En busca de la niñera perfecta
Una plataforma en Internet pone en contacto a padres y cuidadores profesionales BePoppins ya funciona en Madrid y se ampliará a Barcelona
"Yo no tengo suficiente dinero para montar una empresa, ¿qué hago?”, le planteó Iván García a sus profesores. En las aulas de su escuela de negocios, este joven de 31 años, licenciado en Administración de Empresas, esperó una solución. Meses después, durante una noche de copas en Madrid, encontró una respuesta. Menos académica y mucho más práctica, Alicia Hernández, una de sus amigas, no tenía tampoco efectivo, pero sí una necesidad: alguien que cuidara de sus dos hijos mientras ella trabajaba.
La premisa es tan antigua como en apariencia sencilla de resolver. “¿No conoces a nadie que te recomiende una niñera le repetían". Recién llegada de París, con 30 años, un empleo de autónoma como periodista —y “sin amigos con hijos”, apunta Hernández—, las alternativas para dejar a los niños se reducían a los abuelos. “Lo primero que hice fue ir a Internet”, cuenta la joven. Repitió el sencillo gesto que tantas veces le había funcionado en París: “En Francia existen webs para buscar cuidadores o para compartirlos con otras familias de tu barrio y así ahorrar gastos". Pero en España no existía un mercado de este tipo. El rastreo le devolvió la misma inquietud que supo traducir en idea: BePoppins, una plataforma en Internet para encontrar niñera.
Para arrancar, Alicia Hernández e Iván García comenzaron por crear una herramienta que funciona como una red social. Los padres se registran de manera gratuita, introducen su zona de residencia (por el momento funciona en la Comunidad de Madrid y se expande por Barcelona) y aparecen las niñeras disponibles en su zona. Cada perfil incluye los datos personales, la tarifa (entre 6 y 12 euros) y un vídeo de presentación. “Por el momento tenemos más de 30 cuidadores que elegimos de entre 2.000 currículos que nos llegaron”, explican. “Todos son profesores de educación infantil o tienen algún tipo de formación especializada en niños”.
Este filtro previo y la posibilidad de negociar directamente con las niñeras son dos de las principales bazas de BePoppins. Una de las conclusiones de los estudios de mercado que han realizado es que muchos padres ya no se interesan por una persona que solo busca un dinero extra de fin de semana, sino por un profesional. Sara Rodríguez, técnico en educación infantil y niñera de BePoppins, inculca las mismas rutinas y hábitos que aplicaba en su anterior trabajo en una guardería. “No es lo mismo estar con un niño que cuidar de él o enseñarle”, explica. “La chica que se ocupa de mi hija Julia [de un año y medio] siempre plantea una actividad diferente”, apostilla María Regueiro, usuaria de la plataforma. “No solo la entretiene, también la estimula.
Esta madre llegó a BePoppins a través de Twitter. Alicia Hernández e Iván García han sabido sacar partido de un nuevo fenómeno en la Red: el boom digital de la maternidad. “Me mandaron un mensaje muy gracioso, piqué y entré a ver su web”, dice Regueiro. De momento, la autora del blog unamamamotera. “Lo primero que les dije fue: 'Os estábamos esperando'. Si alguien había inventado Airbnb, no entendía por qué no había algo similar en este sector".
María Regueiro es una más de los 700 usuarios que ya forman parte de esta comunidad con cuatro meses de recorrido. Con un presupuesto inicial de solo 700 euros, que ya ha crecido hasta los 3.000, las herramientas gratuitas de Internet y la ayuda de Val Muñoz, su mentor y experto en start ups digitales, han conseguido convencer a Google. BePoppins ha sido una de las elegidas para el Campus for Mums que organiza la compañía y en el que varios expertos ofrecen su ayuda a nuevos negocios, siempre que tengan una base tecnológica. “No me interesa cuándo y cómo podréis sacar un gran beneficio económico”, les dijo uno de los empleados de Google. “Es mucho más importante para el futuro de la empresa que hayáis identificado un problema y le hayáis dado una solución”.
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