“Era un profesor hueso pero muy cercano a los alumnos”

El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, comenzó a dar clases de Química Orgánica en la Complutense justo después de terminar de estudiar la carrera. Ahora que ha anunciado la renuncia a su escaño y la vuelta a la universidad, tiene las puertas abiertas por ser funcionario y la opción de reciclarse antes de retomar la docencia.

Hace casi 30 años que no es profesor universitario, una labor en la que comenzó muy joven. Obtuvo la beca de formación de personal investigador por su buen expediente que le permitía impartir clases nada más licenciarse, recuerda Cristina Cristina Pérez García, actual secretaria general de la Universidad Politécnica de Madrid y colega docente de Pérez Rubalcaba en sus inicios universitarios. “Era un profesor hueso porque la materia es muy difícil”, recuerda Pérez García, “pero también era muy cercano a los alumnos”.

El dirigente socialista accedió a la plaza de profesor titular universitario (un puesto de funcionario) en 1984. Antes fue becario durante tres años e interino. Entonces, como ahora, eran puestos mal pagados. “Era más precario que ahora. Había veces que no nos pagaban en seis o siete meses”, asegura Pérez García.Cobraban unas 1.800 pesetas (menos de 11 euros).

El Estatuto Básico del Empleado Público contempla la reserva sine die de la plaza de funcionario para aquellos que se encuentren de servicios especiales, como miembros del Gobierno o de instituciones públicas. Cuando se incorpore a las clases, su sueldo como profesor titular rondará los 3.000 euros.

El Congreso de los Diputados cobra más de 5.000 euros, entre retribución base (2.813 euros), lo que recibe como portavoz (1.741 euros en gastos de representación) y la indemnización por vivienda, de 870 euros. Eso significa que reducirá ingresos, aunque tiene una situación económica desahogada que le llevó incluso a renunciar a los dos años de indemnización que le correspondían como vicepresidente del Gobierno.

El dirigente socialista podrá acogerse a una especie de moratoria de tres meses para reciclarse como docente universitario, según explica un portavoz de la Complutense. Su excolega considera que quizá sí necesite refrescar algunos conocimientos, pero que no le costará mucho. “Si el primer cuatrimestre se dedica a ir a clases de otros, recordará rápido los contenidos”, dice Pérez García.

Cuando vuelva a las aulas, encontrará cambios sobre todo en la forma de impartir las lecciones. De las antiguas clases magistrales a la evaluación continua impuesta por el Espacio Europeo de Educación Superior (el conocido como plan Bolonia).

Pérez García le recuerda como un profesor “brillante pero no repelente” que exponía con claridad los temas, ameno con los alumnos, que se reían con él en sus clases. Pérez Rubalcaba, a punto de cumplir 63 años, podrá permanecer como profesor titular en la Complutense hasta los 70, edad de jubilación. Y ampliar después, si lo desea y lo aprueba la Universidad, otros tres años más como profesor emérito. "Le queda mucho tiempo por delante y creo que lo va a disfrutar. Ha tomado una buena decisión”, concluye su antigua colega.