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Rubalcaba suspende la moción y sigue pidiendo la dimisión de Rajoy

La oposición prevé que el presidente del Gobierno intentará convertir su comparecencia forzada en un pequeño debate sobre el estado de la nación que tape el ‘caso Bárcenas’

Sin la presión unánime de los grupos de la oposición y, especialmente, sin la amenaza de moción de censura del PSOE y las referencias en los medios internacionales, Mariano Rajoy no habría acudido al Congreso a dar explicaciones sobre el caso Bárcenas hasta el mes de septiembre.

Todos los grupos parlamentarios tienen clara esa tesis, respaldada por las más de 20 veces que el PP con su mayoría absoluta ha bloqueado las peticiones de comparecencia sobre la crisis económica y sobre el escándalo. Este lunes, una vez conocido el anuncio de Rajoy, todos se felicitaron de haber torcido el brazo del presidente, pero con alguna prevención. Por ejemplo, la de temer que el presidente del Gobierno quiera convertir la comparecencia de la próxima semana (podria ser el 1 de agosto) en un pequeño debate sobre el estado de la nación en el que queden diluídas las explicaciones sobre el escándalo, entre cifras económicas, proyectos de futuro o fuegos artificiales previos en forma de cambios de ministros.

“Comparece tarde, mal y a rastras”, aseguró la número dos del PSOE, Elena Valenciano. Rubalcaba mantendrá en ese debate la petición de dimisión del presidente. La moción de censura queda en suspenso, porque era un instrumento para forzar la comparecencia y, por el momento, no se presentará, aunque no se descarte para el futuro. Valenciano aseguró este lunes que Rajoy debe “decir la verdad”, “asumir su responsabilidad” y dejar su cargo por su “falta de autonomía al gobernar siempre pendiente de las informaciones sobre el escándalo de la contabilidad b del PP”. Rubalcaba no ha tenido contacto estos días con Rajoy y conoció por la rueda de prensa del presidente la voluntad de éste de comparecer.

El anuncio de Rajoy no impedirá que mañana, en la Diputación Permanente, se debatan las peticiones de comparecencia que ya habían presentado otros grupos. Se hablará de Bárcenas y la única diferencia es que el portavoz del PP, Alfonso Alonso, se evitará el mal trago de hace dos semanas cuando rechazó las solicitudes de la oposición. Ahora se podrá remitir a la petición de Rajoy para volver a rechazar las de la oposición.

Tras la comparencia de Rajoy, el PSOE tendrá que decidir si recupera las relaciones con el Gobierno, por ejemplo, en la ponencia sobre la ley de transparencia y para la renovación del Consejo General del Poder Judicial.

Será la segunda comparecencia a petición propia de Rajoy en lo que va de legislatura. Ha ido otras 38, pero siempre obligado por la ley, es decir, ocho después de cumbres europeas y otras 30 en sesiones de control. En el mismo periodo de tiempo, el anterior presidente compareció siete veces a petición propia, porque no tenía mayoría absoluta y la oposición le obligó a establecer debates trimestrales sobre la crisis económica. En el primer año de su primera legislatura, José Luis Rodríguez Zapatero acudió al Congreso cinco veces fuera de las estrictamente obligadas por la ley.

Josep Antoni Duran Lleida (CiU) y Aitor Esteban (PNV), que habían hecho una petición conjunta de comparecencia, se felicitaron de la rectificación, aseguraron que “más vale tarde que nunca” y pidieron que “se ciña al caso Bárcenas y no intente distraer con otros asuntos” económicos.

En una línea similar, el coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara, puso de manifiesto que Rajoy acude “obligado por la presión nacional e internacional”. Lara pidió a Rajoy que haga un debate “claro, limpio y transparente”. “Que no se inventen una nueva artimaña, que el debate no se cierre en falso y que haya absoluta claridad y transparencia”, exigió el líder de IU. Lara insistió en pedir la convocatoria de elecciones anticipadas.

Rosa Díez (UyD) aseguró que celebra que, “entre todos, hayamos conseguido sacar a Rajoy de la madriguera”. En su opinión, “ha sido otra demostración más de cobardía e insolvencia como líder y de un escaso respeto a las instituciones y a la democracia. La situación se había hecho insostenible desde cualquier parámetro democrático; lo normal es que el presidente hubiera comparecido hace mucho tiempo porque más allá de la honorabilidad, desde enero se sabe que el que fue tesorero del PP tenía muchos millones en Suiza”. Díez acusó al presidente de hacer un “daño inconmensurable” a España y a sus instituciones. Rosa Díez no quiso adelantar si su formación pedirá a Rajoy que dimita o convoque elecciones anticipadas y aplazó esa decisión a escuchar las explicaciones del presidente en el Congreso.

La portavoz del BNG, Olaia Fernández Davila, aseguró también que “Rajoy no comparece a solicitud propia sino que va a comparecer después de mucha presión política y de que fuese un clamor social que debía acudir a la Cámara a dar explicaciones a todas las fuerzas políticas de la oposición, y sobre todo a toda la ciudadanía, lejos de televisiones de plasma y dando la cara que era lo que tenía que haber hecho desde el inicio de las alarmantes informaciones. Acudirá arrastrado”.

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