La OCDE reprocha a España la falta de evaluaciones a los profesores
El organismo destaca que la mayoría de países miembros ya examinan a los docentes
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha reprochado a España la falta de evaluaciones a los docentes. El organismo incide en que el único control se establece en los exámenes de acceso a la profesión en centros públicos, y destaca que "otras formas de evaluación del profesorado no están legisladas", entre las que cita los exámenes regulares, pruebas para promocionar e incentivos asociados a resultados.
En el informe presentado este miércoles bajo el título Panorama de la Educación, la OCDE detalla que en tres cuartas partes de los 34 países objeto de estudio la evaluación del profesorado está legislada o es un requisito, en casi la mitad de ellos los profesores que obtienen malos resultados en las pruebas deben volver a examinarse, en 11 afecta a su salario, y en una decena de países se les obliga a mejorar su formación. "En España, la única consecuencia de un mal resultado en una evaluación es no conseguir la certificación para el puesto como docente", dice el documento en alusión a la falta de nuevas pruebas una vez obtenida la plaza.
El filósofo y pedagogo José Antonio Marina, al que el Gobierno ha encargado el Libro blanco de la función docente abrió el debate sobre la necesidad de evaluar a los profesores que ejercen en España a comienzos de este mes, cuando propuso que una parte de su retribución estuviera "relacionada con la evaluación del centro entero, de manera que se fomente la implicación de todos los profesores en un proyecto educativo". La idea ya tiene partidarios y detractores: los sindicatos de enseñanza se oponen, el Gobierno dice que la estudiará y el PSOE ya ha incluido en su programa electoral medidas similares. Para la OCDE, los sistemas de incentivos están concebidos "para seleccionar un grupo de profesores con resultados excelentes y reconocer su trabajo".
Por encima en estudios superiores, y en desempleo
El estudio recoge, asimismo, diversas variables que tratan de esbozar un mapa de la situación educativa de los países miembros y asociados. En España, la proporción de adultos entre 25 y 64 años con estudios de FP superior y universitarios (35%) es ligeramente superior a la media de los países de la OCDE (34%), si bien se muestra una brecha mayor con los que tienen menos estudios: gran parte de la población de esta franja de edad, el 43%, solo ha cursado la enseñanza obligatoria, frente al 23% de media de la OCDE por debajo de ese umbral.
Pese a que la cifra de jóvenes de entre 15 y 29 años que estudian supera en España los niveles de 2005 y 2010, y ya son el 45,5%, el fenómeno nini sigue latente. El 25,8% de las personas de esta edad no estudian ni trabajan, 10 puntos por encima de la media de la OCDE, con datos muy similares entre hombres (26%) y mujeres (25,7%). De entre los países de la UE, solo Grecia (28,3%) e Italia (27,6) tienen cifras superiores, con Turquía liderando la estadística en la OCDE con un 31,6% de inactivos en dicha franja de edad.
Los elevados datos de paro siguen siendo los que más alejan a España de países de tamaño y nivel de desarrollo similar. Con datos de 2014, el informe sitúa a España como el segundo país de la OCDE con más desempleo en adultos de entre 25 y 64 años independientemente de los estudios realizados. Entre los que no han ido más allá de la enseñanza obligatoria, solo Eslovaquia tiene mayor porcentaje de parados (39,2%) que España (31,4%), ambas muy por encima del 12,8% de media de la OCDE. España ha retrocedido respecto a 2010, cuando la proporción era del 24,5%, y está lejos del 9,3% de 2005, antes de la llegada de la crisis económica.
Entre la población con estudios de bachillerato y FP de grado medio solo hay más desempleados en Grecia (27,6%). España (21,6%), prácticamente triplica la media de la OCDE (7,7%) y ha empeorado desde el 17,2% de 2010. Por último, entre aquellos que como mínimo tienen un título universitario o de FP superior, la cifra ha pasado del 10,4% al 13,8% de parados, en una estadística negativa también liderada por Grecia con el 19,1%. La media de desempleo de estos titulados es del 5,1% en el conjunto de la OCDE. En todos los niveles de formación, la falta de trabajo en España afecta más a los jóvenes.
El informe, una de las radiografías más completas sobre el sector educativo a nivel global, refleja, pese a ello, las posibilidades de tener trabajo e ingresos más altos aumentan cuanto mayor es la formación. “Los adultos españoles con educación terciaria tienen más posibilidades (24% más) de estar entre el 25% con mayores ganancias mensuales, que aquellos cuyo nivel educativo más alto es la segunda etapa de secundaria”, explica.
En otras variables como el gasto anual por estudiante, el porcentaje del PIB dedicado a educación, o la media de alumnos por clase, España sigue sin alcanzar la media de la OCDE. En primaria hay 22 alumnos por aula, y en secundaria 25 estudiantes, en ambos casos uno por encima de la media. Sí mejora al conjunto de países de la organización en el ratio de alumnos por docente tanto en la educación primaria (14 estudiantes frente a los 15 de la OCDE) como en secundaria (11 frente a 13).
Reducir la desigualdad, prioritario
La OCDE ha enfatizado que el principal objetivo de los Gobiernos debe ser reducir las desigualdades que aún persisten en materia de educación y centrarse en hacer los sistemas más eficientes para asegurar que cada niño, donde quiera que viva, pueda desarrollar todo su potencial y beneficiarse de una buena educación.
El informe revela datos esperanzadores, como que el 41% de las personas de entre 25 y 34 años ahora tienen educación superior. Pese a ello, las desigualdades aún se mantienen: en 2014, menos del 60% de los adultos sin educación secundaria estaba trabajando frente al 80% de los que cuentan con estudios superiores. Estos últimos también se benefician de mejores salarios. Según el informe, tienen un 23% más de probabilidades de estar entre la cuarta parte de la población mejor pagada que los adultos con una formación inferior. "El sueño de una educación de calidad para todos no es aún una realidad", lamentó el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, durante la presentación del estudio en París. "La falta de una educación de calidad es la forma más poderosa de exclusión social y excluye a la gente de los beneficios del crecimiento económico y el progreso social", añadió.
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