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Nada que ver con Cataluña

El PNV, vacunado por la 'etapa Ibarretxe' y superado el terrorismo, pelea por la centralidad

Luis R. Aizpeolea

A menos de 48 horas de que Artur Mas convoque el referéndum soberanista en Cataluña, el lehendakari, Iñigo Urkullu, del PNV, ha marcado distancias con el nacionalismo catalán durante el debate anual de política general en el Parlamento vasco. En un discurso de una hora, Urkullu sólo ha dedicado seis minutos a la futura reforma del Estatuto vasco y ha centrado su intervención en los retos de Euskadi para la salida de la recesión. Nada que ver con Cataluña, donde Artur Mas, apoyado por ERC, viene centrando el debate político en la soberanía desde hace ya más de dos años, dejando fuera de foco sus graves desafíos socioeconómicos.

En el Parlamento vasco, sólo Hasier Arraiz, el portavoz de EH Bildu, ha reivindicado este jueves el proceso soberanista de Cataluña. Urkullu sólo ha citado a Cataluña una vez, de pasada, y para marcar distancias. Ha reivindicado los procesos quebequés y escocés, pero por su procedimiento pactado con los Gobiernos de Canadá y Reino Unido. Y en los seis minutos que ha dedicado al autogobierno del País Vasco se ha centrado en el procedimiento: diálogo, acuerdo y ratificación. Esto es, diálogo en la ponencia de reforma estatutaria, ya constituida; negociación entre los partidos y consenso. Y posterior ratificación en el Parlamento vasco y en las Cortes, como marca la ley.

El PNV, gobernante en Euskadi, vacunado por la etapa Ibarretxe y superado el terrorismo, no sus secuelas, pelea por la centralidad y trata de encontrarla en el establecimiento de la recuperación económica como prioridad; en el consenso en sus reivindicaciones de autogobierno y en la consolidación del final del terrorismo etarra.

Este jueves ha quedado claro que Urkullu pretende que su pareja para alcanzar la mayoría parlamentaria siga siendo el PSE, que le apoyó los últimos presupuestos. Su nueva líder, Idoia Mendia, ha tratado ayer de fijar perfil propio con propuestas marcadamente socialdemócratas como condición para mantener el apoyo presupuestario a Urkullu. Todo apunta a que el nacionalismo vasco, con mayor trayectoria social que el catalán, pactará sin mayores problemas con el PSE un plan social para salir de la crisis.

Tampoco estaría de más que el acuerdo PNV-PSE se extendiera a la consolidación del final de ETA como palanca para un futuro pacto entre los Gobiernos central, vasco y el PSOE de Sánchez. En este ámbito, hay que resaltar la referencia, este jueves, del portavoz de EH Bildu a una revisión crítica de su pasado, inédita en su discurso. Habrá que seguir con interés su alcance.

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