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Margallo insta a Jordania a buscar la unanimidad sobre Palestina en la ONU

El jefe de la diplomacia jordana culpa al presidente palestino de su fracaso en el Consejo de Seguridad

Miguel González | enviado especial
García-Margallo saluda al rey Abdalá II, en Amán.
García-Margallo saluda al rey Abdalá II, en Amán.Zipi (EFE)

El pasado 30 de diciembre, el Consejo de Seguridad de la ONU rechazó una iniciativa palestina, presentada por Jordania como representante de la Liga Árabe, que instaba a poner fin a la ocupación de Cisjordania en 2017. La inesperada abstención de Nigeria hizo que la propuesta no alcanzara los nueve votos necesarios y que EE UU ni siquiera tuviera que materializar su amenaza de veto. Si hubiera esperado al 1 de enero, es probable que la propuesta hubiera alcanzado el quórum requerido –ya que de los cinco países que han salido del máximo órgano decisorio de Naciones Unidas, tres votaron en contra o se abstuvieron, y entre los sustitutos son mayoritarios los favorables a la causa palestina—lo que hubiera puesto a la Administración Obama en la tesitura de vetar.

El presidente palestino Mahmud Abbas ha adelantado su intención de volver a presentar el texto al Consejo de Seguridad, pero el jefe de la diplomacia jordana, Nasser Judeh, se ha mostrado hoy muy remiso. En una rueda de prensa conjunta con su homólogo español, José Manuel García-Margallo, Judeh ha reconocido que los países árabes “no lograron su objetivo” y que “el propósito de ir al Consejo de Seguridad es conseguir un éxito, no fracasar”.

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El canciller jordano ha culpado al líder palestino del fiasco, asegurando que éste “tenía mucha prisa” en presentar la propuesta y ha insistido en que, “oficialmente”, nadie le ha pedido que la plantee de nuevo. Ha pospuesto cualquier decisión a la reunión que los ministros de Exteriores de la Liga Árabe celebrarán el próximo día 15 y ni siquiera ha querido pronunciarse sobre si la nueva resolución debería incluir la fecha límite de 2017, lo que provocó el rechazo de Washington y Tel Aviv.

Margallo, por su parte, ha instado a Jordania a trabajar en una propuesta que sea aprobada por unanimidad. “Creo que no es de interés para nadie una resolución que no tuviera nueve votos o fuese vetada [por EE UU]. Hay que trabajar en un proyecto que pudiera ser aprobado por unanimidad”.

Para el ministro español, se trata de lograr una resolución que sea “omnicomprensiva y novedosa, más efectiva que efectista”, y abra la puerta a la reanudación de las negociaciones entre las partes, suspendidas desde abril del año pasado.

Margallo no ha querido pronunciarse sobre qué haría España si volviera a presentarse el mismo texto, pero subrayó la necesidad de evitar la división entre los socios de la UE que se produjo el día 30, entre quienes se abstuvieron (Reino Unido y Lituania) y los que votaron a favor (Francia y Luxemburgo, este último sustituido ahora por España).

El problema, como dio a entender el ministro jordano, es que la iniciativa palestina no respondió al objetivo de obtener un acuerdo aplicable sino más bien un respaldo internacional para el presidente Abbas, seriamente debilitado por la falta de resultados de su estrategia negociadora con Israel y el crecimiento de la popularidad de Hamás tras la guerra del pasado verano en Gaza.

Frente a la expansión del yihadismo, Margallo ha aplaudido una iniciativa jordana para difundir la visión del Islam como “religión de paz, moderada y tolerante” patrocinada, paradójicamente, por Arabia Saudí, en línea con el Centro de Diálogo Interreligioso de Viena, patrocinado por España y la monarquía saudita.

Tras ser recibido por el rey Abdalá, Margallo viajó por la tarde a Ramala, donde se reunió con su homólogo palestino, Riad Al Malki, y con el primer ministro Rami Hamdalah. Tras reunirse con Margallo, Malki aseguró que “no tiene prisa” en llevar una nueva propuesta al Consejo de Seguridad, pero mostró su determinación de hacerlo a medio plazo y dejó claro que esta incluirá una fecha límite para la ocupación israelí, aunque no sea necesariamente 2017, incluso si eso supone el veto de Washington.

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Sobre la firma

Miguel González | enviado especial
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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