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Rajoy se niega a dar datos sobre Bárcenas y se refugia tras los ERE

El presidente del Gobierno se remite en el Congreso a su versión del 1 de agosto

Foto: atlas | Vídeo: ATLAS

Cuarenta días después, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, volvió a hablar ayer del caso Bárcenas en el Congreso de los Diputados. Pero esta vez lo hizo de forma limitada, en respuesta breve a dos preguntas de la oposición, remitiéndose a sus palabras de entonces, sin aclarar ningún detalle más, utilizando el caso de los ERE de Andalucía como parapeto y acusando de mentir a quienes le critican por el escándalo.

“Ninguna presunta información puede desacreditar ni total ni parcialmente lo que yo dije, salvo que falte a la verdad. Por tanto, me remito a lo que dije ante todos ustedes el pasado día 1 de agosto en el Senado”, repitió en respuesta a Cayo Lara (IU) y a Alfredo Pérez Rubalcaba (PSOE).

El presidente del Gobierno omitió y no aclaró por qué dos días después de conocerse que Luis Bárcenas tenía una cuenta opaca en Suiza le mandó un SMS dándole ánimos. “Creí en su inocencia, lo hice hasta el momento en que a los cuatro años de iniciadas las investigaciones llegaron datos que confirmaban la existencia de cuentas millonarias en Suiza, no declaradas a la Hacienda pública, a nombre del señor Bárcenas”, dijo Rajoy el pasado 1 de agosto en el Congreso. Sin embargo, dos días después de conocerse la cuenta Suiza de Bárcenas, el presidente del Gobierno escribió a su extesorero: “Sé fuerte. Mañana te llamaré. Un abrazo”.

Ayer la oposición intentó obtener una explicación de esa contradicción, pero ni por esas. El presidente omitió su mensaje de aliento a quien ya se sabía que había evadido dinero negro a Suiza.

Tampoco quiso explicar por qué él mismo pactó personalmente un finiquito tan ventajoso para el extesorero, tal y como declaró su secretaria general, Dolores de Cospedal, ante el juez Ruz. "¿Cuántos ciudadanos tiene usted en su partido cobrando más de 200.000 euros sin que tengan nada que ver con el partido, ninguna responsabilidad en el partido?”, le preguntó Rubalcaba. Pero Rajoy se limitó a asegurar que esa declaración de Cospedal no contradice su versión.

También insistió en que asumió “la presidencia del Gobierno el 21 de diciembre de 2011; el señor Bárcenas dejó de ser tesorero del PP el 28 de julio de 2009; el 19 de abril de 2010 dejó su cargo de senador; y el mismo día causó baja en el PP. Todo esto fue sobradamente recogido por los medios de comunicación. No es preciso ser un lince para darse cuenta de que entre las fechas indicadas y diciembre de 2011 transcurrieron más de veinte meses. Por lo tanto contesto a su pregunta: mantengo lo que dije el pasado día 1 de agosto en esta Cámara”.

No aclaró por qué Bárcenas siguió pagando cuota de militante y cobrando hasta febrero pasado.

Tampoco dijo ni una palabra de la destrucción de los discos duros del ordenador de Bárcenas, las agendas de las secretarias y los registros de las cámaras de seguridad. “No es colaborar con la justicia destruir y borrar los discos; no lo es destruir el libro de registro de entradas de Génova y las agendas. No es colaborar con la justicia destruir las cintas de las videocámaras en Génova [sede del PP]. Estanislao Figueras, presidente del Gobierno en 1873, a su Consejo de Ministros: 'Señores, ya no aguanto más, voy a serles franco, estoy hasta los cojones de todos nosotros'”, le espetó Cayo Lara.

Rajoy pasó al ataque y le dijo a Rubalcaba: “Aquí quien miente es usted”. Y de forma implícita sacó a relucir como advertencia el caso de los ERE en Andalucía: “Yo no voy a hacer lo mismo que usted, yo no voy a entrar en el tú más, y fíjese que tendría oportunidades para hacerlo, y particularmente en el día de hoy”.

Luego siguió esta estela la vicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría, en respuesta a la portavoz socialista, Soraya Rodríguez.

“Viene usted a pedir responsabilidades cuando el método en el Partido Socialista es sacar a la gente de las responsabilidades de los puestos para buscarles un refugio en las Cortes. Viene a pedir responsabilidades y es curioso, cuando hay una decisión judicial, piden ustedes prudencia; y cuando no la hay, señoría, usted juzga y condena. Ayer pedían prudencia, pero antes han estado pidiendo explicaciones por todo”.

Cada viernes la número dos del Gobierno evita hablar de estos asuntos alegando que afectan a partidos. Ahora ha cambiado de posición y se ha referido abiertamente a ellos. Ya podrá hacerlo mañana tras el Consejo de Ministros en el que es probable que se apruebe un informe con sus propuestas contra la corrupción.

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