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Las pelotas de goma pasan a mejor vida en Cataluña; llegan las balas viscoelásticas

Comienza el veto de estos proyectiles que decidió el Parlament por el caso de Ester Quintana

Las pelotas de goma han pasado este miércoles a mejor vida en Cataluña. Se inaugura el tiempo de los proyectiles viscoelásticos, que no rebotan y se deforman al impactar. Tal y como estableció la comisión de estudio sobre la materia creada en Cataluña y ratificó el Parlament en diciembre, las bolas de goma ya no podrán ser utilizadas nunca más por los Mossos para disolver manifestaciones. La desaparición oficial fue aprobada para el 30 de abril de 2014.

En las conclusiones de la comisión se otorgaba a la Consejería de Interior un plazo de cuatro meses para elaborar un protocolo que dotase a la Brigada Móvil (Brimo) y a los efectivos del Área de Recursos Operativos (Arro) de material antidisturbios actualizado y facilitase la rotación de los agentes para evitar "el cansancio y el estrés en las tareas más exigentes".

Los sindicatos de los Mossos aseguran, no obstante, que Interior aún no les ha dotado de un material antidisturbios que sustituya de forma efectiva a las pelotas de goma, por lo que entienden que se han quedado sin un elemento para mantener alejadas a los violentos en las manifestaciones.

La prohibición se hizo efectiva como consecuencia de que Ester Quintana perdiese un ojo tras recibir el impacto de una de estas pelotas tras la manifestación celebrada en Barcelona el 14 de noviembre de 2012 con motivo de la huelga general. Quintana hizo una emotiva declaración en la comisión que finiquitó el uso de las balas de goma.

Las pelotas de goma utilizadas hasta ahora -y que aún utilizan el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil- se disparaban con escopetas del calibre 12 milímetros dotadas con una bocacha. Las bolas no se disparan directamente contra el objetivo -el manifestante- sino que se hacen rebotar previamente contra el suelo para que pierdan la mitad de su fuerza de impacto. Sin embargo, el comportamiento en el rebote de estos proyectiles es impredecible. La nueva munición, en cambio, se dispara con una escopeta especial y se dirigen directamente al cuerpo, aunque la normativa obliga a apuntar de cintura para abajo del objetivo.

Las conclusiones de la comisión, que en el Parlament se ratificaron con los votos favorables de CiU, ERC y C's, fijaban que hasta el 30 de abril las balas de goma solo se utilizaran en caso de extrema necesidad. La Ertzaintza también limitó en 2012 el uso de las pelotas de goma tras la muerte en abril de 2012 de Íñigo Cabacas, de 28 años, tras el impacto de una de estas bolas

La comisión catalana también promovió la creación de un protocolo de reparación de daños para indemnizar a las víctimas de actuaciones policiales, que contemplaba también una aplicación retroactiva para las personas que han sido afectadas por las balas de goma. También salieron adelante peticiones de mejorar la planificación de los dispositivos policiales, así como de fomentar el diálogo y la mediación para garantizar la seguridad de la vía pública.

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