Prisión para el padre y la “portadora” del niño que se ocultó en una maleta
El juez les acusa de "un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros" El menor ha quedado bajo la tutela de Ceuta
“No sabía que iba a cruzar de ese modo”, ha declarado este viernes ante la juez A.O., el padre de Abou, el niño de ocho años que el jueves pasado por la mañana trataba de burlar los controles de la Guardia Civil en la frontera ceutí del Tarajal oculto dentro de una maleta.
Los argumentos del hombre, un marfileño de 42 años, no convencieron a la magistrada del Juzgado de Instrucción número 5 de Ceuta, que decretó su ingreso en prisión provisional por un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, con el agravante de haber puesto en riesgo la vida de un menor.
La misma suerte corrió Fatima E.Y., la muchacha marroquí de 19 años que portaba el trolley, “que carecía de respiraderos”. Supuestamente, según las versiones de los guardias civiles, “el padre pagó a la joven de Castillejos para que colase al niño en España”. La idea era que padre e hijo se encontraran al otro lado de la frontera horas más tarde.
Pero Abou fue detectado por el escáner. La imagen de su figura, acurrucada en el interior de la pequeña maleta, sorprendió a los agentes, que se precipitaron a abrirla. Entre un puñado de ropas apareció el cuerpo delgado de un niño negro. “Je m’appelle Abou” [Me llamo Abou], dijo en francés. Las pruebas médicas realizadas al menor por los sanitarios de Cruz Roja descartaron que sufriera ningún síntoma de asfixia y carencias de otro tipo, aunque “podría haber ocurrido cualquier cosa”, afirma uno de los guardias del paso fronterizo.
El padre del crío, con permiso de residencia en Las Palmas de Gran Canaria, adonde los agentes sospechan que “llegó en un cayuco hace años”, había solicitado la reagrupación familiar con el menor, pero se la habían denegado.
Una hora y media después de que su hijo fuese interceptado por el escáner de la aduana, A. O. intentó cruzar el control, momento en que los guardias le pararon al comprobar que era de Costa de Marfil, como el niño. Le interrogaron y le mostraron la foto del pequeño dentro de la maleta: “¿Es su hijo?”. El padre se derrumbó en el acto y se limitó a decir que solo quería llevarse a su hijo con él a Canarias.
El plan se torció por completo. Padre e hijo están ahora separados no solo por las fronteras naturales de los países, sino por las rejas y las leyes. El Área de Menores de la Ciudad Autónoma de Ceuta se hizo este viernes cargo de Abou. Según fuentes del instituto armado, el menor no tenía ninguna relación con la portadora de la maleta.
Fuentes policiales aseguraron que el niño fue entregado al Gobierno ceutí para que sea tutelado por las entidades correspondientes de la ciudad autónoma a la espera de que se puedan tener datos sobre sus familiares. Las esperanzas de que padre e hijo se encuentren en algún momento son, por el momento, remotas.
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