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Interior quiere una policía más nacional, “patriótica” y joven

Ignacio Cosidó plantea un cambio que irrita a los sindicatos del cuerpo

Jorge A. Rodríguez
Ignacio Cosidó pasa revista a una formación de policías en junio del pasado año.
Ignacio Cosidó pasa revista a una formación de policías en junio del pasado año.raúl sanchidrián (efe)

El Ministerio del Interior va a intentar, por segunda vez en las últimas dos legislaturas, que la policía tenga un régimen de personal del que ahora carece. Pero lo más probable es que se quede en un intento. La Dirección General de la Policía presentó este jueves a los sindicatos del cuerpo un borrador de anteproyecto de ley orgánica de Régimen de Personal de la Policía Nacional —el segundo que elabora en menos de un mes—, cuya principal novedad es el nombre: el Cuerpo Nacional de Policía pasaría a llamarse Policía Nacional, es decir, que regresaría a la denominación que tenía hasta 1986. El texto —cuajado de medallas (antiguas y nuevas, pero casi siempre concedidas en función del “patriotismo”), con nuevas categorías y con el regreso del cargo extinto de subcomisario— ha irritado a los sindicatos del cuerpo.

El segundo borrador fue presentado por Antonio Rodríguez, subdirector de Recursos Humanos de la Policía, a los sindicatos, que fueron convocados de urgencia el día anterior. La llamada obedecía a las severas críticas de las centrales al primer borrador, entregado el 4 de abril. En líneas generales, los sindicatos ven en el texto un intento loable de regulación que necesitan (el de la Guardia Civil está en trámite), pero un paso atrás por su contenido.

La ley, en caso de que el Gobierno acabe iniciando los trámites, está abocada a la melancolía: los plazos legislativos supondrían que se pusiera en cola de las que ya están en el Congreso y que decayera (que se dejara en un cajón al disolverse las Cortes). Por ello los sindicatos miran con un doble recelo el texto que ha puesto en marcha el director general de la Policía, Ignacio Cosidó. Las principales novedades del texto, ahora retocado, son estas:

» Vuelve la Policía Nacional. El texto (artículos 1 y 2) subraya el cambio de nombre, que retrotrae a la denominación previa a 1986. Ese año se unificaron el Cuerpo Superior de Policía (de investigación) y el de Policía Nacional (la antigua Policía Armada militar, centrada en el orden público). El instituto armado de naturaleza civil resultante fue denominado Cuerpo Nacional de Policía. El proyecto subraya: “Los funcionarios de carrera de la Policía Nacional recibirán la denominación genérica de Policías Nacionales”. Los sindicatos cuestionan por retrógrado el cambio de nombre y consideran que los costes de la modificación (uniformes, placas, documentos...) serían muy elevados e “innecesarios”.

» Cambios en la jubilación. Es lo que posiblemente más malestar ha causado en el cuerpo. Entre los 58 y los 64 años, según las escalas, solo podrán permanecer en activo quienes ocupen puestos de despacho, sin acción ni investigación, y siempre que haya puestos vacantes. También tendrán que pasar a puestos de dirección, coordinación, gestión o apoyo los agentes que “experimenten una disminución de sus condiciones psicofísicas cuya intensidad no comporte el pase automático a la jubilación o la segunda actividad”. Los sindicatos aseguran que este artículo 45 puede suponer “una desbandada de jubilaciones de policías cuando ya son realmente experimentados y veteranos para las investigaciones”.

» Un saco de medallas. Nada menos que 22 condecoraciones distintas frente a las cuatro actuales. El aumento contrasta con la anunciada intención de Cosidó de reducir su número. En la mayoría de ellas, el “patriotismo” será decisivo para obtenerlas. Seis (las cruces de oro, plata y bronce al mérito policial con distintivos rojo o amarillo) supondrán aumentos retributivos de carácter vitalicio y acumulativo de hasta el 20% (en las de oro). Hasta ahora las medallas se concedían por una ley de 1964. Diez de las 70 páginas del proyecto están dedicadas a detallar las medallas y sus porqués.

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» Subcomisario y “subinspector mayor”. Subcomisario era el nombre o grado que desde 1986 tenían los agentes de la primera categoría de la escala ejecutiva. Posteriormente, pasaron a denominarse inspectores jefe. Cosidó quiere retomar para estos el nombre de subcomisarios y, además, introducir en la escala de subinspección la figura del “subinspector mayor”, cargo que para el Sindicato Unificado de Policía supone “otro matiz militar” y un escollo a la promoción interna.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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