Patricio Ruedas Younger, modelo de servidor público internacional

Tan discretamente como siempre vivió, el pasado 22 de febrero se nos ha ido, a los 83 años, Patricio Ruedas Younger, el español que, habiendo entrado en la Secretaría de Naciones Unidas como funcionario de a pie, llegó a los puestos más altos en la organización, en la que dejó un perdurable recuerdo como ejemplar servidor público internacional.

Patricio Ruedas (Madrid, 1931), de padre español y madre británica, se licenció en Derecho por la Universidad de Madrid y desde el principio se interesó por los temas internacionales, en unos momentos en que España todavía permanecía aislada del mundo exterior. Cuando España ingresó en la ONU en 1956, Ruedas estuvo entre los primeros jóvenes españoles en acceder por sus propios méritos al funcionariado internacional. Era en 1959, cuando la ONU, bajo el mandato de Hammarskjold, empezaba a cumplir un papel destacado en la solución de conflictos regionales y en la promoción del desarrollo. Ello obligó a la organización a potenciar sus estructuras y desplegarse en diversos lugares del mundo, con las primeras operaciones de paz sobre el terreno. Ruedas centró sus esfuerzos en contribuir a la mejora del funcionamiento y la eficacia de esa pesada maquinaria, sirviendo en distintas etapas en Nueva York y Ginebra, así como en el Congo, en la primera gran operación de paz de la ONU.

Ruedas culminó su brillante carrera en la ONU como secretario general adjunto de Administración y Gestión entre 1982 y 1986, durante el mandato de Pérez de Cuéllar. Este tenía tan alta consideración de las dotes de Ruedas que le confió la difícil misión de ser, además, su enviado especial para la situación en Polonia, que se encontraba entonces bajo la ley marcial.

Al dejar las Naciones Unidas y volver a España, ya en plena democracia, Ruedas decidió afincarse por un tiempo en un pequeño pueblo de Ciudad Real, Navas de Estena, donde pronto se conquistó la estima de sus convecinos, que lo eligieron alcalde en los primeros años noventa. Allí tuvo la oportunidad de dejar un legado permanente al abogar con éxito por la integración del municipio en el Parque Nacional de Cabañeros.

Aun estando Ruedas jubilado de la organización, sucesivos secretarios generales de la ONU continuaron apelando ocasionalmente a su vasta experiencia y conocimiento de la administración internacional. Así, Kofi Annan lo designó como miembro del grupo de expertos que evaluó el funcionamiento de los Tribunales Penales Internacionales para la ex Yugoslavia y Ruanda y elaboró en 1999 un informe con recomendaciones para mejorar su eficacia, muchas de las cuales fueron llevadas a la práctica.

De la misma manera, la Administración española, en distintos momentos, recurrió a sus servicios como consultor en temas administrativos y presupuestarios en el plano internacional. En particular, formó parte de la delegación española en las negociaciones para el establecimiento de la Corte Penal Internacional, contribuyendo decisivamente a sus aspectos organizativos y financieros.

Igualmente, al establecerse en Madrid la Secretaría General Iberoamericana en 2004, Ruedas colaboró, con su característica eficacia y discreción, en el desarrollo del esquema organizativo y administrativo de la nueva institución.

Hasta el final de sus días, Ruedas fue fiel a su compromiso con la ONU y su misión humanitaria, como mostró al ser en 2005 uno de los miembros fundadores del Comité Español de la UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina).

Hombre de hondo sentido familiar, Patricio tuvo la fortuna de contar con una extraordinaria compañera, Paloma, y cuatro hijos que han seguido su estela por distintos continentes, trabajando en pro de la mejora del mundo en que vivimos.

Por haber conocido de cerca a Patricio Ruedas y haber admirado siempre su temple personal y su entrega al servicio público, creo de toda justicia que se rinda homenaje a su ejemplar trayectoria como ciudadano de España y del mundo.

Juan Antonio Yáñez-Barnuevo es embajador de España.