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¿Existe el libro ‘Melilla y su judaísmo’? El juez decidirá si una consejera prevaricó

Imputada por prevaricación la consejera de Cultura de Melilla Acusada de gastar 70.000 euros en editar un libro del judaísmo ciudad de cuya existencia dudan Simy Chocrón tacha a sus detractores de antisemitas y asegura que demostrará su inocencia

Simy Chocrón
Simy Chocrón

¿Existe el libro “Melilla y su judaísmo” por el que la Consejería de Cultura y Festejos de la ciudad pagó 70.000 euros a una escuela rabínica de Nueva York? El PSOE y el conjunto de la oposición al Partido Popular, que gobierna Melilla, lo dudan, pero la consejera, Simy Chocrón, asegura que sí, que se hicieron varias tiradas hasta alcanzar los 4.000 ejemplares, y acusa a sus detractores de antisemitas.

Para tratar de averiguar los hechos el magistrado Francisco Ramírez Peinado, titular del Juzgado de Instrucción número uno de Melilla, ha citado el lunes como imputada por “prevaricación administrativa” a la consejera Chocrón, judía y esposa de Jaime Azancot, presidente de esa comunidad en la ciudad.

De ahí la repercusión que está teniendo el caso en la ciudad con, a lo largo de 2012, encendidos debates en la Asamblea de Melilla en los que ambos bandos se cruzaron recriminaciones religiosas. El presidente del sindicato ultraderechista Manos Limpias, Miguel Bernard, echó más leña al fuego el lunes pasado. Viajó a Melilla para anunciar que él también iba a denunciar, entre otros casos, el de la consejera de Cultura.

“Melilla y su judaísmo” es la reedición modificada, con elogios a la labor del gobierno local del PP, de un libro publicado a finales de los noventa sobre la huella de esa comunidad en la ciudad, que llegó a tener un gran peso demográfico, pero que ahora cuenta con menos de 2.000 almas sobre una población de 85.000 habitantes.

Simy Chocrón tacha a sus detractores de antisemitas y asegura que demostrará su inocencia

Chocrón fue denunciada primero el 30 de enero ante la fiscalía por Dionisio Muñoz, diputado socialista en la Asamblea de Melilla. Afirma que “pagó con dinero público algo que es inexistente o, al menos, que no consta que exista”, es decir un libro del que, en el mejor de los casos, han llegado a la ciudad 200 ejemplares (el 5% de la tirada).

“Pues claro, es un libro destinado a la promoción de Melilla que se distribuye ante todo en el extranjero, entre la diáspora”, se justifica la consejera al teléfono. Sólo cuando la pasada primavera empezó la bronca política se registró un ejemplar del libro en la biblioteca municipal de Melilla, un retraso de más de dos años porque “somos humanos”, según la consejera.

Muñoz señala en su denuncia que para “evadir los controles legales” se fraccionó el pago de los 70.000, entre 2009 y 2011, en cinco cantidades todas ellas inferiores a 18.000 euros para poder hacer una adjudicación directa. “El libro nos fue propuesto por el presidente de la Casa de Melilla en Jerusalén, el rabino Salomón Wahnon, y empezamos con una pequeña tirada que se amplió después varias veces”, explica Chocrón. “De ahí el fraccionamiento”, añade. Aunque tiene un precio teórico de venta (47 euros), el libro se regala por lo que debía de resultar fácil saber de antemano cuantos ejemplares se querían distribuir.

Portada del libro de la discordia.
Portada del libro de la discordia.

La Casa de Melilla encargó la edición del libro al Shebar Sefardic Center (SSC) de Jerusalén, pero este pidió que se le abonase el trabajo a su sede en Nueva York y así se hizo, según la consejera. El centro se dedica en EE UU a la formación de rabinos sefardíes. Su objetivo es “la reconstrucción de comunidades judías (…) colocando al frente a rabinos cualificados que pueden ejercer un papel de líderes”.

El diputado Muñoz indignó a Chocrón en el pleno de la Asamblea comparando nada menos que a los rabinos sefardíes con los talibanes. Se preguntó qué diría el PP si un día Coalición por Melilla, el partido musulmán, gobierna la ciudad y “decide contratar con una madrasa (escuela coránica) en Afganistán que se dedique a la formación de talibanes”.

Los pocos libros que salieron de la imprenta carecen de ISBN, la matrícula de cada publicación, y de “copyright” por lo que, según Muñoz, “es imposible averiguar el número de ejemplares realmente editados”. “Esta editorial no utiliza el ISBN”, reconoce la consejera.

No se ha visto, prosigue el diputado socialista, la “documentación sobre contratación, número de ejemplares editados, su destino, depósito legal o código que permita su control”. Chocrón asegura que aportará al juzgado toda la documentación. “Demostraré mi inocencia”, anuncia.

Cultura abonó los 70.000 euros a una escuela de formación de rabinos en Nueva York

Para cerrar estos contratos de obras con empresas fuera de la UE es necesario, según la denuncia de Muñoz, que estas “tengan abiertas sucursal en España con designación de apoderados o representantes” lo que no es el caso.

En el fragor del debate parlamentario los socialistas dieron a entender que toda la operación había sido diseñada para beneficiar a la “yeshivá” (escuela de enseñanza de la Torá y del Talmud) donde estudia en Jerusalén el hijo de la consejera. “Es falso porque mi hijo no estudia en el SSC”, replica Chocrón de nuevo indignada. “Con esas insinuaciones se cae en el antisemitismo”, sostiene.

“Está fuera de lugar que Chocrón se defienda acusando a los socialistas de antisemitas”, responde Greogorio Escobar, el líder de los socialistas melillenses. “La consejera se parapeta detrás del debido respeto a una confesión religiosa que es la judía”, añade. “¡Es gravísimo!”.

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