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El Leviatán, en modo manso

Podemos ha ido rebajando la ferocidad de sus propósitos a medida que se ha metido en las elecciones generales

Miquel Alberola
Asistentes al mitin de Podemos en la plaza del Museo Reina Sofía.
Asistentes al mitin de Podemos en la plaza del Museo Reina Sofía.Kike Para

Podemos irrumpió en el panorama electoral con la quijada muy abierta, como este monstruo con el ojo fosforescente surgido de la imaginación de los asistentes al mitin que la formación ofreció el pasado domingo en Madrid.

A tenor de sus rugidos, no pocos han llegado a identificar a este partido con el propio Leviatán, un demonio que venía a zamparse la Constitución de 1978 y a triturar el sistema con sus molares. Sin embargo, Podemos ha ido rebajando la ferocidad de sus propósitos a medida que se ha metido en las elecciones generales. La serpiente dentada ya no solo no come casta, sino que incluso se ha vuelto un poco vegano ante principios, en apariencia, irrenunciables. Ahora marca perfil manso. Solo come globos violáceos.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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