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Los militantes del PSOE se movilizan

En la última semana de campaña, las bases socialistas activan un movimiento capilar para evitar la abstención

Santiago Vañó es responsable de organización de una agrupación del PSOE de Benidorm. Desde hace días dedica tiempo a llamar uno a uno a sus militantes y recordarles que el 13 de julio están convocados para elegir por primera vez a su secretario general.

Cree que habrá alta participación porque detecta “ilusión por un proceso distinto y ganas de cambio”. “Hay que dar la vuelta a la desafección por la política que nos ha afectado más que a otros”, asegura.

Eva Loza, militante de Logroño, recorre estos días como voluntaria de una candidatura las asambleas de afiliados y no para de hablar por teléfono con compañeros para pedirles que vayan a votar. Y eso que critica que no les hayan facilitado el censo de la provincia, lo que les obliga a usar sus propias agendas. Explica que “la gente estaba abatida, pero espero que haya una alta participación, porque para una vez que nos dan la oportunidad de elegir debemos aprovecharla”.

Hasta ayer 4.000 militantes habían pedido ya el voto desplazado

El objetivo es superar el 50% de los 198.000 con derecho a voto para dar legitimidad al nuevo secretario general y para crear un precedente para las primarias abiertas. La dirección del PSOE descartó hacer una campaña publicitaria porque tiene identificados a los posibles votantes con un censo actualizado y al día, después de años de cierto descontrol. Por ejemplo, hace solo diez años el censo estaba tan hinchado como que figuraban miles de afiliados que no pagaban la cuota y tenían cada mes más de 10.000 devoluciones de El Socialista que entonces se enviaba en papel a cada militante, sin que nadie diera de baja a los destinatarios inexistentes.

Hoy el censo está al día y Ferraz ha optado por una campaña de cartas recordando la elección, de misivas de cada uno de los tres candidatos que todos recibieron ayer mismo y, sobre todo, de capilaridad y de boca a oreja en cada sede y agrupación.

La dirección federal y los militantes de base coinciden en que la dificultad será mover a un número de afiliados que cifran en un 60% que tienen carné, que pagan las cuotas, pero no van nunca a las sedes, ni acuden a los actos del partido.

Cuentan también con la dificultad de las fechas con vacaciones de verano y, una vez descartada la opción del voto por correo por imposibilidad de validarlo, se optó por un sistema de votantes desplazados, con cambio previo de sede de votación al que hasta ayer se habían acogido ya 4.000 militantes.

El contrasentido sería el de una militancia que exige participar, que es abrumadoramente partidaria de la elección directa, pero que no acude a votar cuando se le convoca. Por el momento, el proceso de recogida de avales y los precedentes próximos en Valencia y Baleares apuntan a que sí se superará ese 50%.

"Queremos poder volver a salir a la calle, que la gente vuelva a creer en este partido"

En el pulso de esa militancia, sin rigor científico alguno, se detectan ganas de participar, ilusión y voluntad de recuperar la fe en el partido. Se repiten palabras como transparencia, apertura e izquierda, con la sensación de que otras formaciones le han arrebatado al PSOE la hegemonía social. Todo ello, al margen de la consideración y el arrastre que puedan temer entre los afiliados los tres candidatos, Pedro Sánchez, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias. Y todos los consultados, obviamente, defienden que el proceso siga con las primarias abiertas de noviembre para elegir al candidato a la presidencia del Gobierno.

Patricia Gómez Urban, militante de Valladolid, explica que quiere que “sea un partido de izquierdas”. “Queremos poder volver a salir a la calle, que la gente vuelva a creer en este partido y revitalizarlo”, explica.

En su opinión, “el PSOE solo puede salir reforzado” y una vez que se ha abierto esa puerta no se entendería que no hubiera primarias abiertas.

Santiago Vañó de Benidorm explica que las “últimas elecciones y, especialmente las europeas, han sido un toque de atención que hay que escuchar. Le pediría que se escuche a la sociedad que nos está pidiendo apertura para que se cambie la vieja política”.

Los hay críticos con el proceso como Mariano Beltrán, militante de Murcia, que asegura que “todo ha sido raro y hubiera mucho mejor hacer primero directamente las primarias abiertas y no optar por encerrarnos en nosotros mismo como hemos terminado haciendo”.

Ve movilización entre los militantes, pero no excesiva. Por supuesto y pese a todo él irá a votar. Al nuevo secretario general, sea quien sea, le pide unidad, porque “el Congreso de Sevilla de 2012 fue una escabechina”.

También es crítico Juan Alcázar, militante de Montánchez, que asegura que hubiera preferido “que en lugar de elegir solo a una persona, hubiéramos elegido un equipo y un programa conciso y claro”. Explica también que acudirá a votar por responsabilidad y le pide al futuro líder “un programa de izquierdas adaptado al siglo XXI, en el que si hay que cambiar la Constitución para asegurar el derecho a la educación, la sanidad y la vivienda se haga”.

"Hay que hacer lo que nos pide la calle: más participación y apertura”.

Y los hay mucho más ilusionados con el proceso, como Leonor Martínez Pereda de Cáceres, que asegura que “todo está dentro de las expectativas, porque los militantes estamos desmotivados y necesitamos recuperar la ilusión”.

Su petición a la nueva dirección es muy similar a las del resto: “Hacer lo que nos pide la calle, más participación y apertura”.

Precisamente por eso, sobre esas palabras han basado los tres candidatos sus intervenciones y, especialmente, las propuestas del debate del lunes, en el que rivalizaron en medidas de apertura y transparencia.

“Les pediría transparencia en las administraciones públicas y más democracia”, explica Ismael Gutiérrez, militante de Juventudes Socialistas de Baleares. En su opinión, la propia elección directa ya es un “gran avance en el camino de la transparencia y la mejora”, aunque es partidario de la “mesura y el sosiego, porque es tiempo de acuerdos”.

Este joven militante no detecta “desilusión, pero sí ganas de mejorar y conciencia colectiva de que hay que cambiar para sacar adelante al partido”.

José María Soriano, militante de Badajoz, tienen tantas ganas de participar que el lunes fue por su cuenta hasta la sede de Ferraz a ver el debate aunque no pudo entrar en la sala y quiere presentarse a las primarias municipales en su ciudad.

Víctor García, de la agrupación madrileña de Chamartín, sí pudo entrar en la sala del debate, con un lamento para sostener su petición de apertura en el PSOE: “Izquierda Unida nos está ganando”.

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