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La Guardia Civil busca a 200 personas que enaltecen a ETA en redes sociales

Los 21 detenidos por exaltar a la banda sumaban en Twitter más de 40.000 seguidores No tienen relación con los terroristas pero son “simpatizantes”

Jorge A. Rodríguez

La Guardia Civil aclara una cosa antes de avanzar: “Ni somos ni hemos actuado como un Gran Hermano”. Así quiere explicar que los 21 detenidos y ya liberados por supuesto enaltecimiento del terrorismo y humillación de las víctimas etarras a través de Facebook y Twitter no son mártires de la "policía del pensamiento" que George Orwell describió en su 1984. “Lo que hemos hecho es identificar y localizar a personas con perfiles públicos y miles de seguidores que saben que lo que hacen es delictivo y se sienten impunes”, explica un alto mando de la Unidad Central Especial número 1 (UCE-1) del Servicio de Información del instituto armado. Y por eso cuenta que ni se han molestado en mirar a otros muchos tuiteros con pocos seguidores y menos mensajes -aún siendo posiblemente delictivos- y que nada han podido hacer (de momento) con otros 200 perfiles anónimos con gran popularidad en Internet en los que se insulta de manera sangrante a los asesinados por ETA y se hacen votos por el regreso de sus atentados.

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La prevención inicial del instituto armado tiene un sentido. La detención de 21 personas por presuntos delitos de enaltecimiento del terrorismo de ETA a través de Facebook y Twitter desencadenó de forma inmediata una tormenta en las redes sociales de las que los arrestados eran populares nativos. La llamada Operación Araña fue tildada por cualificados tuiteros como un ataque a la libertad de expresión, como un intento de amedrentamiento de las redes sociales, como respuesta a la rebeldía juvenil, a la izquierda, al independentismo…

¿Por qué la operación que se desencadenó el pasado 28 de abril se dirigió solo contra supuestos exaltadores de etarras?, polemizaban las redes tras el golpe. “Fácil. Nosotros somos la UCE-1. Nos dedicamos solo a ETA”, asegura el mismo mando. Esta unidad creó hace dos años un equipo de investigación para rastrear las redes en busca de información sobre la organización terrorista y su entorno. Los motores de búsqueda (de software libre, accesible a cualquier usuario) comenzaron a localizar entonces mensajes de exaltación de la banda, de incitación a atentar, de humillación a las víctimas.

El delito de enaltecimiento

El artículo 578 del Código Penal define así el delito que supuestamente habrían cometido los 21 detenidos:

"El enaltecimiento o la justificación por cualquier medio de expresión pública o difusión de los delitos comprendidos en los artículos 571 a 577 de este Código [de los delitos de terrorismo] o de quienes hayan participado en su ejecución, o la realización de actos que entrañen descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas de los delitos terroristas o de sus familiares se castigará con la pena de prisión de uno a dos años. El Juez también podrá acordar en la sentencia, durante el período de tiempo que el mismo señale, alguna o algunas de las prohibiciones previstas en el artículo 57 de este Código".

Los agentes se centraron en perfiles públicos, pero no en todos. "Descartamos a la gente que hacía comentarios de forma esporádica y nos fijamos en los que lanzaban mensajes de manera reiterada, más de 50, y con muchos seguidores, a partir de 2.000 followers en el caso de Twitter o 1.000 amigos en el de Facebook, ya que para que haya delito en este caso tiene que concurrir el elemento de publicidad [que la exaltación, la injuria o la calumnia tengan una gran difusión]", explica el mando de la UCE-1. "Y nos salieron 21 personas que reunían estas características". Estos habían colgado en sus perfiles fotos propias y elementos que permitían identificarlos directamente. No tienen relación entre ellos ni son una trama organizada. La Guardia Civil no ha difundido sus nombres, pero algunos de los detenidos sí lo hicieron.

La UCE-1 subraya que hay perfiles "mucho peores". Y se explica: "Hemos localizado muchos perfiles anónimos con mensajes muy impactantes, muy bestias, pero de los que sabemos el nombre del perfil y poco más, por lo que no los podemos identificar. Es gente que se cubre más, que se protege". ¿Cuántos? "Unos 200 perfiles anónimos". ¿Y van a hacer algo con ellos? "Es difícil... Igual tenemos que hacer un 'lo más buscado en la red'", aventura.

La mayoría de los detenidos son "simpatizantes de ETA", aunque ninguno de ellos ha tenido relación directa con la banda o el entorno violento de esta (la kale borroka o vandalismo terrorista). Pero hay de todo. "Por ejemplo, un detenido en Astorga (León) nos dijo que él no exaltaba el terrorismo, sino que hacía 'poesía revolucionaria'. También nos contó que uno de sus referentes vitales es Argala [José Miguel Beñarán Ordeñana, uno de los máximos ideólogos de ETA, asesinado en 1978 en Anglet (Francia) por la organización terrorista de ultraderecha Batallón Vasco español]".

La Guardia Civil asegura que no fue fácil ubicar geográficamente a quienes estaban bajo los perfiles seleccionados. "Cuando presentamos los informes al juez [Eloy Velasco, que estaba de guardia en la Audiencia Nacional], le consultamos y acordamos detenerlos, llevarlos al cuartel, tomarles declaración y mandarlos a casa", responde la UCE-1 a la pregunta de si no hubiera sido menos aparatoso citar a los 21 a declarar sin más.

Los agentes que participaron en la operación (decenas, muchos de unidades territoriales repartidos por seis comunidades autónomas) detuvieron a la mayoría en la calle, explica el instituto armado. Lo hicieron así para asegurarse de que llevaban encima sus teléfonos o dispositivos móviles. "En ellos tenían configuradas las cuentas desde las que lanzaban los mensajes, para que no alegasen que eran otros quienes estaban usando fraudulentamente sus cuentas", explica el investigador.

Los agentes hicieron un volcado in situ de los contenidos de las cuentas y ahora está pendiente un análisis informático forense de los ordenadores y dispositivos móviles de los detenidos. Con todo ello, se elaborarán diligencias por cada uno de los detenidos (no forman una red ni están coordinados) y sus casos irán a reparto a los seis juzgados de instrucción de la Audiencia Nacional. El delito que supuestamente han cometido es el recogido en el artículo 578 del Código Penal que conlleva a una pena de prisión de uno a dos años. Pero el instituto armado apunta más hacia la multa.

Ya hay antecedentes de penas de prisión por delitos similares. Uno es la condena al rapero Hasel (Pablo Rivadullo) a dos años de prisión por colgar vídeos con canciones suyas que ensalzan, alaban o justifican la existencia y los atentados de grupos terroristas (ETA, GRAPO, RAF, Al Qaeda o Terra Lliure). La otra es la condena de conformidad a un año a la tuitera @albacorazonegro (Alba González Camacho, también conocida en las redes como Loba Roja, con más de 3.000 seguidores) por ensalzar a los grapos e incluso desear, por ejemplo, que alguien "le pegue un tiro en la nuca a Rajoy y otro a De Guindos" o escribir: "Cuando maten a un policía, fiesta en mi casa: son escoria".

La Guardia Civil no quiere entrar en el debate sobre si es un ataque a la libertad de expresión. "Es gente que exalta a ETA y sabe que eso es delictivo [recientemente #GoraETA fue trending topic]. Es como si reunieran a gente en un cine y lanzaran estas consignas. Lo que sí supone es un toque de atención a gente que insulta, veja y exalta el terrorismo de manera impune", señala el agente. ¿Y la libertad de expresión? "¿Has visto los mensajes?", responde el mando de la UCE-1. Varios ejemplos para valorar. “El próximo 13 de mayo hubiera sido el cumpleaños de Miguel Ángel Blanco pero, ohhh ETA le metió dos tiros en la chola #quesejoda #púdrete”: "Vuestros muertos son nuestra alegría y nuestra diversión [con foto del entierro de guardia civil]"; "Gora #ETA, muerte al @ppopular y larga vida al terrorismo, al asesinato y la extorsión de políticos, guardias civiles y policías"; "Lo mejor que nos podía ocurrir es la vuelta a las armas de #ETA y posterior eliminación del @ppopular a base de bombas y tiros en la nuca".

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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