_
_
_
_

Lotería de Navidad: Las chicas del 37

Un grupo de amigas de Málaga rememora la experiencia de ganar el Gordo con el número que soñó el padre de una de ellas

Algunas de las amigas agraciadas celebran el Gordo de 2014 en El Chozo.
Algunas de las amigas agraciadas celebran el Gordo de 2014 en El Chozo.F. S.

Todo comenzó con un sueño. Siete amigas se reúnen para desayunar cada día en una venta de Arriate, una pequeña localidad de Málaga. Una mañana deciden crear un fondo común y apostar a la Lotería de Navidad. Cada una compra un décimo y lo juegan entre todas, a partes iguales, lo que eleva sus posibilidades de conseguir premio. “Luego quisieron entrar en el grupo dos amigas más, y les pedimos que aportaran un boleto. A una de ellas le dije que comprara un décimo acabado en 37, que mi padre había soñado que nos tocaba”. La mujer hizo caso a Pepi Cruz, una de las agraciadas, y compró el 13.437. Ese número les cambió la vida, pero no mucho, porque el premio, de 400.000 euros, tuvieron que repartirlo entre las nueve apostantes. Restando los pertinentes impuestos, cada una se llevó un pellizco de 35.620 euros.

Más información
El ‘Gordo’ de Navidad desde 1812
¿Cuánto se gastará cada español en el Gordo en 2015? Más que el año pasado
Buscador de números para el sorteo de Lotería de Navidad
Resuelve el desafío matemático de la Lotería de Navidad
Hacienda también juega al Gordo de la Navidad
¿Qué derechos tengo cuando comparto un décimo de la Lotería?

“Lo primero que pensé es que pagaba mi casa. Y la pagué. No me quedó nada, no compré caprichos ni fui de viaje, pero me quedé tranquila”, relata Pepi, que en aquellas fechas estaba desempleada, como su marido, y contaba con 90 euros en la cuenta para pasar las fiestas y comprar los regalos de sus dos hijos, de seis y 12 años. “Nos ayudaban mis padres, pero no son eternos”. De hecho, ese 22 de diciembre era el primer día de trabajo (temporal) de su marido, Salvador Durán, que se presentó a los festejos en el local que regenta Javier Cañestro, también agraciado, un tanto incrédulo. Pero aquello estaba pasando, era real. “El premio nos sorprendió a todas. Yo estaba en la habitación y como sonido de fondo tenía la televisión. Escuché el 37 y supe que me había tocado, sin ver el número completo. Me llamó una amiga y me dijo que sí, que llevábamos el Gordo”.

Otra de las integrantes del grupo, la mujer que compró el boleto premiado, pidió otro décimo del 13.437, pero por error le enviaron dos. De golpe, la familia había ganado en la lotería 800.000 euros más el premio compartido entre las amigas que desayunan juntas a diario en El Chozo. El negocio se encuentra en la entrada de este pueblo blanco enclavado en la serranía de Ronda, con una tasa de paro cercana al 35% y con muchos de sus vecinos viviendo fuera. Cada Navidad vuelven a casa, pero la llegada del año pasado fue especial. El Chozo se convirtió en una escala obligatoria. Allí se concentraron arriateños y visitantes que, desde el coche, divisaron como un grupo de amigas celebraba con saltos, lágrimas y cánticos (no faltaba la copa de cava en sus manos), que habían sido agraciadas con el primer premio de la Lotería de la Navidad.

Si la lotería siempre es una cuestión de azar, en este caso la cuestión de la suerte se alió con Pepi y sus compañeras por partida doble. El número premiado llegó a la zona de la mano del lotero Salvador Melgar, adscrito a la Administración número 2 de Ronda, a través de un intercambio con otro lotero de El Bosque (Cádiz). Salvador vendió 40 décimos y su compañero, Miguel Pineda de Algatocín (Málaga), unos 60. En total, entre ambos, repartieron 40 millones de euros en premios. Una parte de ese dinero se fue a lugares como Albacete o Barcelona, ya que muchos de los 100 décimos fueron comprados por turistas que visitaban Ronda.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

“Es una satisfacción muy grande, sobre todo por haber dado el premio a personas que lo estaban pasando regular. Te alegras, aunque a ti no te haya tocado nada”, sostiene Salvador. Es su primer Gordo, pero antes ya dio un segundo premio. Sueña con repartir de nuevo este año una lluvia de millones entre sus vecinos, que lo siguen parando en la calle y dándole las gracias, aunque haya pasado ya un año.

El lotero Salvador Melgar muestra el número premiado en 2014.
El lotero Salvador Melgar muestra el número premiado en 2014.F. S.

“Yo lo estaba viendo en directo a través de la televisión. Cuando vi el número, pegué un salto. Avisé a mi mujer, pero le dije que no buscara nada que yo no llevaba ni una participación”, explica el lotero que, cuando supo la noticia, se acercó a la venta para felicitar a los premiados. Lo recibieron con vítores. Algunos se le acercaron para comprarle lotería para el sorteo de El Niño. Desde ese momento, sus ventas han crecido. Este año, incluso, ha tenido que pedir ex profeso 120 boletos con el número del Gordo en 2014, tras los requerimientos de sus clientes.

Las nueve agraciadas, a las que este año se ha añadido otra amiga, han vuelto a repetir, por si la suerte vuelve a pasar por su puerta. Comparten diez décimos, cada uno de ellos con una terminación diferente. Este año el padre de Pepi no ha soñado nada. En esta ocasión, la visionaria es la propia Pepi: está convencida de que el Gordo va a acabar en 25.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_