Interior ofrece imágenes y audios que no aclaran las 15 muertes de Ceuta
Martínez admite que se dispararon 145 pelotas de goma pero “no causaron pánico” "No hubo una orden imperativa de evitar a toda costa la entrada" "A ver esos tubos, van a tomar el agua", se oye e una de las grabaciones Una cámara recoge las devoluciones en caliente, aunque no los ahogamientos
La expectación era enorme. Por primera vez un responsable de Interior, el número dos, Francisco Martínez, acudía al Congreso con vídeos y audios de las conversaciones entre los guardias para explicar la tragedia ocurrida en la frontera de Ceuta el pasado día 6. Un ejercicio de transparencia inédito, según el Gobierno, que el PSOE había exigido a cambio de bajar la presión. Sin embargo, después de dos horas de comparecencia, ni los vídeos ni los audios aclararon nada de la parte más polémica: quién, cuándo y cómo dio la orden de disparar pelotas de goma. Quién y por qué dio la orden de dejar de disparar. Y sobre todo cómo se ahogaron los 15 inmigrantes que perdieron la vida, y por qué está tan seguro el Gobierno de que las pelotas de goma no contribuyeron al pánico, si no se emitieron imágenes de ese momento. No se oyen disparos. Solo en una de ellas se escucha a un guardia pedir que vengan “esos tubos” [las escopetas lanzapelotas] porque los inmigrantes “van a tomar el agua” y pide tener cuidado para no dar a “los mehani” (la policía marroquí), lo que hace pensar que hubo disparos contra la zona controlada por ellos.
Solo después, en la réplica, antes las preguntas del PSOE, Martínez aclaró: “¿Quién dio la orden? Las órdenes en el terreno las dan los operativos [antes se había referido al teniente al mando] pero los responsables políticos las respaldan y creo que los ciudadanos en su inmensa mayoría las comprenden”.
Martínez aportó la grabación de una cámara, la número uno, que con total nitidez mostraba la playa marroquí en la que se ahogaron los inmigrantes. Incluso se ve con claridad cómo se hacen las devoluciones en caliente de inmigrantes —que él llama rechazo en frontera— a través de una puerta en la valla. Sin embargo, solo mostró la grabación de lo que sucedió en ese lugar después de que se ahogaran, cuando, tras sacar los cuerpos, algunos inmigrantes reaccionaron de forma violenta tirando piedras a los guardias civiles, a los que culpaban. No emitió nada de lo que grabó esa cámara, la mejor de todas, mientras los inmigrantes entraban en el agua y mientras se estaban ahogando. Solo se proyectó en el Congreso lo que registró otra muy lejana, a casi cinco kilómetros.
El viceministro de Interior eligió cuidadosamente los vídeos y audios —habló de 96 conversaciones y solo puso media docena— que emitía ante la comisión para lanzar un mensaje claro. Primero, la violencia de los inmigrantes, ya que en las imágenes se ve cómo los policías marroquíes, a pedradas, intentan sin éxito frenar la carrera de los subsaharianos. Segundo, que todo sucedió en aguas marroquíes. Martínez destacó incluso que en ningún momento se escucha a los guardias civiles hablar entre ellos con tensión. “No hay tono de alarma en las conversaciones entre los guardias porque ante la Guardia Civil no se estaban ahogando. Murieron en aguas marroquíes”.
La orden [de disparar] la da el operativo y los políticos la respaldan”
Y por último, lo más importante para Interior: que los disparos no contribuyeron a la muerte de los inmigrantes, que fue su responsabilidad porque apreciaron mal la profundidad del mar —pensaron que podían cruzar a pie— y algunos que no sabían nadar se ahogaron. Martínez incluso cuantificó el material disparado: 145 pelotas de goma y 5 botes de humo con “intención disuasoria”. Pero aunque ninguna imagen certifica esa afirmación —ni la contraria—, el secretario de Estado insistió en desvincular los disparos de las muertes. “Ni se lanzó material sobre los inmigrantes ni se observó que el lanzamiento hubiera provocado pánico entre ellos. No hay ningún elemento que lleve a pensar que se disparó contra los inmigrantes”, aseguró. Incluso llegó a defender que, a pesar de esos 145 disparos, no había órdenes tajantes de que no entraran los inmigrantes. “No se escucha en las grabaciones ninguna orden de que no entre nadie porque no se dio”, aseguró.
Martínez se cuidó especialmente de tratar con delicadeza el drama humano de los inmigrantes, admitió que estaban cansados, que no sabían nadar y que sus rudimentarios flotadores en ocasiones eran bolsas de arpillera con botellas de plástico dentro. Pero se negó a reconocer errores y descartó asumir responsabilidades. Dijo que todo se había hecho “conforme a derecho” pero aún así admitió que algo se había aprendido e Interior había dado orden de no volver a disparar pelotas de goma o botes de humo en el agua en casos similares.
Interior hizo este esfuerzo de dar detalles para buscar un pacto con el PSOE. Y, en efecto, el portavoz socialista, Antonio Trevín, fue tal vez el más suave de todos. Aunque como los demás reclamó más explicaciones y pidió la dimisión del director de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa. Martínez le recordó que el PSOE, en 2005, rechazó publicar los vídeos de otro asalto a la valla.
Gaspar Llamazares, de Izquierda Unida, fue muy claro: “Ustedes no están diciendo que los inmigrantes murieron porque no calcularon las mareas, iban cansados y murieron ahogados. No hay culpables. Deberían hacer una investigación independiente, como pide Amnistía Internacional. Usted no puede decir con seguridad que los disparos no contribuyeron al pánico, yo le conozco de este Parlamento [fue letrado]. Y yo tampoco lo contrario”.
Mikel Errekondo, de Amaiur, fue más lejos: “¿Dónde están los vídeos o los audios de los disparos? ¿Dónde están las imágenes de las personas que se ahogaron? Nos toman el pelo poniendo solo las imágenes y los audios que les interesa”. Martínez replicó: “Usted no tiene dignidad para hablar de la Guardia Civil”. Y Toni Cantó, de UPyD, se quejó de que se había hecho poca autocrítica: “Ha dedicado cinco segundos a la asunción de responsabilidades en dos horas y 15 minutos de discurso”.
“¡Cuidado, a ver si dais a los ‘mehanis’!”
Titubeos sobre el protocolo de actuación y algunas dudas sobre la localización de los fallecidos en la tragedia de Ceuta la mañana del pasado 6 de febrero. Los ocho vídeos proyectados ayer en el Congreso de los Diputados, media docena de ellos con audios de las comunicaciones de los agentes de la Guardia Civil responsables del control fronterizo, no arrojan luz sobre lo ocurrido, pero sí reflejan la alarma que provocó el acercamiento de un grupo de inmigrantes.
En una de esas grabaciones, los agentes advierten de que hay inmigrantes bordeando el espigón a nado y solicitan instrucciones. “¿Los cogemos?”, preguntan, ante lo que desde el centro de control contestan: “Por lo menos, retenedlos y que no sigan avanzando, que van para Ceuta”. La respuesta: “Es imposible. Han pasado. O los cogíamos o los dejábamos avanzar”. “¡Avisen al GEAS! ¡Avisen al GEAS!”, se escucha, en referencia al Grupo Especial de Actividades Subacuáticas. Se oye entonces la única referencia a las pelotas de goma: “¡A ver esos tubos!... Van a tomar el agua. Cuidado con los mehanis [agentes marroquíes], a ver si les vais a dar a ellos”. Y cuando los guardias relatan que ya han pasado varias personas (“han entrado por detrás nuestra [sic]... tres morenos”, se oye) preguntan cómo deben actuar.
Los guardias civiles explican, además, cómo la patrullera que estaba en el mar llegó a sacar del agua a tres personas vivas. “Hemos sacado a tres metidos entre las rocas del espigón. ¡Al lado hay dos cadáveres! Vamos a proceder a sacarlos”, avisan. Pero desde el centro de operaciones frenan a los agentes: “Eso está en Marruecos”. Y segundos después vuelven a insistir: “Que el equipo espere un momento, porque eso está en Marruecos y lo van a hacer ellos”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.