Cuando el enfermo es el médico
La incidencia de trastornos mentales o adicciones aumenta un 61% entre los más jóvenes El programa PAIME ha tratado a 3.810 médicos, de los que el 90% se recupera
El anestesista Juan Maeso fue condenado a 1.933 años de cárcel por contagiar el virus de la hepatitis C a 275 pacientes en cuatro hospitales valencianos. Noelia de Mingo, residente del hospital madrileño Fundación Jiménez Díaz, mató con un cuchillo a tres personas e hirió de gravedad a otras cuatro. Son dos casos, extremos, que llegaron a los titulares de los medios de comunicación y que quizá podrían haberse evitado. Casos de médicos con problemas de salud mental que no fueron detectados a tiempo ni tratados. Evitarlos y, en general, cuidar de estos profesionales que nos cuidan a todos, es el objetivo del programa PAIME. Más de 3.800 médicos han sido tratados desde 1998.
El Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME), pionero en Europa, se puso en marcha en Cataluña y con el tiempo se ha extendido por toda España. Es el único en el que un colectivo profesional atiende a médicos con trastornos mentales o adicciones, o ambas cosas (la llamada patología dual) tras constatar que, igual que la población general, estos profesionales son susceptibles de padecer estos trastornos. Los casos de médicos jóvenes (entre 31 y 40 años) atendidos dentro de este programa en 2014 han aumentado un 61%, según destacaron este miércoles responsables de la Organización Médica Colegial (OMC).
La base del PAIME es la confidencialidad. Cuando un médico pide ayuda --bien por voluntad propia, bien porque un superior o un familiar le lleva hasta este servicio-- su caso se trata de forma reservada. Los médicos, como el resto de pacientes, tienden a ocultar y negar la enfermedad, señaló Serafín Romero, coordinador del programa, durante la presentación de los datos de 2014 en la sede de la OMC. Además, la estigmatización social de la enfermedad les afecta especialmente en su entorno laboral, por lo que la mejor manera de ayudarles a rehabilitarse y que puedan volver a ejercer es hacerlo por una vía alternativa a la de la sanidad pública, añadió.
El trastorno mental (63%) es el principal motivo de ingreso en el programa, que se financia a través de las Administraciones sanitarias públicas, la Fundación de Protección Social de la OMC y los colegios de médicos. Sigue el consumo de drogas y alcohol (24%) y la patología dual (11%). El 73% de los médicos afectados solicitaron voluntariamente la atención del PAIME, que tiene sus propios centros médicos para hospitalizar a los pacientes. 78 de los 357 médicos tratados en 2014 tuvo que ingresar en un centro, con una estancia media de un mes.
Una intervención a tiempo puede facilitar que el médico afectado por estas patologías pueda recuperarse y volver a trabajar. Se estima que entre un 10 y un 12% de los médicos en ejercicio pueden sufrir a lo largo de su vida profesional un trastorno mental o una adicción al alcohol y a otras drogas, según explicó Romero. De los que se tratan, cerca del 90% vuelven a ejercer. Uno de cada diez, en cambio, ya no se recupera y acaba siendo inhabilitado.
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