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segundo aniversario del 15-M

Aniversario para militantes

Las celebraciones del Movimiento 15-M concluyen en Sol con un acto lúdico y minoritario

Los años pesan. Este miércoles se cumplieron dos del estallido social que sacó a miles de personas a las plazas de toda España, y la protesta apenas fue visible. El movimiento indignado, hoy más atomizado que hace 24 meses, decidió celebrar el día grande de su aniversario el pasado sábado, y este miércoles regresaron a las ágoras solo los más militantes. En la Puerta del Sol de Madrid estaba prevista una concentración a las ocho de la tarde. Se congregaron 150 personas, según cálculos de este diario.

“Incluso de protestar te cansas. Yo es que soy un militante de la calle, pero la gente está a sus cosas”, expresó Jorge Fernández, de 53 años, frente a la Puerta del Sol. La capital celebraba la festividad de San Isidro y las asambleas de barrio habían previsto actividades durante todo el día. Talleres, títeres, intercambios de libros. Se organizó una jornada lúdico-festiva en el entorno de Madrid Río, pero ya fuera por el cielo encapotado y el frío inhóspito, o por la pereza de un día festivo, ninguna de las convocatorias fue multitudinaria.

La jornada llevaba aparejado el lema San Isidro Indignado. ¡Toma el Río! y se convocaba, según aseguraban los organizadores, para luchar por un Madrid “sin redadas ni identificaciones, sin desahucios, sin Eurovegas, sin represión ni multas, sin violencia patriarcal, sin dictadura de los mercados, sin cámaras de vigilancia, sin corrupción, sin precariedad vital y sin opresión episcopal”.

Unos 50 indignados, algunos vestidos de chulapos —el traje típico castizo— recorrieron durante la mañana la orilla del río Manzanares cantando y bailando chotis reivindicativos. “Estoy aquí para luchar por un reparto equitativo de la riqueza”, contó Irene, de 25 años. Estudia Biología y ha formado parte del movimiento desde aquel 15 de mayo de 2011. “Uno de los logros principales es que nosotros, con la movilización ciudadana, hemos conseguido poner la palabra desahucio en boca de mucha gente”, reivindicó.

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En el parque de Arganzuela, el epicentro de las celebraciones, se veían carteles de Sí se puede, el eslogan que la Plataforma de Afectados por la Hipoteca ha empleado para intentar que los políticos acojan sus exigencias de cambio normativo. También había camisetas verdes con el lema Escuela pública de todos y para todos. Y se clamaba a favor de la sanidad pública con recreaciones caseras del Guernica, el cuadro que Pablo Picasso pintó en 1937, donde podían leerse críticas contra el medicamentazo aprobado por el Gobierno de Mariano Rajoy (PP). “Hay parte del movimiento que se ha trasladado a las mareas. Y son sus reivindicaciones lo que más se escucha”, resumía Juan Álvarez, arquitecto en paro. “La indignación es hoy más grande que hace dos años, pero nos hemos dividido. Cada uno protesta por lo suyo”, añadió Carmen Martín, funcionaria de 37 años.

La marcha indignada que había salido de Madrid Río a las siete de la tarde, entró en la Puerta del Sol a las 20.50. La encabezaba la orquesta Solfónica, compuesta por una veintena de indignados son sus respectivos instrumentos. Los acompañaban y aplaudían algunas decenas más. Concentrados frente a la estatua ecuestre de Carlos III, entonaron, con cierta candidez, letras de elaboración propia contra el sistema político, y muy especialmente contra el Ejecutivo popular.

El ajetreo de la plaza, sin embargo, apenas lo notó. El despliegue policial era casi imperceptible y los turistas paseaban plácidamente por el centro como un día más. Ni rastro de las miles de personas que se congregaron para celebrar el primer aniversario del movimiento. Sol fue este miércoles la plaza de un San Isidro más. Con sus familias paseando, sus niños vestidos de chulapos y su Mallorquina abarrotada.

Chulapos indignados

Antes de poner fin en la Puerta del Sol a las celebraciones con motivo de su segundo aniversario, el 15-M convocó durante el día de San Isidro actos reivindicativos diversos: pasacalles, representaciones teatrales, intercambios de libros o comidas al aire libre aprovechando los momentos sin lluvia de la jornada festiva. Pese al entusiasmo de los asistentes, que hicieron gala de ingenio y buen humor, ninguno fue multitudinario.

A las doce y cuarto una charanga con 50 personas, entre los que había unos 15 vestidos con el traje de chulapo, se congregaron en la glorieta de Pirámides, al sur de la ciudad. Bajo el lema ¡Toma el Río!, el 15-M, encabezado por las asambleas de Arganzuela y Carabanchel, había ideado un día de actividades en la ribera del Manzanares. El mal tiempo, truncó, sin embargo, algunas de ellas.

El Coro de Chulapos y Chulapas cantó y bailó, en un Madrid encapotado y gris, chotis indignados. "¿Dónde vas Cospedal con los sobres?", entonaban por la orilla del río. Catalina, de 38 años, es una de las integrantes del Coro y explicó que todos son miembros de asambleas de barrio. Se reúnen en su tiempo libre y crean letras enrabietadas que se adecuen a los compases de la música tradicional. El famoso Pichi mutó este miércoles en la alcaldesa de Madrid, que se convirtió, para el chotis indignado, en "la chula que castiga de Alcorcón hasta Arganzuela". Mientras que Dolores de Cospedal y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, fueron "una morena y una rubia" en la zarzuela La verbena de la Paloma.

Además de criticar los escándalos de corrupción política y las privatizaciones de servicios públicos, los indignados se dieron ánimos. Celebraron que, tras 24 meses, siguen juntos. Gracias por estos dos años, rezaba una pancarta hecha con una caja de cartón.

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