Ismael Moreno, juez de la Audiencia Nacional, ha dejado este miércoles en libertad a los dos titiriteros acusados de enaltecimiento del terrorismo en Madrid. El magistrado ha actuado tras solicitarlo la fiscalía, que ha cambiado de criterio, ya que el sábado pidió el ingreso en prisión. El juez considera ahora que ha disminuido el riesgo de fuga de los detenidos (al acreditar su "arraigo") y la posibilidad de reiterar el delito. Pero mantiene la imputación e impone medidas cautelares: comparecencias diarias en el juzgado y retirada del pasaporte.
Raúl García y Alfonso Lázaro han abandonado la prisión de Soto del Real (Madrid) sobre las seis de la tarde de este miércoles tras cinco días y cinco noches encarcelados —una de ellas, en los calabozos de la policía— por representar una obra de títeres donde se exhibía el cartel Gora Alka-ETA.
El juez Ismael Moreno, en línea con la fiscalía, ha decidido, cuatro días después de decretar su entrada en la cárcel, que la defensa ha acreditado la existencia de un "arraigo suficiente" de los detenidos y que ahora se ha reducido la posibilidad de que volvieran a cometer el mismo delito: "Es difícil que se puedan repetir los hechos objetos de este procedimiento, por la razón de que ha sido incautado judicialmente todo el material empleado en la presentación", explica la fiscalía en su escrito, donde también cuenta que se han rescindido las actuaciones que la compañía tenía previstas.
Con aplausos y vítores, una veintena de amigos y familiares ha recibido a la salida de la cárcel a los dos detenidos, que no han querido hacer declaraciones. En los próximos días, según la madre de García, hablarán públicamente. "No tenemos ningún miedo de lo que pueda pasar", ha dicho.
Los argumentos del magistrado Moreno
Enaltecimiento. El juez insiste en que observa en la función de los titiriteros el delito de enaltecimiento del terrorismo, castigado con una pena de uno a tres años de cárcel. Asegura que "cualquier" persona "verifica" que la mera exhibición del cartel Gora Alka-ETA supone "alabar o justificar" a los terroristas. Y añade que, el hecho de que se enmarque en una obra de guiñoles "no despenaliza" la acción.
Incitación al odio. Ismael Moreno cree que, "a priori", las escenas suponen "algo más que una clara mofa" a determinados colectivos y una "provocación al odio" que vulneraría la igualdad de todos y "el orden de convivencia existente". "La libertad de expresión no puede ofrecer cobertura al llamado discurso del odio".
Horas antes, por la mañana, la fiscalía ha enviado su escrito al juez para solicitar la libertad de García y Lázaro, de 34 y 29 años. Pero exigía toda una batería de medidas cautelares: su comparecencia diaria en el juzgado o comisaría más cercana a su casa, la fijación de un domicilio, la prohibición de salir del país y la retirada del pasaporte. Y Moreno, que ha añadido que no existe peligro "de destrucción u ocultamiento de pruebas", las ha aceptado.
El magistrado mantiene la imputación por los delitos de incitación al odio y enaltecimiento del terrorismo (este último incluido entre los delitos de terrorismo en el Código Penal). Sobre el primero, en su auto de este miércoles, el juez asegura que varias escenas de la función "constituyen, a priori, un modo de fomentar, promover o incitar al odio, hostilidad o violencia contra un determinado grupo de personas". Sobre el segundo, insiste en que cualquier persona que lea el cartel exhibido con el lema Gora Alka-ETA "puede verificar que se está alabando o justificando a los autores de hechos terroristas o a los propios hechos". "Sin que pueda suponer por sí misma una despenalización de la referida conducta el hecho de que tal exhibición se lleve a cabo bajo la cobertura o con ocasión de una obra con guiñoles", añade.
Dos acusaciones que rechaza contundentemente la defensa, que recuerda que la obra de títeres —La bruja y Don Cristóbal— es ficción. Además, los abogados subrayan que, en la trama de la historia representada, el rótulo Gora Alka-ETA lo utiliza un personaje para acusar falsamente a otro de un delito de terrorismo, nunca para ensalzar ese delito. "Don Cristóbal, un policía corrupto, instala en la vivienda de la bruja determinados objetos incriminatorios. Entre ellos, el referido cartel. También deja otros, como la albóndiga-bomba".
Medidas “injustificadas”
El encarcelamiento de los titiriteros, así como las acusaciones contra ellos del Ministerio Público y el juez, ha recibido una respuesta política y social. Amnistía Internacional ha celebrado este miércoles la salida de prisión y ha exigido que se le retiraran los cargos. Además, la ONG ha considerado "injustificadas" las medidas cautelares que impuestas
Alfonso es acompañado por uno de los amigos que ha venido a recibirle a la salida de la cárcel pic.twitter.com/uN1dLLTrbm
— Jorge G. García (@jorgegarcia_es) February 10, 2016
"El informe de la fiscalía favorable a la libertad es una buenísima noticia. Todos sentíamos que no debían estar en prisión", ha escrito también en Twitter la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, que ya consideró el lunes que las medidas judiciales tomadas contra los titiriteros resultan "de una gravedad que sorprende". Este caso le ha costado a la regidora duras críticas. Incluso, de formaciones que integran Ahora Madrid, la coalición con la que se presentó a las elecciones. Ganemos Madrid ha hablado este miércoles de la "escasa valentía" de la primera edil: "Es difícil entender la actuación del Ayuntamiento. Contribuir a la judicialización del episodio, culpabilizar a los actores, criticar su espectáculo y cesar a cargos de la organización del Carnaval, supone una actitud poco valiente y de aceptación de la ideología de los que han provocado la situación de deterioro económico, social y de recorte de libertades de nuestro país".
La alcaldesa de Madrid pidió perdón el lunes por programar esta obra para niños, tal y como constaba en la web del Carnaval. Los propios titiriteros han explicado que la función no se dirige a los menores y que el contenido no es "políticamente correcto". La bruja y Don Cristóbal contiene momentos violentos: como una en la que una bruja mata al propietario del piso en el que reside porque este la intenta violar; y otras en la que asesina a una monja que pretende llevarse a su bebé y a un juez que le acusa de terrorista. Según Ismael Moreno, escenas de ficción que merecían el ingreso en prisión provisional sin fianza.
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