Solo Fabra busca réditos en el conflicto catalán
El PP valenciano se presenta como dique de contención del órdago lanzado por Artur Mas
El proceso soberanista catalán no ha prendido en la Comunidad Valenciana. En una población que se declara en un 85% tan valenciana como española, la llama independentista solo se mantiene viva en un núcleo cultural nacionalista, activo pero minoritario. El único partido que propugna la constitución de los Países Catalanes, que conformarían las autonomías del ámbito lingüístico catalán, es Esquerra Republicana del País Valencià, que obtuvo el 0,45% de los votos en las últimas elecciones autonómicas de 2011.
El proceso soberanista catalán, sin embargo, se ha colado en la agenda política valenciana de la mano del PP. A siete meses de las elecciones autonómicas y acuciados por los casos de corrupción y los problemas financieros de la Generalitat, los populares han vuelto a sacar el espantajo catalanista y el conflicto lingüístico sobre la distinta naturaleza del valenciano y el catalán que enfrentó a la sociedad valenciana durante la Transición.
Las direcciones provinciales del PP de Castellón y Tarragona cerrarán hoy en Vinaròs (Castellón) una campaña realizada durante el último mes en las dos provincias, Junts sense Fronteres (Juntos sin Fronteras), con la que intentan rebatir los argumentos independentistas. Entre las acciones realizadas, que han incluido la defensa de tradiciones como las fiestas taurinas (bous al carrer), ha destacado una entrevista de dirigentes del PP con el obispo de Tortosa, Enrique Benavent, para trasladar su preocupación por “el futuro de la diócesis [a caballo entre Tarragona y Castellón] ante una hipotética secesión”.
El presidente de la Generalitat lleva meses insistiendo en que el PP es el único dique de contención de la marea soberanista
El presidente de la Generalitat valenciana, Alberto Fabra, lleva meses insistiendo en que su partido es el único dique de contención de la marea soberanista catalana en la Comunidad Valenciana. Los populares valencianos aseguran que si los partidos de izquierda se hacen con el Gobierno en las elecciones del próximo año prenderá la llama del independentismo. De hecho, el Ejecutivo valenciano promueve un proyecto de Ley de Señas de Identidad para definir qué distingue a los ciudadanos de este territorio de los otros. Una iniciativa que cuenta con la oposición de la izquierda, las universidades públicas, organismos estatutarios como el Consell Valencià de Cultura y numerosos colectivos sociales, alguno de los cuales no ha dudado en calificar la idea de disparate.
El discurso de Fabra contrasta con la actitud de la oposición, parte de la cual está a favor de permitir que los catalanes sean consultados, aunque no hay ningún partido de izquierdas con representación que apoye la independencia de Cataluña. El PSPV-PSOE, Compromís, Esquerra Unida del País Valencià y Podemos han optado por ignorar el debate que plantean los populares y al que es ajena la mayoría de la población.
Los empresarios han decidido no entrar en esta batalla y prefieren buscar sinergias
Los empresarios han decidido no entrar en esta batalla y prefieren buscar sinergias. “Cataluña es nuestro principal cliente y nuestro principal proveedor. El que los catalanes iban a invadirnos y anexionarnos ya no se lo cree nadie”, sostiene el presidente de la patronal autonómica Cierval, José Vicente González. La independencia de Cataluña, en cualquier caso, no comportaría “ninguna ventaja” para la Comunidad Valenciana, de la que es “socio natural”, añade González.
El editor y presidente de la entidad nacionalista Acció Cultural del País Valencià, que sufragó los repetidores en territorio valenciano de TV-3, Eliseu Climent, reconoce que los valencianos “están mucho más preocupados por el paro, la corrupción o por sacar al PP de la Generalitat que por el proceso soberanista, que no se vive como una prioridad”. Aunque Climent sí se considera independentista: “Debido al trato que los valencianos hemos recibido y recibimos no queda más remedio que serlo”.
En las universidades públicas, colectivos minoritarios como el Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans también apoyan el proceso soberanista.
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