Las autopsias “falsas”
La defensa de varios procesados planteó la nulidad de las autopsias a los cadáveres de Leganés
El delirio de los conspiranoicos llevó a la defensa de varios procesados a plantear la nulidad de las autopsias practicadas a los cadáveres de los suicidas de Leganés. La sentencia lo explicó así: “Afirman que para ocultar lo realmente ocurrido —sea esto lo que sea, pues no lo dicen— no se han realizado autopsias o que estas no se han hecho conforme a la norma, por lo que se desconoce realmente la causa de la muerte de los ocupantes del piso […] Y dejan entrever, pero nunca afirman, que lo que ocurrió el 3 de abril de 2004 en Leganés no fue consecuencia de la detonación voluntaria de una cargas de explosivo por parte de los inquilinos de la citada vivienda, sino obra de una mano desconocida que, como parte de un plan maquiavélico más amplio, ideó y ejecutó los atentados del 11 de marzo. En ese plan sus clientes son meras cabezas de turco”.
Con los hechos en la mano el argumento se demostró falaz y la conclusión, errónea. “Como en muchas otras ocasiones a lo largo de este proceso, se aísla un dato —se descontextualiza— y se pretende dar la falsa impresión de que cualquier conclusión pende exclusivamente de él, obviando así la obligación de la valoración conjunta de los que permita, mediante el razonamiento, llegar a una conclusión según las reglas de la lógica y la experiencia”, asegura la sentencia. Como ejemplo, uno de esos hechos fue que uno de los terroristas suicidas apareciese con el pantalón "del revés", como si alguien lo hubiera vestido. En realidad se trataba de un chándal, lo que no hace tan extraño que, en una situación de tensión máxima como la que se vivió aquella tarde, pudiera tener ese "descuido".
No hay que olvidar que el estallido se produjo a las 21.03, horas después de que la policía localizara a tres de los terroristas cuyas fotos fueron difundidas por su relación con el 11-M, los cercara en una vivienda de la calle de Carmen Martín Gaite y mantuviera con ellos un tiroteo entre las 18.00 y las 20.00. Además de los siete terroristas muertos, un miembro de los GEO pereció en el epílogo de los atentados cuando se produjo la detonación, al grito de "Alá es grande".
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