El proceso soberanista: De la depresión al optimismo en siete días
CDC y ERC han vivido una semana decisiva para encarar el 27-S
El independentismo catalán cierra la semana en la que ha recuperado para el 27-S el optimismo que perdió tras la consulta del 9-N. Los meses de lucha entre Convergència (CDC) y Esquerra Republicana (ERC) por la fórmula para concurrir a los comicios de septiembre lastraron al soberanismo, que rehace ahora su hoja de ruta.
CDC, ERC, la CUP y las entidades independentistas se reunieron el lunes con una propuesta que aprobaban todos menos Artur Mas: configurar una lista unitaria sin políticos. El presidente estaba en minoría, pero amenazó con no convocar el 27-S. Las entidades cedieron y obligaron a los partidos a moverse: la CUP se levantó de la mesa; ERC se quedó y acabó asumiendo lo que llevaba meses rechazando: una lista conjunta con Mas.
Entre los convergentes se instaló la euforia, pero ERC vivió las primeras horas con resignación. Los republicanos, a cambio, lograron concreción en el camino a la independencia: en caso de victoria el 27-S, CDC y ERC quieren que la secesión sea efectiva en seis u ocho meses, con una “ley de transitoriedad”. La norma establecería las medidas necesarias para que el hipotético nuevo Estado echase a andar y buscaría una nueva legalidad para esquivar los vetos del Tribunal Constitucional.
Los militantes de ERC lo aceptaron, convencidos de que la propuesta de ir con Mas no era buena pero era la única que les quedaba para aspirar a la victoria. La lista les devolvió el optimismo: el número uno, Raül Romeva, es un exeurodiputado de ICV, buen amigo de Oriol Junqueras y que gusta a los republicanos por su perfil de izquierdas y su discurso independentista, que le llevó a abandonar a los ecosocialistas. Tras él en la candidatura, las dos mujeres que han liderado el proceso desde las entidades privadas: Carme Forcadell, expresidenta de la ANC (y militante de ERC), y Muriel Casals, de Òmnium. Mas y Junqueras se reservan el cuarto y el quinto lugar, aunque el primero sería presidente en caso de victoria.
Con el pacto pendiente aún de firmarse, convergentes y republicanos son optimistas. La CUP espera recoger el independentismo de izquierdas que recela del acuerdo. Y las entidades preparan la movilización de la Diada del 11 de septiembre, que coincidirá con el inicio de la campaña.
En plena euforia, Mas cerró la semana visitando al Rey. Felipe VI y el Gobierno le recordaron que es un presidente autonómico como cualquier otro, pero los independentistas tienen la ilusión de que esa haya sido la última visita de Mas al Rey como presidente autonómico.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.