El PSOE ve en peligro su hegemonía como primera fuerza de la izquierda
Los socialistas fían su opción de formar Gobiernos a que Rivera no facilite completar mayorías en las dos Comunidades con más casos de corrupción
Ser el primero en el bloque de la izquierda. Este es el objetivo del PSOE en las elecciones municipales y autonómicas que se celebrarán el próximo 24 de mayo. Solo así tendrá capacidad para liderar los acuerdos que puedan conducir a una mayoría parlamentaria de la que saldrá un presidente o alcalde socialista. Y esta situación no está asegurada, según las encuestas, en las dos regiones, Madrid y Comunidad Valenciana, y en los dos Ayuntamientos de sus capitales. Ambas Comunidades, sobre todo Madrid, “marcará el análisis del resultado electoral del 24-M”, señalan fuentes socialistas.
Podemos, aunque va ligeramente a la baja, pisa los talones a los socialistas, o los supera en el Ayuntamiento de Madrid. Para los intereses del PSOE sería del todo deseable no solo que se frene el crecimiento de Podemos y que vaya a la baja, sino que Izquierda Unida aguante y no sea arrasada por el partido de Pablo Iglesias. Así ocurrió en Andalucía, a pesar de que perdió la mitad de sus votos, y las encuestas le dan representación en la Comunidad Valenciana y en la de Madrid. Cada mes el partido que lidera Cayo Lara pierde puntos, pero a 21 días de las elecciones supera en la Comunidad madrileña el listón del 5%.
Sumar no es suficiente, sino que el PSOE quiere tener la capacidad de “poder coger el teléfono después del 24 de mayo y ser quien convoque la reunión”. Esta aclaración de un dirigente socialista va en la línea de que lo importante es ser el primero como ha ocurrido en Andalucía. A pesar de las dificultades, el forcejeo y las concesiones, nadie le discute a Susana Díaz la supremacía. Al listón de ser primera fuerza no renuncia Ximo Puig en Valencia ni Ángel Gabilondo en Madrid, aunque bastante tendrían con ser la primera fuerza de la izquierda en las dos grandes regiones que por el número de votos y de escaños que se juegan, una vez que no hay elecciones en Andalucía ni Cataluña, son las decisivas. Pero con los datos en la mano, el PSOE necesita subir. Si el PP consigue atraer la voluntad de Ciudadanos para que les vote, sumará 65 escaños, según Metroscopia, en tanto que PSOE, con Podemos e Izquierda Unida, se quedaría en 64. “Eso es empate técnico”, señalaban esperanzados ayer dirigentes madrileños.
¿Va a facilitar Albert Rivera que el PP vuelva a gobernar en Madrid y Valencia? Esta pregunta retórica que formulan dirigentes socialistas al líder de Ciudadanos lleva consigo gran dosis de escepticismo. Madrid y Valencia en su próxima legislatura, que empezará a partir de junio, cuando se constituyan sus Parlamentos, “caminará política y judicialmente por el examen de la corrupción de quienes fueron altos cargos” en las dos comunidades, según estos interlocutores.
Esa sería la “carta de presentación” del partido de Rivera para las elecciones generales que se celebrarán seis meses después, recalcan dirigentes madrileños, en el bien entendido de que ya se encargará el PSOE de recordar ese dato. Las disquisiciones sobre los pasos que puede dar Ciudadanos van en paralelo a una situación real: Andalucía. Las exigencias de este partido sobre regeneración democrática y códigos éticos le compromete y mucho, según le recordarán en el PSOE cuando llegue el caso dentro de cuatro semanas.
La carta del PSOE se quiere jugar “por la izquierda” pero, al igual que Susana Díaz ha hecho en Andalucía al requerir la abstención de Ciudadanos, tampoco se descartará en el resto de las Comunidades. “Nosotros con Ángel Gabilondo como candidato a la Comunidad de Madrid somos la fuerza más atractiva para todos los demás”, señala un dirigente madrileño.
“O gobiernan ellos o gobernamos nosotros”, es la máxima que se escucha en el socialismo de toda España. Pero sobre los demás, ningún veto ni restricción. Los socialistas muestran a su candidato para gobernar la región de Madrid como la persona capaz de aglutinar una mayoría, en línea con la buena acogida de los ciudadanos, según detecta Metroscopia. El profesor de Filosofía es el candidato que presenta el saldo evaluativo más alto, un +36, en el conjunto de la población, es decir, le aprueban todos los ciudadanos consultados con independencia de a quien voten. Entre los que se dicen votantes del PSOE ese saldo es del +81.
Este candidato “tan atractivo”, como dicen los socialistas, podría perfectamente ser apoyado por Ciudadanos, señalan en ese partido. No cree el PSOE que, finalmente, se vaya a producir una diferencia tan notable entre quienes votan a Gabilondo y al candidato al Ayuntamiento, Antonio Miguel Carmona, a favor del primero. “La realidad de las urnas ha arrojado siempre que si hay distinción de voto entre la Comunidad y el Ayuntamiento es de décimas y no tan drástica”, señalan dirigentes madrileños, que defienden “el esfuerzo y arrojo” de Carmona. Así lo hizo ayer el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Éste pretende ir a por todas: “Los segundos puestos no me gustan; nosotros vamos a por el primero”.
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