“España no puede permitirse un PSOE sin rumbo y dividido”
“No hemos sido capaces de interpretar lo que los ciudadanos nos dijeron en 2011”, afirma Díaz
Susana Díaz (39 años, Sevilla) ha renunciado esta semana a dirigir el PSOE pese a las presiones internas y externas que ha tenido para que diera el salto a la política nacional. Presiones muchas, pero “en los dos sentidos”, justifica. Muchos andaluces le han pedido que no lo hiciera, que no se fuera. Para ella quedan las cartas, los mensajes, las llamadas para que dedicara toda su energía a Andalucía. Se muestra inusualmente crítica con la situación de su partido. “No hemos sido capaces de interpretar lo que los ciudadanos nos dijeron en las elecciones de 2011”, afirma Díaz. ¿Y en el futuro podría estar en la política nacional? “El tiempo dirá”, responde, aunque asegura que no le preocupa. Ahora ha cumplido su palabra con los andaluces, la de quedarse.
Pregunta. ¿Por qué no se ha presentado finalmente para dirigir el PSOE?
Respuesta. Porque tengo que cumplir con mi palabra, mi compromiso con Andalucía. Eso me va a ayudar a recuperar el prestigio de la política en un momento en el que los ciudadanos no tienen confianza en los partidos ni en quien les representa.
P. ¿No tiene mala conciencia después de que tantos dirigentes del PSOE le pidieran que se hiciera cargo del partido?
R. Al revés. Estoy agradecida por el cariño de mis compañeros. En el peor resultado de la democracia para el PSOE, en Andalucía hemos ganado por 10 puntos. Eso significa que estamos haciendo las cosas correctamente. Y así voy a ayudar a Andalucía, al PSOE y a España. Muchos ciudadanos me han parado por la calle o me han enviado cartas pidiéndome que no me presentara.
P. En el anterior congreso del PSOE usted apoyó a Carme Chacón. ¿Por qué en esta ocasión no se va a pronunciar sobre los aspirantes?
R. Primero porque los militantes deben tener libertad de votar lo que crean mejor para el partido. Y segundo, porque no quiero que sea un congreso como el de Sevilla, no quiero un congreso fallido. España no se puede permitir que el PSOE no tenga rumbo, que siga dividido y que no ofrezca un proyecto para la amplia mayoría de izquierdas que este país reclama. Voy a trabajar para que del congreso salga un partido unido y atractivo.
P. El PSOE, entonces, es un partido dividido, sin proyecto…
R. Bueno, creo que estos dos años no han sido buenos para el PSOE. No hemos sido capaces de interpretar lo que los ciudadanos nos dijeron en las elecciones de 2011. Mentiríamos si dijésemos que no ha habido enfrentamientos y divisiones en el partido. Lo hemos pasado mal y debemos tomar nota para que no vuelva a pasar. En Andalucía atravesamos una etapa de división, pero todos fuimos generosos, unimos esfuerzos y hoy tenemos un partido sólido e ilusionado.
P. Está haciendo una enmienda a la totalidad a la gestión de Alfredo Pérez Rubalcaba.
R. No, no lo entienda así. Me refiero a la gestión que hemos hecho todos los socialistas. Todos hemos fallado.
P. ¿Ha hablado con Eduardo Madina?
R. Sí, me llamó para decirme que se iba a presentar y comparte, como Pedro Sánchez o Pérez Tapias, que del congreso debe salir un PSOE unido.
P. ¿A qué se refiere con el partido unido?
R. A que tiene que haber generosidad del ganador y voluntad de ayudar de quien pierda.
P. ¿Usted va a facilitar que los candidatos tengan los avales?
R. Vamos a tratar por igual a todos los candidatos para que los compañeros que quieran recoger avales tengan los mismos medios.
P. ¿Qué proyecto político espera de los candidatos? ¿Dónde se tiene que situar el PSOE, más a la izquierda?
R. En la amplia mayoría que siempre hemos representado y que nos ha permitido gobernar 20 años en este país. Sin ningún complejo. No tenemos que copiar programas a ningún partido ni tener complejos con partidos accesorios. Yo soy una mujer de izquierdas, de abajo y de izquierdas.
P. La sangría del PSOE no cesa. Ahora, además, ha surgido un partido como Podemos, que tiene un electorado de izquierdas. ¿Qué análisis hacen?
R. A mí me preocupa el que se ha quedado en casa y no ha ido a votar porque no se identifica con el PSOE. Si se quedan en casa es porque no nos reconocen o piensan que no estamos ofreciendo soluciones desde la izquierda.
P. ¿Están purgando aún la etapa de Rodríguez Zapatero?
R. Habrá cosas que los ciudadanos aún no han olvidado y habrá cosas en las que en estos dos años no hemos encontrado el camino correcto. Pero hay muchas políticas que hicieron los Gobiernos socialistas que ahí están: sanidad, educación, pensiones.
P. Se ha definido como mujer de abajo y de izquierdas. ¿El PSOE tiene que ser así?
R. Digo lo de abajo y de izquierdas porque me molestan bastante aquellos que piensan que no hay ideologías. El PSOE es plural, por eso en momentos de convulsión como este afloran las diferencias.
P. ¿El debate sobre el modelo de Estado debe abrirse de forma definitiva?
R. Hay dos debates distintos. Hay quien cuestiona el sistema de gobierno y yo cuestiono cómo se gobierna. Es lógico que después de 35 años haya ciudadanos, incluso militantes del PSOE, que quieran debatir. La situación que atraviesan los ciudadanos no depende de que esto sea una Monarquía o una República. El problema es la forma de gobernar y permitir que se haya infligido daño a tanta gente.
P. Hay partidos del arco parlamentario que defienden un referéndum sobre Monarquía o República.
R. En un momento de desasosiego social los ciudadanos están en otras prioridades y a veces los debates de los políticos no se corresponden con las necesidades de la gente.
P. Usted no ve ese desasosiego en su partido.
R. Yo lo veo en la calle porque hay miles de familias pasándolo mal. Esto no significa que no respete que haya gente que quiera otro sistema. El desasosiego está en la calle. Lo expresó muy bien El Roto en una viñeta en EL PAÍS. Preguntaba si Monarquía o República y la gente respondía: empleo.
P. El PSC atraviesa una nueva crisis tras la marcha de Pere Navarro. ¿Qué rumbo debe tomar en el debate soberanista?
R. Tenemos una hoja de ruta, que es el acuerdo de Granada sobre la reforma de la Constitución. Pero hay un problema: el presidente del Gobierno no quiere abrir un diálogo razonable sobre la crisis territorial del país. Nuestra reforma de la Constitución nos permitiría seguir conviviendo en un proyecto común que es España. Pere Navarro ha hecho un gran trabajo y la posición más razonable en Cataluña es la del PSC, aunque no la más rentable electoralmente. El tiempo nos dará la razón. Desde mi punto de vista debe haber dos límites. Por un lado, el respeto a la diversidad de España y, por otro, la igualdad de oportunidades.
P. ¿Ve realmente posible una reforma constitucional?
R. No entiendo que el presidente del Gobierno no haya movido ficha y haya abierto el diálogo. Él cree que ya escampará, pero cada día que pasa se dificulta el diálogo y la situación está empeorando. Yo soy de una generación que no votó la Constitución, y todo lo que sea que los ciudadanos se identifiquen con ella es muy positivo. Sí tenemos una asignatura pendiente que es la reformar la Constitución.
P. PP y PSOE ya se pusieron de acuerdo para modificarla en el verano de 2011 para introducir el déficit cero...
R. No sería razonable en absoluto que nos pusiéramos de acuerdo solo los dos para cambiarla. Eso no fue así en 1979, fue muy amplio, y si ahora no lo hiciéramos igual nos estaríamos equivocando. No, el acuerdo para la reforma de la Constitución no puede ser solo del PP y del PSOE.
P. Desde las elecciones del 15 de mayo, Izquierda Unida arrecia su crítica contra el PSOE y les identifican con el PP.
R. Solo cabe recordar todo lo que ha hecho el PSOE sin que el PP haya colaborado. No es lo mismo el PP que el PSOE. No es lo mismo porque en la ampliación de derechos no ha votado, ni tampoco en la ley de dependencia, ni tampoco en la ley del aborto. No somos lo mismo. Nunca el PP ha apoyado al PSOE en asuntos relevantes por lo que no me afecta cuando se dice que somos lo mismo.
P. Pero, ¿usted no se siente incómoda con IU, con quien tiene un acuerdo de gobierno, cuando a nivel nacional proclama esa afirmación de identidad, entre ustedes y la derecha que ustedes los socialistas son lo mismo que el PP?
R. Con Izquierda Unida yo tengo un acuerdo de Gobierno en Andalucía, son acuerdos que se han expuesto en el Parlamento de Andalucía, y todo lo que no sea eso no me vincula.
P. ¿Qué opciones de futuro contempla para usted? ¿Puede abrirse la posibilidad de que más adelante acepte estar en la política nacional?
R. Yo he optado por cumplir mi palabra y dar credibilidad a la política y cumplir con mis compromisos con Andalucía. Sobre la posibilidad de estar en otra responsabilidad eso lo dirá el tiempo. Si tengo que estar, estaré, si no, no estaré. No me preocupa.
P. Usted ha recibido muchas presiones de muchos ámbitos de la vida económica e institucional para pasar a la política nacional. Se habrán sentido defraudados.
R. Yo me siento satisfecha de que la gran mayoría de los ciudadanos de Andalucía hayan apoyado mi decisión de quedarme aquí.
P. Pero usted es consciente de que España vive un momento grave de inestabilidad en muchos frentes.
R. Soy consciente y desde la presidencia de la Junta de Andalucía voy a ayudar a dar estabilidad al país.
P. ¿Podría anticipar las elecciones en Andalucía para enfrentarse ya a unas primeras elecciones propias?
R. Voy a intentar agotar la legislatura. Creo que es posible afrontar la crisis con otras políticas distintas y es lo que estamos haciendo en Andalucía.
P. Ahora en el congreso del partido los militantes votarán al secretario general, luego irán a unas primarias para elegir al candidato a presidir el Gobierno. Esto puede dar lugar de nuevo a una bicefalia, un sistema que no funcionó. ¿Cuál es su opinión?
R. Habrá primarias abiertas a los simpatizantes, lo que será un hito en la participación de los partidos en España. No sé si los candidatos que se van a presentar al Congreso quieren optar a la presidencia del Gobierno. No me pida que opine sobre un proceso que vendrá después.
P. Pero usted cree que es positivo o no que la misma persona sea líder del partido y cartel electoral.
R. ¿Deben coincidir? Eso será la decisión de los militantes y de los simpatizantes. Yo no quiero influir y no sé qué es lo que van a decidir.
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