¿Cómo se contagia la difteria?
Preguntas y respuestas sobre esta enfermedad que vuelve a España tras 28 años sin casos
La difteria, una enfermedad casi olvidada en España, ha regresado a nuestro país después de casi tres décadas sin registrar ningún caso. Un niño de seis años, que no había sido vacunado, permanece ingresado en el hospital Vall d'Hebron de Barcelona tras contagiarse.
¿Qué es la difteria?
Es una enfermedad respiratoria contagiosa, que puede llegar a ser mortal, que provoca la infección por una bacteria, el bacilo diftérico (Corynebacterium diphtheriae). Afecta a las vías respiratorias y puede llegar a provocar asfixia.
¿Por qué es peligrosa?
La bacteria no solo afecta a las vías respiratorias; también produce una toxina que al entrar en el torrente sanguíneo afecta a otros órganos como los riñones, el cerebro y el corazón. Una posible complicación es la inflamación del músculo cardíaco o miocarditis. El sistema nervioso también puede verse afectado y provocar parálisis temporal.
¿Cómo se contagia?
El contagio se produce de persona a persona a través de secreciones, principalmente las diminutas gotas que se producen con la tos o los estornudos de la persona infectada. No hace falta estar enfermo. Una persona que porte la bacteria, aunque no tenga síntomas, puede contagiarla.
¿Dónde hay difteria?
En España y el resto de Europa la difteria es ya una enfermedad "extraordinariamente rara", dice Antoni Trilla, epidemiólogo del Hospital Clínic de Barcelona. Sin embargo, sí sigue circulando en Rusia y algunas exrepúblicas soviéticas.
¿Hay vacuna?
Sí. El calendario de vacunación español incluye la inmunización contra la difteria, que se administra siempre en conjunto con otras, a los dos, cuatro, seis y 15-18 meses de vida. También se incluye en la vacuna de refuerzo de los adolescentes (13-14 años), junto con el tétanos y a veces con la tos ferina.
¿Por qué hay personas que no están vacunadas?
Hay enfermos que, debido a su dolencia, no pueden vacunarse. También hay personas de grupos sociales con pocos recursos que no tienen acceso a la información necesaria. Un informe reciente de Médicos del Mundo señala que en colectivos vulnerables, como inmigrantes sin papeles, personas por debajo del umbral de la pobreza o exiliados, solo la mitad de los niños están vacunados contra enfermedades como el tétanos, la hepatitis B, el sarampión o la tos ferina. Además, están los casos de padres que optan por no vacunar a sus hijos. Los movimientos antivacunas han crecido en los últimos años en Europa y Estados Unidos.
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