Pitidos a cada coche y a cada corbata
Decenas de personas se agolparon para recibir con pitos e insultos a Blesa, Rato y Barcoj
Los alrededores de la sede de la Audiencia Nacional, en la calle de Prim, en Madrid, reflejaron este jueves la indignación que ha suscitado el escándalo de las tarjetas opacas, en especial entre los principales afectados por la gestión de Miguel Blesa y Rodrigo Rato al frente de Caja Madrid: los suscriptores de preferentes. Desde varias horas antes del inicio de la declaración de Blesa, Rato y el exdirector financiero de la caja Ildefonso Sánchez Barcoj, decenas de personas, en su mayoría jubilados, se agolparon en la esquina de la calle Prim con el paseo de Recoletos para recibir con pitos e insultos a los rectores de la entidad crediticia madrileña.
A los cánticos de otras ocasiones como “Aquí estamos, nosotros no robamos” o “Qué desgraciaos, qué desgraciaos, roban el dinero a los jubilaos”, se sumaron otros lemas adaptados al nuevo escándalo con insultos referidos a los gastos de las tarjetas.
A medida que avanzaba la tarde, el grupo se iba haciendo más nutrido —alrededor de un centenar de personas— y se apostaba en ambos extremos de la calle Prim. La policía había desplegado un dispositivo que incluía seis furgonetas de la Unidad de Intervención Policial (antidisturbios), que impedían a los manifestantes acercarse a menos de 40 metros de la puerta de la Audiencia Nacional.
Ese dispositivo de seguridad no rebajó el ánimo de los preferentistas, que silbaban e insultaban a cualquier coche de alta gama con lunas tintadas que pasara por allí —y en el distrito judicial de Madrid pasan numerosos al cabo del día— y a cada persona con traje que se acercara al lugar. Los gritos se incrementaban con la llegada de los tres imputados, que accedieron al edificio a toda prisa.
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