Pedro Sánchez y otros lapsus en las votaciones parlamentarias

El último en caer ha sido Pedro Sánchez. Cuando el martes por la tarde los paneles del Congreso mostraron el resultado de la votación sobre la reforma del aborto impulsada por el PP, en la bancada socialista aparecía un único punto en verde discordante: el de su líder. El secretario general del PSOE votó “por error” a favor de la propuesta que elimina la posibilidad de que las jóvenes de 16 y 17 años puedan interrumpir el embarazo sin el consentimiento de sus padres. "Fue un error que lamento muchísimo", se ha disculpado este miércoles Sánchez al llegar al Congreso. Su lapsus se suma a otras equivocaciones de los parlamentarios a la hora de apretar el botón.

Sánchez, que ha tachado de “indecente” la iniciativa del Gobierno, ha entonado el mea culpa citando a Catón: "Puedo perdonar los errores ajenos, pero no puedo perdonarme los propios". Es la segunda disculpa del líder socialista, que el martes, cuando ya habían estallado las bromas y las críticas sobre su equivocación en Twitter, publicó un mensaje en su cuenta: “Mi compromiso con la defensa de las libertades de las mujeres menores de 18 años es firme. Lo he defendido siempre en público. Siento el error”.

“Lo grave no fue votar por error, sino votar a conciencia como lo hizo la derecha”, ha criticado este miércoles el secretario de Organización del PSOE, César Luena. El PP, al igual que los socialistas, tampoco consiguió pleno —en su caso de puntos verdes—: cuatro de sus diputados se ausentaron del hemiciclo y una de ellas, Eva Durán, se opuso a la reforma del aborto.

Por error también votó el PP el año pasado en el Parlament catalán, aunque en esa ocasión el lapsus fue generalizado y la mayoría del grupo popular terminó, sin saber muy bien cómo, apoyando la consulta soberanista. Una confusión de su portavoz, Enric Milo, sobre la pregunta que se planteaba les arrastró al botón contrario al que debían apretar.

La coletilla de “fue una equivocación” también la tuvo que añadir el PSC, que en 2013 se lió en la votación y secundó una propuesta del PP y Ciutadans que pedía que el catalán no fuera lengua de uso preferente en la Administración. Una de las diputadas, Núria Parlón, no había leído por completo el texto de la iniciativa y anunció que votarían sí cuando la postura del partido era la contraria.

La táctica de que el portavoz del grupo parlamentario vaya levantando uno o varios dedos para indicar a sus diputados lo que deben votar se presta a confusiones. El pasado noviembre, el pleno del Congreso tenía que aprobar o rechazar las enmiendas que el PSOE había presentado contra los presupuestos generales. El portavoz del PP, Rafael Hernando, se equivocó con el número de dedos que debía alzar (tres para el no y uno para el sí) y terminó indicando a los parlamentarios populares que enmendaran sus propios presupuestos. El hashtag #losdedosdeRafaelHernando, al igual que desde anoche el menos imaginativo #PedroSanchez, se convirtió en cajón de sastre para las chanzas en las redes sociales.