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La UE responde por escrito a Mas que el referéndum es un asunto español

Barroso recuerda, sin citarlo, que Cataluña saldría automáticamente de la Unión si se separa El presidente descarta la reforma constitucional

Foto: reuters_live | Vídeo: EL PAÍS-LIVE!
Lucía Abellán

El intento de Artur Mas de recabar respaldo internacional a su referéndum de independencia se enfrenta, al menos de momento, al fracaso. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, ha rechazado la intervención de Bruselas en este proceso por tratarse de un asunto interno español. Así lo argumenta Barroso en una brevísima carta remitida al presidente de la Generalitat como respuesta a la que recibió de Mas el 20 de diciembre solicitando apoyo a su causa.

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El texto, de apenas siete líneas, elude referirse directamente a los elementos que el líder catalán mencionaba en su misiva —referéndum, futuro de Cataluña—, que resume como “los últimos acontecimientos políticos en Cataluña”. Tras agradecerle a Mas la carta, que recibieron también todos los líderes de los Estados de la UE, salvo el español, Barroso constata que Bruselas no tiene nada que decir sobre la celebración o no de un referéndum de independencia. “No es mi papel, ni el papel de la Comisión, expresar una opinión o apoyos en una cuestión de organización interna relativa a los acuerdos constitucionales en los Estados miembros”, zanja el máximo representante del Ejecutivo comunitario, sin aludir tampoco a España.

Con un tono institucional del que la carta de Mas carecía, la respuesta de Barroso concluye recordando el mensaje que menos quieren oír desde Bruselas los partidarios del referéndum: que una ruptura con España supondría inmediatamente la salida de Cataluña de la UE. De nuevo, lo expresa sin enunciados directos. “Respecto a las consecuencias legales de esta cuestión con las leyes de la UE, recordaría la posición que yo mismo he expresado, al igual que varios miembros de la Comisión, en varias ocasiones”.

Con esta respuesta, que Barroso remitió el pasado martes por la noche, Bruselas deja claro que en ningún caso apoyará el deseo de la Generalitat de celebrar un referéndum, pero sin malograr el contacto institucional con Artur Mas. Se trata de una práctica habitual en la Comisión; rara vez el Ejecutivo comunitario deja sin contestar una carta oficial dirigida a alguno de sus miembros. Con pocas palabras, el líder comunitario deja claro a Mas que su intento de internacionalizar el problema no tiene sentido y que las consecuencias legales de la independencia pasarían por un abandono de la UE. Un portavoz comunitario aseguró, no obstante, que cualquier cambio futuro habría que analizarlo en su momento.

Otras fuentes comunitarias consideran que el gesto de Mas está destinado exclusivamente al consumo interno español. Cualquier intento serio de ganar apoyos internacionales se haría en la sombra, con una diplomacia discreta que buscara la complicidad de los principales asesores de los primeros ministros, y no con cartas abiertas, arguyen esas fuentes. Conscientes también de esa vertiente nacional, los líderes europeos que han recibido el escrito de Mas han evitado implicarse en una cuestión que resulta muy delicada para España. Cualquier valoración, por moderada que parezca, puede ocasionarles un conflicto con España, que es el fin y al cabo el Estado miembro de la UE. Bruselas, no obstante, sabe que el debate dista de estar zanjado y que probablemente tendrá que pronunciarse otras muchas veces a lo largo del año.

La Generalitat se da por satisfecha con la respuesta recibida, informa Maiol Roger. El Gobierno catalán considera que el acuse de recibo ya es un éxito. “Una respuesta tan rápida demuestra que el tema catalán está en la agenda europea”, sostienen fuentes del Ejecutivo. Mas ya dejó claro el martes pasado que no esperaba, de momento, apoyos en Europa. El líder catalán matizó que su única intención con la carta era “mantener puntualmente informados” a los líderes europeos.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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