La oposición despide a Rajoy con acusaciones de mentira y corrupción
Duros reproches al presidente del Gobierno en el último debate parlamentario de la legislatura
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha enfrentado en el último debate de la legislatura en el Congreso a las duras críticas de todos los partidos. Ha visto pasar en pocos minutos todo su mandato cuando ha sido acusado de mentir, de utilizar las instituciones en su beneficio, de corrupción y de desprecio al resto de partidos.
Las Cortes han cerrado hasta mediados de enero con bronca y con Rajoy defendiendo su gestión económica: "Este es el Gobierno de un país del que el FMI acaba de decir que es el del G20, con Estados Unidos, el que más va a crecer". Frente a todos los demás partidos el presidente del Gobierno se ha remontado a 2011 para asegurar que "cuando llegamos este país estaba en recesión y ahora es el país de Europa que más empleo está creando". A todos los reproches ha respondido con los datos económicos y sin moverse ni un milímetro. Su balance de su mandato ha sido solo económico.
"Ustedes dejaron un país al borde de la quiebra y en recesión y ahora es el que más crece por lo tanto lo mejor que le puede pasar a España es que ustedes sigan ahí en la oposición muchos años", ha respondido al PSOE Rajoy para cerrar su mandato parlamentario casi como empezó. Sus diputados, inquietos porque son los únicos que aún no saben si repetirán en las listas del 20-D, le han aplaudido en pie, mientras el propio presidente con sonrisa de satisfacción les devolvía la ovación agradecido y complacido por su apoyo.
No ha sido nada complaciente la catarata de reproches de los portavoces que le han preguntado y que han resumido de manera coincidente la legislatura como la de las mentiras, la corrupción y los recortes, entre otros males.
El primero el portavoz del PNV, Aitor Esteban, que ha simbolizado el aislamiento del PP y el Gobierno para no relacionarse con otros grupos parlamentarios. "Conmigo usted nunca se ha reunido", le ha reprochado el nacionalista, antes de explicar que la legislatura de Rajoy ha sido la de "Gürtel, Bankia y Bárcenas que hubiera provocado la caída en cualquier país del primer ministro".
A continuación le ha reprochado que haya utilizado como "un rodillo los decretos leyes" y que haya dejado "el fin de la Justicia universal, la cadena perpetua, la ley mordaza, la Lomce, el fin de la memoria histórica, la desafección en Cataluña que solo responde en los tribunales y con amenazas". Rajoy le ha contestado con el crecimiento económico y el fin de la recesión. Nada sobre las demás acusaciones.
La siguiente ha sido Rosa Díez (UPyD) que ha repetido una veintena de veces la palabra mentira, imputada al presidente del Gobierno. "Usted siempre que ha tenido oportunidad ha mentido. La mentira es su debilidad. Es una pena un presidente que miente cada que vez que habla y desacredita a la democracia. Este es su legado: más desigualdad, pobreza, corrupción y mentiras", ha asegurado en su despedida del Congreso.
El presidente ha respondido como ha hecho toda la legislatura con los partidos pequeños: con desprecio. "No hablaré de su partido y de su legado porque quiero ser generoso, pero le recomiendo para su futuro un poquito de humildad. Así le irá mejor", se ha limitado a responder a UPyD.
El último ha sido Pedro Sánchez, líder del PSOE, para quien Rajoy "miente más que habla" y "utiliza las instituciones para fines partidistas". Tomando como base el informe crítico de la UE sobre los Presupuestos aprobados ya para 2016 y que tendrá que aplicar el nuevo Gobierno, Sánchez ha mantenido esa acusación de mentir y Rajoy le ha contestado de nuevo con la referencia a la herencia y el crecimiento económico.
"Sobre déficit no puede dar usted ninguna lección, ni a mí ni a nadie. Ustedes nos dejaron uno del 9%. Sólo en su último año de Gobierno se desviaron tres puntos ; congelaron las pensiones, dejaron España en recesión; el país al borde de la quiebra. De manera que lo mejor que le puede pasar a los españoles es que usted siga en la oposición muchos años", han sido sus últimas palabras de la legislatura en el Parlamento, cerrando el círculo del inicio de su mandato con la referencia a su antecesor como argumento político.
Al fin de la sesión en el pasillo, diputados de todos los grupos que no repiten se despedían y los del PP se encogían de hombros porque no saben aún si van a ser designados para las listas. Y todos se preparan para que el 14 de enero el pleno se reabra con una mayoría y una distribución de escaños que serán seguro distintas.
A la pregunta directa a los ministros sobre su futuro la respuesta iba desde la risa de Íñigo Méndez de Vigo, el adiós de Luis de Guindos y Pedro Morenés y la incertidumbre de Cristóbal Montoro y Rafael Catalá que quieren ser diputados.
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