El miedo del PSOE
La parálisis de la socialdemocracia es una enfermedad crónica de la política europea
¿Por qué, a pesar de que Rajoy luce la mueca del personaje amortizado, hay tantas dudas sobre las expectativas del PSOE? ¿Por qué algunos socialistas ya hablan del umbral de diputados por debajo del cual Pedro Sánchez tendría que dimitir? ¿Por qué cada vez son más los que piensan que si Rajoy cae no será por una victoria socialista, sino por la presión de Ciudadanos?
La agenda electoral tiene cinco cuestiones clave: recuperación económica, política social, cuestión catalana, corrupción y reforma institucional. Ante todas ellas, Rajoy está a la defensiva. ¿Por qué le cuesta tanto a Sánchez dar un paso adelante? La parálisis de la socialdemocracia es una enfermedad crónica de la política europea.
El desastre electoral del PP en Cataluña ha dejado muy tocado a Rajoy. Se ha constatado el fracaso de su inmovilismo y de su tendencia a negar las realidades que le incomodan. Nunca el independentismo catalán ha llegado tan alto como bajo su mandato. Rajoy pretende ahora apartar este cáliz de la campaña electoral. Y vuelve al discurso de la recuperación económica, con menos triunfalismo, en tono puramente negativo: si vienen otros todo se estropeará. Pero en Cataluña pasarán cosas que el presidente no podrá eludir y la cuestión catalana volverá. La corrupción seguirá dañando al PP —el caso Rato es el símbolo de una concepción patrimonial del poder demasiado generalizada— y Rajoy, en la medida en que nunca ha asumido su responsabilidad, carece de credibilidad en esta materia. En fin, la reforma del régimen y la revitalización de la política son ideas ajenas a Rajoy, convencido de que el lugar del ciudadano es el silencio.
Sánchez debería sacar provecho de una agenda letal para el presidente, pero su partido es una de las dos patas del régimen cuestionado y el miedo le frena. El miedo a ser sospechoso de deslealtad a la patria le coloca a regazo de Rajoy en la cuestión catalana. El miedo a ser acusado de radical le induce a la prudencia extrema tanto en política económica y social como en sus propuestas de reforma institucional. ¿Quién le ha hecho creer que el país es tan conservador?
Podemos busca desesperadamente el rumbo perdido y Ciudadanos puede hacer un roto electoral al PP. Debería ser el momento del PSOE, pero, en vez de mirar a su entorno natural, Sánchez descubre a Ciudadanos, cuyo éxito parece abducir a sus adversarios. A estas alturas de la legislatura, y con el pésimo balance de Rajoy, el referente debería estar en la izquierda, no en el centroderecha. Podemos decae, el PSOE sigue con miedo a ofender. ¿El ciclo de cambio acabará en gran frustración?
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