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Nadie quiere ser portavoz del escándalo

Cospedal aseguró que “rectificar es de sabios”, a propósito del despido del exmarido de Ana Mato,

Francesco Manetto
Dolores de Cospedal en la sede del PP.
Dolores de Cospedal en la sede del PP.ULY MARTÍN

La dirección del PP empezó 2013 convencida de que su principal misión consistiría en seguir apoyando al Gobierno de Mariano Rajoy, mejorar la coordinación con el Ejecutivo y en buscar algunos pactos con el PSOE, a la vez que se arremetía públicamente contra los dirigentes socialistas. En el terreno de la comunicación, se trataba en definitiva de una táctica mixta de defensa y ataque. Pero el estallido del caso Bárcenas a mediados de enero frustró esa estrategia y obligó a la formación a buscar una alineación apta para la defensa cerrada, en la que nadie se siente cómodo con el papel de portavoz del escándalo.

Algunos recuerdan que Esteban González Pons ya desempeñó ese cargo en pleno vendaval por el caso Gürtel, aunque por el momento Carlos Floriano sigue siendo la voz del PP después de la secretaria general, María Dolores de Cospedal.

El vicesecretario de Organización y Electoral, número tres de facto de la formación, fue el primer miembro de la cúpula en dirigirse a los medios, tan solo horas después de que se conociera que el extesorero del partido tuvo hasta 22 millones de euros en cuentas localizadas en Suiza. Lo hizo junto al ministro de Economía, Luis de Guindos, en una comparecencia ya programada y marcada por la indefinición.

Días más tarde, en la cumbre intermunicipal de Almería, cuando ya las consecuencias del escándalo parecían incontroladas, la alta dirección hizo piña y los tres vicesecretarios (Floriano, Pons y Arenas) se emplearon en rechazar las acusaciones de supuestos ingresos no contabilizados. Después, todos los dirigentes trataron de desaparecer y comparecer lo menos posible en ruedas de prensa.

El propio Floriano fue desautorizado por Cospedal, que aseguró que “rectificar es de sabios”, a propósito del despido del exmarido de Ana Mato, Jesús Sepúlveda. A la semana siguiente, volvió a ser la voz oficial del partido al pronunciarse sobre el finiquito de Bárcenas desde los pasillos del Congreso. Y ayer en Génova nadie quiso hablar en público del intento de ocultar el salario del extesorero disfrazándolo de indemnización. Algunos esperan que lo haga hoy el propio Pons desde Valencia, donde se reúne con cargos autonómicos del PP.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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