Corrigen el informe final del accidente mortal de un caza F-5
La comisión militar de investigación se autoenmienda 15 meses después
En una decisión sin precedentes, la Comisiónn para la Investigación Técnica de Aeronaves Militares (CITAAM) ha corregido el informe final del accidente sufrido el 2 de noviembre de 2012 por un caza F-5 en vuelo de instrucción en la base de Talavera la Real (Badajoz), en el que perdió la vida el comandante instructor Ángel Álvarez Raigada y sufiró lesiones gravísimas el alférez alumno Sergio Santamaría.
Lo sorprendente es que el órgano encargado investigar los accidentes de aeronaves militares, dependiente del Ministerio de Defensa, ha corregido su informe final 15 meses después de aprobarlo, el 14 de noviembre de 2013, y sin que exista ninguna información o hecho nuevo.
Se da la circunstancia además de que el juzgado togado militar número 12 investiga las presuntas irregularidades y negligencias que rodearon este siniestro, que se produjo al tratar de aterrizar, 18 minutos después de que el F-5 declarase emergencia, sin que los tripulantes intentasen saltar en paracaidas.
La corrección, realizada después de que el Ejército del Aire “solicitara la comprobación de unos datos concretos”, afecta al alumno del que se reconoce que su calificación era de “sin aptitud” para el vuelo, en contra de lo que incomprensiblemente se afirmabba en el informe final, ya que dicha aptitud solo se obtiene al completar el curso.
Se admite ahora que fue el alumno y no el instructor quien se dio cuenta de que iban a estrellarse
Admite además que, “aunque resulta imposible, desde el punto de vista técnico y pericial” atribuir a uno de los pilotos los gritos de “meta, meta, meta, meta” que se escuchan al final de la grabación, “es más probable que fuese el alumno” quien los emitiera y no el instructor. Es decir, que fue el alférez quien se dió cuenta de lo que bajo que volaban e instó al comandate a aumentar los gases del motor para evitar que se estrellaran.
Por último, además de alguna otra corrección técnica, la CITAAM reconoce que la afirmación contenida en su informe final de que el alumno tenía una contractura muscular en el brazo derecho, que podría haber limitado su capacidad de actuación en el momento del accidente, no se basaba en ningún diagnóstico ni informe médico, sino en conversaciones mantenidas con el propio alumno y su padre.
Todas estas correcciones sugieren que el informe estaba sesgado para cargar las tintas sobre la falta de pericia del alumno, del que se llegaba a decir que “probablemente no estaba capacitado para manejar una situación tan compleja”, obviando que se estaba formando para poder hacerlo. La investigación debe determinar si el instructor cumplía los requisitos para un vuelo de esa naturaleza y si el disco del rotor que sufrió una “rotura por fatiga”, provocando así el accidente, había superado su vida máxima operativa.
A petición de la acusación, la juez ha solicitado al Consejo de Ministros la desclasificación del informe de seguridad de vuelo de este siniestro, a lo que se ha opuesto la Abogacía del Estado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.