El PSOE impulsa un programa para volver a la Europa “de rostro humano”

No somos iguales. Este es el estribillo que acompaña al PSOE en esta campaña electoral, en la que quiere demostrar que tiene un programa europeo con propuestas distintas de las políticas que imperan en la Unión Europea. “Estamos dispuestos a demostrar a los ciudadanos que otras mayorías en el Consejo, la Comisión y el Parlamento europeos, habrían gestionado la crisis de otra manera y con otras consecuencias”. Esta es la introducción del documento con “las cien medidas” para Europa que los socialistas españoles presentarán este viernes, y que son fruto de la reflexión y debate de los socialistas europeos. Los redactores muestran el temor de que los votantes vayan a las urnas el próximo 25 de mayo con el ánimo de apoyar a partidos rompedores pero sin opción de conformar una mayoría de cambio.

Medidas para crear empleos de calidad y salarios dignos; contra la exclusión social; financieras y de reforzamiento de las libertades y derechos civiles, constituyen bloques de propuestas para las que piden el apoyo de los ciudadanos.

La antesala de las medidas está plagada de proclamas contra las opciones “extremistas” y las de “simple protesta”, porque dar el voto a esas opciones “reforzaría todavía más a quienes estos años han tenido la mayoría”. Los socialistas españoles tienen la tarea de convencer de que una mayoría socialdemócrata en el Parlamento Europeo —ahora se roza el empate con los conservadores— volverá a hacer de Europa “un proyecto de rostro humano”.

Las propuestas recorren la crisis que asuela a los países europeos, principalmente al sur, y singularmente a España por el paro. Un seguro de desempleo europeo es una de las medidas que propondrán para evitar “una degradación excesiva de los sistemas nacionales de protección social”. Con cargo al Fondo Social Europeo se creará una renta mínima de inserción que cubra las necesidades de los europeos hasta que se incorporen al mercado laboral, no tengan recursos y se vean abocados a la pobreza y exclusión social. Los jóvenes acaparan un buen número de medidas. Se pretende recuperar la tarjeta sanitaria y la prestación por desempleo para los trabajadores que están en Europa y que puedan disfrutar de los derechos que tendrían en su país. Para ello habría que modificar la legislación comunitaria sobre derechos de pensión, sanidad y el mantenimiento de prestaciones de desempleo, por un tiempo superior a tres meses, mientras el beneficiario busca trabajo en otro Estado miembro.

Una agencia europea de empleo se crearía para facilitar la movilidad laboral que coordine el trabajo e información de las agencias nacionales. Esa agencia tendría capacidad de intermediación laboral, de coordinación en los servicios naciones de empleo y de orientación laboral.

Las dificultades de las pequeñas y medianas empresas, pymes, y sus reivindicaciones para subsistir ante la ausencia de créditos, se reflejan en las medidas. Los bancos rescatados con ayudas públicas tendrán que fijar objetivos de crédito para dar préstamos, especialmente a pymes. Habría un plan de reestructuración de la deuda de las pymes impulsado desde el Banco Central Europeo que facilitara los acuerdos entre las pequeñas y medianas empresas y las entidades financieras.

Las medidas anteriores son para adoptar lo antes posible, aunque se propone una estrategia a medio plazo para buscar nuevas fuentes de financiación alternativas y desarrollar nuevos mercados. Las empresas de la zona euro tienen una excesiva dependencia del sector bancario para financiarse en comparación con las empresas de Reino Unido, se constata. “Pediremos a la Comisión Europea que facilite y promocione el acceso de las pymes a los Fondos Estructurales”, señalan, “relajando las condiciones para los proyectos prefinanciados y flexibilizando los requisitos para la cofinanciación”.

La creación de una autoridad tributaria europea para que, además de emitir eurobonos, centralice y dirija todos los intercambios de información para la persecución del fraude, es una propuesta de todos los socialistas europeos. Otra de las medidas ha sido invocada desde el comienzo de la crisis: la creación de una agencia pública europea de calificación, así como “un mayor control” de las agencias privadas. Otra reivindicación permanente desde 2008: Reformar el Banco Central Europeo para que tenga la potestad de actuar como la Reserva Federal de Estados Unidos, operando en la estabilidad financiera.