Democracia es confrontar propuestas
Todos los principales candidatos están ya preparados para el debate de EL PAÍS, salvo Rajoy, que evitará el cara a cara
Ya está casi todo preparado para el debate electoral de EL PAÍS; el primero de la democracia en directo a través de Internet, con público en el estudio, sin corsés y con los principales candidatos a ser presidente del Gobierno. Tres de cuatro. Todos, menos el actual jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, cuyo equipo de campaña (¿o él mismo?) piensa que es mejor no exponerlo a la confrontación no vaya a ser que no esté a la altura y pierda la ventaja con que inicia la campaña electoral, según las encuestas.
El atril del candidato del PP quedará vacío, porque este periódico ha querido evitar la falta de respeto a los otros tres contendientes y ha rechazado que debata la número dos de la lista del partido por Madrid, Soraya Sáenz de Santamaría. Probablemente Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias lo hubieran aceptado, pero les hemos ahorrado el papelón.
Todas las democracias avanzadas organizan debates públicos entre los candidatos; es algo habitual, casi obligatorio, porque la esencia de los sistemas democráticos es la confrontación de ideas y propuestas. Es la mejor manera de que los ciudadanos conozcan a las personas que les piden el voto para, ni más ni menos, ser presidente del Gobierno durante los próximos cuatro años.
No solo hay que conocer los programas o ver a los candidatos en mítines públicos perfectamente diseñados o entrevistas en los medios de comunicación. La confrontación es esencial para saber si un candidato está capacitado o no para dirigir el rumbo de un país, contra viento y marea. Su decisión, sus dudas, sus silencios, su pasión... son elementos de juicio muy importantes antes de dar el voto a uno u otro líder. Y su ausencia también.
Por eso, EL PAÍS ha diseñado un cara a cara en el que la confrontación ocupará más de tres cuartas partes del programa. Los tres candidatos tendrán unos minutos tasados para exponer sus propuestas sobre los cuatro bloques de discusión: economía y empleo, política social y Estado de bienestar, política territorial, y reformas y regeneración democrática. Y tras las breves exposiciones se iniciará un debate abierto de verdad, en el que Sánchez, Rivera e Iglesias podrán confrontar sus ideas sin cortapisas, ni corsés.
El moderador actuará para asegurar un equilibrio en los tiempos y juego limpio entre los candidatos, y para dar entrada a las preguntas del público presente y de los seguidores a través de la red. El debate está servido entre tres de los cuatro candidatos invitados.
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