El juez propone cerrar el caso de los abusos en Guantánamo
De la Mata lamenta que la reforma de la justicia universal impida seguir con el caso
La reforma de la Justicia Universal ha acabado también con la investigación de las torturas en la cárcel de Guantánamo abierta por la Audiencia Nacional. El juez José de la Mata cree que los hechos ya no son competencia de la jurisdicción española y ha propuesto a la Sala de lo Penal cerrar el sumario en el que se investigaban llos abusos supuestamente cometidos en la base norteamericana contra cuatro islamistas, uno de ellos conocido como el talibán español.
En un auto dictado este viernes, José De la Mata se queja de las restricciones que la reforma de la justicia universal ha impuesto a los jueces para perseguir delitos y de la intepretación que ha hecho el Supremo de algunos aspectos de la norma que podían haber salvado causas abiertas en España.De la Mata concluye que las torturas investigadas en la base norteamericana de Guantánamo (Cuba), que se produjeron entre los años 2002 y 2005, no encajan en el artículo 23 de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) que regula el principio de jurisdicción universal de los tribunales españoles, según la doctrina que fijó en mayo el Supremo al dar carpetazo a las dos causas abiertas contra China —el genocidio en el Tíbet y la persecución del grupo religioso Falun Gong—. “El Tribunal Supremo ha fijado un muy estricto y duro (por lo restringido) canon interpretativo (...) Pero es el canon interpretativo. Y como tal debe ser aplicado por los órganos jurisdiccionales”, advierte el juez.
En el caso de Guantánamo, aunque una de las víctimas, el ceutí Hamed Abderramán Ahmed, tiene nacionalidad española, De la Mata sostiene que la Audiencia ya solo podría investigarlo si alguna de las personas contra las que se dirige el procedimiento se encontrara en España, algo que no ocurre en este momento.
La querella se dirigía contra cinco miembros de la Administración del expresidente estadounidense George W. Bush, que en 2002 creó en Guantánamo una prisión al margen de las leyes nacionales e internacionales. Los querellados eran, además de Bush, el exvicepresidente Dick Cheney; el exsecretario de Defensa Donald Rumsfeld; el general Michael Lehner, jefe militar de Guantánamo; y el general Geoffrey Miller, jefe de operaciones de detención e inteligencia de la base.
La querella la interpusieron Hamed Abderraman Ahmed, conocido con los alias de Hamido y el talibán español; el marroquí Lahcen Ikassrien, con residencia y arraigo en España cuando se abrió la investigación; el palestino Jamil Adullatif El Banna y el libio Omar Deghayes. Todos fueron entregados a España, después de pasar por Guantánamo.
La investigación de los abusos en Guántamo la inició Baltasar Garzón en 2009 y la reactivó en 2012 Pablo Ruz. Una vez aprobada la reforma de la justicia universal, Ruz consideró que la ley colisionaba con tratados internacionales suscritos por España y decidió proseguir con la investigación. Pero la sentencia dictada en mayo sobre el gonocidio del Tíbet ha cerrado definitivamente el camino al sustituto de Ruz.
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