El yihadismo se suma a los objetivos de control de Alborán y el Estrecho
Activada la Operación Indalo contra la inmigración irregular y el narcotráfico
La Guardia Civil despliega desde este lunes en la franja costera que discurre entre Murcia y el Estrecho una nueva fase de la conocida como Operación Indalo, un dispositivo de vigilancia con medios marítimos y aéreos que, hasta el próximo 31 de octubre, intentará convertirse en una barrera contra la inmigración irregular y el narcotráfico. Cofinanciada por la Agencia Europea de Control de Fronteras (Frontex), este dispositivo se adapta a las nuevas necesidades y entre sus objetivos fija evitar el posible paso al litoral español de yihadistas. “Hay que controlar todo lo que puede venir a través de esa inmigración”, ha destacado el director del instituto armado, Arsenio Fernández de Mesa, durante la presentación de la misión en Málaga. También citó el tráfico de armamento.
La última campaña de la Operación Indalo, culminada en octubre de 2014, impidió la entrada en España de 4.114 personas sin papeles (entre los inmigrantes rescatados hubo dos fallecidos). Fueron más de 2.770 horas de navegación y más de 400 horas de vigilancia aérea que contribuyeron, además, al decomiso de 33,6 toneladas de hachís, 33 de cocaína y 117 vehículos.
El buque oceánico Río Miño se encargará de las labores de control en junio, acompañado por un avión de vigilancia marítima. Según el general de Fiscal y Fronteras de la Guardia Civil, Juan Luis Pérez Martín, los medios se incrementarán en julio y agosto (son los meses de más movimiento), con dos patrulleras y el apoyo de otros países europeos. España también envía ahora en junio el buque Río Segura del instituto armado para participar en la Operación Tritón, que ayuda a Italia en el control de su frontera marítima sur ante la llegada masiva de personas desde Libia. En este punto se ha rescatado a más de 5.000 inmigrantes desde el pasado viernes.
Además del Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE), la misión Indalo frente a las costas de Murcia, Almería, Granada, Málaga y el tramo mediterráneo de Cádiz servirá para poner en práctica el llamado proyecto Closeye, que incorpora al sistema de control marítimo nuevas herramientas que elabora la industria a petición de las propias fuerzas de seguridad. En este caso se probará la transmisión de imágenes a un centro de Madrid desde el avión que sobrevuele la zona y el uso de un dron lanzado desde el buque para tomar instantáneas.
Mauritania y Senegal
Una de las misiones más resaltadas por Fernández de Mesa por sus buenos resultados es la que existe en Mauritania y Senegal. La Guardia Civil extiende durante tres meses junto a Frontex la Operación Hera, pero la presencia de efectivos españoles en este punto de la costa africana se prolonga durante todo el año. Hay dos patrulleras y un helicóptero permanentemente tanto en Dakar, la capital senegalesa, como en la ciudad mauritana de Nouadhibou. Además, un buque se desplaza a la zona desde Canarias una vez al mes. “Esto es lo que hace que no haya inmigración hacia España”, afirmó Pérez Martín. Los datos que maneja, aportados por el Gobierno de Mauritania, es que en Nouadhibou hay 40.000 personas esperando para poder dar el salto a territorio europeo y 4.000 cayucos.
El director de la Guardia Civil apostó por la cooperación en el Mediterráneo, tal y como se ha hecho con Senegal y Mauritania, para frenar el tránsito irregular de inmigrantes. Las llegadas a Canarias han quedado reducidas “a prácticamente la nada”, aunque el control de este punto geográfico ha derivado la presión migratoria hacia Ceuta y Melilla. Fernández de Mesa destacó que las misiones españolas cumplen “escrupulosamente” los protocolos internacionales.
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