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El discurso del rey

Discurso de proclamación de Juan Carlos I, 22 de noviembre de 1975.

No será el discurso del rey Jorge VI el 3 septiembre de 1939, tras la declaración de guerra contra la Alemania nazi, tan estupendamente llevado a la gran pantalla por Tom Hooper, con la magnífica interpretación de Colin Firth y Geoffrey Rush, pero... la expectación de la nación ante las palabras de Felipe VI, tras la abdicación de Juan Carlos I, es importante.

 Y el nuevo rey y sus colaboradores no lo tienen fácil.

 El punto de partida es el final del reinado de Juan Carlos I, cuyo comienzo es, precisamente, el discurso el 22 de noviembre de 1975. Un discurso de unas 1.600 palabras.

 El flamante rey Juan Carlos I y sus asesores lo ponen todo. Desde la "figura excepcional que entra en la historia" y la afirmación de que "Francisco Franco será ya un jalón del acontecer español y un hito al que será imposible dejar de referirse para entender la clave de nuestra vida política contemporánea", hasta su mensaje claramente dirigido a granjearse el apoyo de las Fuerzas Armadas, "los ejércitos de la nación", un tema de gran relevancia en su alocución. 

Quizá, entre otras cosas, por este mensaje a los "ejércitos", Juan Carlos I dice que "no sería fiel a la tradición de mi sangre si ahora no recordase que durante generaciones los españoles hemos luchado por restaurar la integridad territorial de nuestro solar patrio. El Rey asume este objetivo con la más plena de las convicciones".

Pero también aborda los temas que hoy día están sobre la mesa.

 La idea de España como "comunidad", de la "unidad del Reino y del Estado", de las "peculiaridades regionales como expresión de la diversidad que constituyen la sagrada realidad de España", están presentes.

 La economía y los derechos sociales.

 "Hoy queremos proclamar que no queremos ni un español sin trabajo, ni un trabajo que no permita a quien lo ejerce mantener con dignidad su vida personal y familiar, con acceso a los bienes de la cultura y de la economía para él y para sus hijos".

Atención, plantea el tema del desempleo y quizá en lo que podríamos llamar un mensaje avant la lettre advierte contra los empleos basura o los minijobs. 

Alguien podrá objetar: pero es que ahora estamos en una Gran Crisis. En efecto, y cuando Juan Carlos I pronuncia su discurso sabe lo que se está diciendo: la economía internacional atraviesa por su primera recesión generalizada desde la Segunda Guerra Mundial. La crisis de 1974-75.

Y aunque la palabra corrupción está ausente como tal, el control de la justicia sí tiene su lugar.

"La justicia es el supuesto para la libertad con dignidad, con prosperidad y con grandeza. Insistamos en la construcción de un orden justo, un orden donde tanto la actividad pública como la privada se hallen bajo la salvaguardia jurisdiccional".

Y la idea de Europa, también.

Son, como decíamos, unas 1.600 palabras. Es un discurso breve y preciso.

Pero es claramente el discurso de un rey que no se concibe a sí mismo, en esta etapa, como una figura decorativa sino con funciones ejecutivas.

Y es precisamente la última exhortación de Juan Carlos I la que de facto se convierte ahora en la puerta de entrada de Felipe VI.

 "Si todos permanecemos unidos habremos ganado el futuro", dice.

Casi 39 años después de que estas palabras fueran pronunciadas, la convocatoria de un referéndum para el 9 de noviembre de 2014 por el president de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, cuestiona la permanencia en unidad que recomendaba Juan Carlos I.

Las expectativas en Cataluña ante el discurso de Felipe VI no son menores.

Juan Carlos I concluyó su primera visita a Cataluña tras la proclamación con una herejía: pronunciar unas palabras en catalán.

Es posible que el discurso de Felipe VI se retransmita en las lenguas cooficiales dado que no se trata de una sesión parlamentaria como tal.

 Y aunque la Gran Crisis sea un aspecto central de su discurso, la renovación de la apuesta de su padre por la unidad va estar muy presente.

 Hace 39 años, aquella exhortación se tradujo tres años tarde, en 1978, en la introducción de la palabra "nacionalidades" en el artículo II de la Constitución Española.

Y, en esta nueva proclamación, en ¿qué se va a traducir?

Comentarios

Con ser importante el discurso, la ciudadanía esperamos actitudes y posicionamiento, para mejorar lo que hemos tenido hasta ahora.Acostumbrados como estamos a que nos digan siempre las mejores intenciones, y luego en la realidad o en la trastienda se hace diferente, ya cubierto el cupo del compromiso público.Desde hace más de trescientos años, la gente nos hemos visto como comparsas, solo requeridos para hacer alboroto o para ir al frente de batalla.Y luego Dios dirá, cada cual a su casa cumplidos los trámites del momento.Y nuestra casa es pobre y cargada de deudas.Por eso esperamos más que palabras sabias y razones de peso, esperamos compromiso con el presente.
Cebrian, he visto tu foto en primera página y se te está poniendo cara de mala persona.

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