Castro deja fuera de la causa la confesión del excontable arrepentido de Nóos
El instructor anula la citación de Marco Antonio Tejeiro
El juez José Castro, instructor del caso Nóos, la trama de corrupción en la que están imputados, entre otros, los Duques de Palma, Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarín, decidió ayer dejar fuera del sumario la confesión de última hora y por escrito de Marco Antonio Tejeiro, el contable arrepentido de la red empresarial.
Tejeiro, imputado en la causa, pactó la confesión de los delitos cometidos por la trama de corrupción ante el fiscal anticorrupción, Pedro Horrach, que registró el pasado 3 de julio el escrito de arrepentimiento ante el juzgado para que se incorporara al sumario.
En ese documento, Tejeiro asumía la existencia de negocios ilegales, bajo el paraguas del Instituto Nóos, una entidad aparentemente sin ánimo de lucro. El contable relató al fiscal que Urdangarin y Torres desviaban a sus empresas privadas fondos públicos de los contratos adjudicados por los gobiernos de Baleares y Comunidad Valenciana. También detalló la contratación ficticia de trabajadores para pagar menos impuestos así como la emisión de facturas por servicios no prestados. Ante esta confesión, que contradecía otros testimonios de Tejeiro en distintas fases de la investigación, el juez le citó a declarar el próximo sábado. Pero el contable remitió ayer un escrito al juez anunciando que se negaba a declarar.
El instructor optó entonces por anular la citación y decidió no incorporar su confesión escrita al sumario, como pedía el fiscal.
Tejeiro rechazó “cualquier interpretación” de su confesión firmada y se negó a someterse a un “examen” con preguntas contradictorias de las partes.
Con esta posición, el juez considera que Tejeiro “priva (al texto del arrepentimiento) de la naturaleza de declaración sumarial”.
El contable, en su manifiesto de autoinculpación, derivó la responsabilidad de los delitos cometidos hacia los líderes de la trama Iñaki Urdangarin y su socio Diego Torres. Estos dos propietarios del Instituto Nóos están acusados de malversar los seis millones de euros que obtuvieron de los gobiernos autónomos de Baleares y la Comunidad Valenciana.
El juez Castro dictó ayer un auto en el que califica la confesión de última hora de Tejeiro como “espontánea y extemporánea” y se extraña de que el contable la hiciera sin presencia judicial ni posibilidad de un interrogatorio en el que pudiesen aflorar contradicciones como consecuencias de sus acusaciones a otras partes imputadas en la causa.
Castro recuerda que la última versión de los hechos facilitada por Tejeiro al fiscal es “absolutamente contradictoria” con la que ofreció ese mismo día en el escrito de recurso que presentó en el juzgado contra su imputación en la causa.
En la confesión ante el fiscal asume la existencia de hechos delictivos en la actividad de la red empresarial para la que trabajó mientras que en el recurso contra su imputación refuta las conclusiones del auto judicial de cierre de la instrucción donde se le atribuían distintos delitos.
El juez Castro admite la estrategia del fiscal de captar colaboradores para sustentar su alegato de acusación pero ve “inusual” presentar una declaración firmada directamente en el juzgado con la instrucción ya cerrada. El juez reconoce el valor de los arrepentidos para el fiscal sólo en el caso de que pretenda valerse de ellos de cara al juicio oral. “Pero ninguna obligación pesa sobre él de participarlos al juzgado instructor”, señala.
El fiscal Pedro Horrach había dado un golpe de efecto al entregar en el juzgado —en pleno cruce de reproches con Castro por la imputación de la infanta Cristina— el escrito del arrepentido Tejeiro que negoció con su abogado, el penalista Cristóbal Martell. El contable coopera a cambio de una futura rebaja de las acusaciones penales contra él. Castro, incómodo por la maniobra del fiscal, salió al paso y decidió citar al arrepentido para que aclarara sus contradicciones y para que el resto de las partes le interrogaran.
Pero Tejeiro no quiere hablar hasta el día del juicio. Recurrió la citación y anunció que no tenía intención de declarar porque en su escrito no se cambiaban los hechos relatados por el juez en el acto de cierre de la instrucción. En este contexto, Castro resolvió: “No queda otra salida que devolverlo (el escrito) al Ministerio Fiscal para que haga uso del mismo de la manera que estime más conveniente”.
El contable está imputado por prevaricación, malversación de caudales públicos, fraude a la administración, tráfico de influencias, fraude fiscal, estafa, falsedad en documento oficial y falsedad en documento mercantil. La investigación de la causa está cerrada. Su confesión se podrá contrastar en la vista pública ante el tribunal.
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