Cataluña, infierno o salvación
Para el socialismo español, para el PSOE, Cataluña ha sido durante muchos años una fuente inagotable de alegrías por el apoyo que sus ciudadanos le han brindado. La nutrida representación de parlamentarios del PSC en Madrid, antes y aún ahora, obliga tanto a CiU como a ERC a moderar su tendencia a erigirse como representantes únicos de los catalanes.
Para quienes creen que el declive se produjo en las últimas elecciones generales de 2011 desconocen que el PSOE sueña con un resultado como aquél. Nada menos que un 28% de los catalanes dio su voto a los socialistas. Una quimera resulta mirar más atrás, a las elecciones europeas de 2009. En esa ocasión la candidatura de los socialistas catalanes consiguió el 36% de los votos. Con ese resultado la candidatura de Elena Valenciano ganaría las elecciones europeas.
A pesar de los pésimos augurios, Cataluña sigue siendo la esperanza de los socialistas, el infierno o la salvación. Aún confían en parte de ese 42,5% que apoya la solución federal para el encaje de su comunidad con el resto de España — según una encuesta de La Vanguardia— para que reconozcan que la propuesta es de los socialistas. En esa confianza el PSC y el PSOE han reservado para los ciudadanos de Cataluña lo mejor que podían ofrecer en esta campaña para acompañar a Elena Valenciano. El primer ministro francés, Manuel Valls, el candidato a presidir la UE por los socialistas, Martin Schulz y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo estuvieron anoche en un mitin a las afueras de Barcelona. Y Felipe González, a quien se recuerda en mítines con 30.000 personas en el Palau Sant Jordi. “Felipe, presentante tu”, le gritaban, ya fueran elecciones municipales, generales o catalanas.
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