Una meningitis complica la situación en el centro de inmigrantes de Melilla
Hospitalizado por esa enfermedad un subshariano de 19 años, que saltó la valla hace 10 días El Gobierno autónomo compra 200 vacunas pero descarta que se trate de un brote Un total de 226 personas han sido tratadas, entre inmigrantes y trabajadores
Un inmigrante de origen subsahariano de 19 años, que entró en Melilla la semana pasada saltando la valla fronteriza, permanecía ayer ingresado en estado muy grave en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Comarcal de Melilla, aquejado de una meningitis cuyo tipo aún no había sido determinado. Como medida de precaución, las autoridades han puesto en marcha un protocolo para dar medicación para la prevención de esa enfermedad a 226 personas que en los últimos días han estado en contacto con él, entre trabajadores del Centro de Estancia Temporal (CETI) e inmigrantes. El estado del joven había empeorado en las últimas horas, según las fuentes consultadas.
El delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, aseguró que el inmigrante afectado era un “caso aislado”. Según dijo, tras confirmarse el caso de meningitis se puso en marcha el protocolo de medicación. “Decir que es casi un brote y crear una alarma tan importante creo, desde mi modesta opinión, que no es nada serio y no es nada responsable”, afirmó el representante del Ejecutivo, quien dijo que se estaba haciendo lo adecuado.
“Habrá traslados en dos o tres días”
La Unión Federal de Policía denunció ayer la sobresaturación de la Jefatura Superior de Policía de Melilla tras la última entrada masiva de inmigrantes. El sindicato policial critica que “cada vez que se produce una entrada masiva, sus instalaciones se ven desbordadas”. Su portavoz en la ciudad autónoma, Jesús Guerrero, pidió que “se habilite un espacio específico para atender y procesar los complejos trámites burocráticos que necesitan estos inmigrantes cuando llegan a territorio nacional”.
Guerrero afirmó que, en ocasiones, esos trámites “se alargan demasiado, debido a que debemos esperar la tramitación también por parte de los países de origen de los recién llegados”, lo que complica mucho la labor de la Policía Nacional “cuando se producen entradas masivas”.
Desde ayer, los recién llegados van pasando por las dependencias de la oficina de extranjería de la Jefatura Superior de Policía en grupos organizados, para que los agentes procedan a su filiación y al comienzo de los trámites a seguir. Las colas ante el edificio son notables.
A pesar de estas complicaciones burocráticas, el delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, aseguró que en dos o tres días comenzarán a ser trasladados grupos de inmigrantes a la Península, con el fin de descongestionar el CETI. Pero, afirmó, “ello depende de la capacidad que haya en los centros de acogida de la Península”. De todas formas, antes habrá que completar los protocolos establecidos en estos casos, que incluyen varias revisiones médicas y análisis de sangre.
El Barkani recordó que la mayoría de los extranjeros que salgan del CETI tendrán abierto un expediente de expulsión.
La Consejería de Bienestar Social y Sanidad de la ciudad autónoma ha comprado 200 vacunas de la llamada meningitis conjugada tetravalente para suministrárselas al personal que trabaja en el CETI y a quienes han estado en contacto con el enfermo durante 10 días antes de detectarse la enfermedad. A estas últimas se les está suministrando también tratamiento antibiótico y profiláctico.
El Instituto de Gestión Sanitaria de Melilla insistió en que “no existe ningún brote de meningitis en la ciudad” y que se trata de un caso aislado. El director del organismo, Francisco Robles, hizo un llamamiento a la tranquilidad.
El inmigrante llevaba algo más de una semana en la ciudad autónoma. Tras recibir las primeras fases del tratamiento, los médicos esperaban ver una ligera mejoría. No obstante, advertían de que las secuelas que padecería serían “importantes”, ya que su sistema nervioso mostraba ya deficiencias. Sin embargo, su estado comenzó a empeorar el miércoles 19.
Al conocerse la noticia, la Unión Federal de Policía (UFP) pidió que los inmigrantes subsaharianos que entran en España sean puestos “en cuarentena” y sometidos a un chequeo médico para garantizar que no son portadores de alguna enfermedad, principalmente contagiosa.
En un comunicado, el secretario regional de Organización de la UFP, José Guerrero, exigió que se extremen las precauciones para evitar el posible contagio de enfermedades.
Tras la entrada de 500 subsaharianos en la ciudad el martes, el hospital y los centros de salud de la ciudad tuvieron que atender a 29 personas. El presidente del Colegio de Médicos, Jesús Delgado Aboy, manifestó que era necesario aumentar el personal sanitario.
La capacidad del CETI es de 472 personas. Sin embargo, ahora mismo se alojan en él 1.800 inmigrantes. Cruz Roja ha instalado 17 tiendas de campaña para darles cobijo, y el Ejército ha levantado 10 más en los alrededores de la instalación, dado que en los patios ya no hay sitio.
Aunque “se forman colas para pasar al comedor, no hay problemas de abastecimiento en el CETI”, aseguró el delegado del Gobierno.
La peor de las variantes
De los distintos tipos de meningitis, las bacterianas –que es la que parece que tiene el joven de 19 años en Melilla- son las que pueden tener peores consecuencias si no se pillan a tiempo. Pero, afortunadamente, su tratamiento es “muy sencillo”, explica Ana Pastor, miembro de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc): “Un par de dosis de rifampicina por vía oral o una inyección”. Aunque depende del tipo de bacteria (b, c, a), este es, a grandes rasgos, el protocolo.
En este caso, aparte de aislar al afectado, hay que elaborar un mapa epidemiológico: tratar a todos las personas que han tenido un contacto cercano son el enfermo. Y vacunar a todos. Se considera un contacto frecuente a quienes conviven seis horas diarias, indica Pastor. En el caso de un CETI esto es difícil de determinar. En un colegio, por ejemplo, se consideran contactos a todos los compañeros de clase.
El problema, señala José María Cots, del Grupo de Infecciosas de Semfyc, es el tiempo que haya tardado en detectarse el primer caso. La meningitis se manifiesta al principio con síntomas no concluyentes (fiebre, malestar, algo parecido a una gripe). “Y en ese periodo es cuando es infecciosa”. Los datos que se manejan es que la contagiosidad es de un 2,5%. “Lo peor es en comunidades cerradas”, señala Cots. Extrapolando al CETI de Melilla, con 1.000 personas hace una semana, antes del último salto masivo de la valla, eso quiere decir que, si se cumple la estadística, podría haber hasta otros 25 casos. “Estos se verán a la semana, que es el periodo de incubación”, dice Cots. La tasa de letalidad ronda el 10%, y el de secuelas otro tanto, indica el protocolo del Ministerio de Sanidad, que es el responsable de la atención sanitaria en Melilla. Una portavoz del ministerio indicó que tuvieron noticia del caso hace un par de días, pero que no han tenido más información por lo que se asume que están en marcha los protocolos correspondientes sin más problema.
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