Las renovables evitan un 7% de emisiones de CO2 en Europa
El consumo de energías limpias crece hasta el 14,9% en España
El desarrollo de las energías renovables en Europa está permitiendo reducir sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero, destaca la Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA, en sus siglas en inglés). Sin el crecimiento sostenido de estas energías limpias —solar, eólica y biomasa, entre otras— desde 2005, la emisión a la atmósfera de estos gases habría sido un 7% superior a la registrada efectivamente en 2012, según un informe de la agencia sobre renovables conocido esta semana.
El trabajo repasa los últimos datos sobre consumo de energías limpias en Europa y constata que aumenta en todos los países, salvo en Chipre, donde se estancó en 2013. En España, un 14,9% de la energía consumida ese año procedía de fuentes renovables, lo que equivale a un incremento del 0,6% con respecto al año anterior. Ya hay 10 países de la Unión Europea que han logrado el objetivo de la cuota de renovables sobre el total de energía consumida que fijó la Comisión Europea en 2007.
España no está entre ellos, y la EEA ya ha avisado —en un informe publicado en diciembre— que es “muy improbable” que cumpla el objetivo europeo de una participación conjunta del 20% en 2020. Esa meta es colectiva; cada país tiene objetivos individuales en función de su situación previa. El de España es del 20%. Suecia, por ejemplo, tiene un objetivo del 49% y en 2013 ya había superado el 54%.
Menos carbón
El combustible fósil más sustituido gracias al empuje de las renovables en la última década ha sido el carbón, con una caída del 13% hasta 2012, según los cálculos de la EEA. “La energía renovable se está convirtiendo rápidamente en uno de los grandes éxitos europeos. Y puede serlo aún más: si apoyamos la innovación en esta área, puede convertirse en un importante motor de la economía europea reduciendo las emisiones mientras se crean puestos de trabajo”, señaló el director ejecutivo de la agencia, Hans Bruyninckx.
La energía nuclear aportó el 22% de la energía eléctrica producida en España el año pasado. Le siguió la eólica con un 20,3% y el carbón con el 16,4%. La inversión en eólica se paró en seco, según la Asociación Empresarial Eólica (AEE), que califica 2014 como el peor año de la historia del sector porque solo se instalaron 27 megavatios de potencia, el menor crecimiento en 20 años.
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